Habitualmente el "rey" de la patología dolorosa originada en la columna vertebral, es el disco intervertebral. Su degeneración asociada a la edad o producida por traumatismos o lesiones, ocasiona dolor "per se" y también dolor irradiado por compresión radicular.


Clásicamente este tipo de pacientes eran candidatos a cirugía de columna, pero el avance en medicina nos permite proporcionar otros abordajes menos invasivos como primera opción.


El dolor de este origen se puede tratar con técnicas de radiofrecuencia, pero en ocasiones (habitualmente pacientes jóvenes, con radiculopatía compresiva, hernia única o a dos niveles máximo y coherencia clínico-radiológica) se puede beneficiar de abordajes discales el columna lumbar, dorsal y cervical, ya sea utilizando métodos químicos (etanol gelificado) que realiza una descompresión químico y física, así como estrategias de nucleoplastia láser.


Todas estas técnicas no son quirúrgicas, son percutáneas y están encaminadas a disminuir la presión que ejerce el disco en la raíz nerviosa. Al igual que las técnicas regenerativas, esta estrategia está encaminada a eliminar la causa dolorosa, que en el mejor de los casos, mejora de manera definitiva al paciente y en el peor de ellos nos posibilita retrasar una cirugía de columna si esta fuera necesaria en el futuro.