¿Qué hace un reumatólogo?

Un reumatólogo es un médico especializado en las enfermedades que afectan al aparato locomotor (articulaciones, músculos, huesos) y en las enfermedades autoinmunes sistémicas habitualmente llamadas enfermedades reumáticas. Es un conjunto de enfermedades diversas y algunas complejas que pueden afectas a otros órganos, como la piel, los ojos, el sistema nervioso, los pulmones y otros órganos internos.


¿Qué enfermedades diagnostica y trata un reumatólogo?

Hay más de un centenar de enfermedades reumáticas siendo las más frecuentes la artrosis, la osteoporosis, la gota, la artritis reumatoide, la espondiloartritis o espondilitis anquilosante, la artritis psoriásica y la artritis microcristalina. Otras son menos frecuentes, como el lupus eritematoso sistémico, la esclerodermia, el síndrome de Sjögren o las vasculitis. La fibromialgia o el síndrome de fatiga crónica son tratadas también por el reumatólogo.

Además de las enfermedades sistémicas, las personas pueden acudir a un reumatólogo para diagnosticar dolor crónico de espalda o cuello, o para un problema localizado de articulaciones o músculos o tendones, como el codo de tenista o la tendinitis del tendón de Aquiles.

¿Cuál es la diferencia entre reumatología y traumatología?

Los cirujanos ortopédicos y traumatólogos operan las articulaciones gravemente dañadas y colocan prótesis con excelentes resultados. Además, tratan las fracturas, los esguinces y otras lesiones traumáticas. Su formación y entrenamiento está especialmente orientado hacia el tratamiento quirúrgico, afortunadamente no necesario para muchas de las enfermedades del aparato locomotor o necesario cuando ha fracasado el tratamiento médico.

El reumatólogo, por formación, es el médico más adecuado para enfrentarse con el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades del aparato locomotor no traumáticas. Algunos ejemplos en los que se debe acudir al reumatólogo son: dolor articular o muscular sin traumatismo previo, dolor en articulaciones relacionados con dolor de espalda, psoriasis, o cuando además del dolor existen síntomas en otros órganos o sistemas, o cansancio y fatiga crónicas.

Ambas especialidades no son excluyentes sino complementarias y en ocasiones se puede y se debe recibir asesoramiento de ambos especialistas.

Trabajo en equipo

En las enfermedades articulares más comunes es frecuente que en el tratamiento deban intervenir rehabilitadores, fisioterapeutas, podólogos o traumatólogos cuando la cirugía es necesaria. En las enfermedades reumáticas inflamatorias es posible que sea requerida la opinión del dermatólogo, digestivo, ginecólogo, nefrólogo, nutricionistas u otros especialistas médicos.