El pronóstico en pacientes con metástasis hepáticas es comprometido. Desde hace más de 2 décadas, se conoce que la resección completa de esta tipología de metástasis mejora mucho el pronóstico del paciente e incluso se llegan a obtener curaciones.


Los nuevos fármacos aparecidos en los últimos años han permitido mejorar las estrategias para lograr un rescate quirúrgico de las metástasis hepáticas, porque por sí mismos no mejoran el pronóstico de los pacientes.


El principal tumor causante de metástasis hepáticas es el adenocarcinoma colorrectal, de los que se diagnostican en España entre 32.000 y 40.000 casos al año. Los cuales entre un 50 y 75% desarrollaran metástasis hepáticas.


Clásicamente se consideraba que un 50% serían irresecables, y solo un 15 % de los tumores son resecables de entrada. Las nuevas estrategias de tratamiento permiten operar al 30-40% de los pacientes en centros altamente especializados. La tasa de resecabilidad ha aumentado del 15% a más del 40% gracias a los avances en los tratamientos multidisciplinares.


Hay dos motivos por los que a menudo se descarta la cirugía en estos pacientes. Uno es que no haya suficiente tejido hepático sano después de la cirugía. Menos de un 30% de tejido hepático sano después de la cirugía es incompatible con la vida (35% en caso de toxicidad previa por quimioterapia). El otro es porque la lesión/lesiones son demasiado grandes y dificultan la técnica quirúrgica.


Si queremos aumentar el volumen hepático:

La embolización de vena porta y de la vena suprahepática, técnica conocida como LVD (Liver Venous Deprivation).

  • Técnica que permite que el hígado crezca en tamaño y funcionalismo. El paciente en 2 semanas ya puede someterse a una cirugía.
  • Técnica muy compleja que requiere de la embolización de ramas de la vena porta de las venas suprahepáticas de forma muy selectiva.

Si queremos disminuir el volumen tumoral para facilitar una cirugía y también aumentar el volumen hepático sano:

La radioembolización hepática (Inyección arterial de partículas radioactivas (SIRT: Selective Internal Radiation Therapy)

  • Se inyecta una gran dosis de radiación y se consigue disminuir de manera significativa el tumor/es, rescatando pacientes que antes no eran quirúrgicos por su localización y/o tamaño.
  • Aumento del volumen del hígado sano (3-6 meses), para poder realizar una cirugía hepática posterior.

Antes de someter a un paciente a una cirugía se realizan pruebas de funcionalidad hepática para determinar si el hígado que va a quedar después de la cirugía no solo es óptimo por volumen sino también porque tiene un funcionalismo adecuado.


Dichas técnicas nos permiten ofrecer un tratamiento quirúrgico a los pacientes que inicialmente no eran aptos para la cirugía.


Hay estudios que refieren que se pueden operar hasta un 30% más de pacientes. Estos procedimientos permiten el aumento de tejido hepático sano prequirúrgico, y garantizan la supervivencia del paciente después de la cirugía.


La radioembolización consigue disminuir el tamaño tumoral y con ello, los pacientes pueden someterse a una técnica quirúrgica curativa definitiva.


Quénet Torrent Institute, Servicio de Cirugía Oncológica del Hospital El Pilar, tiene una amplia experiencia en este tipo de técnicas y ha colaborado en algunas de las publicaciones científicas más destacadas en la materia.