El 20 de marzo se celebra el Día internacional de la Salud bucodental, organizado por la Federación Dental Internacional (FDI). La odontología actual ha avanzado a pasos agigantados en pocos años. Hoy en día, disponemos de tecnología cad-cam, infinidad de publicaciones sobre patología específica sobre la cual no se sabía nada hace pocos años e incluso técnicas y procedimientos que hace una década eran impensables, pero hay algo muy especial en la odontología moderna.

"Cada vez más, entendemos que la prevención es mucho más importante que el tratamiento" explica el Dr. Juan de Quixano, responsable del servicio de odontologia pediatrica . "Es por eso, qué en días como este, procuramos recordar tanto a los pacientes como a nosotros mismos, que un paciente sin patología oral es nuestro objetivo principal".

Inculcar buenos hábitos desde niños

Desde el servicio de Odontología pediátrica del Hospital El Pilar, nuestra misión es enseñar a los más pequeños y a sus padres, cómo mantener una buena salud oral en la dentición temporal, para asentar las bases de una boca sana cuando sean adultos.

"Todo esto empieza con hábitos muy sencillos" afirma el especialista. "Por ejemplo: cepillarse los dientes. Hoy, puede parecer muy evidente, pero ¿lo hacemos bien? ¿Lo hacemos las veces necesarias? ¿Qué cepillo o pasta son los más adecuados?"

Cuando hablamos de niños, la recomendación es que empiecen a utilizar el cepillo en cuanto salga el primer diente. En este caso no es sólo porque dicho diente es susceptible a tener patología, sino porque incluimos en la rutina del niño un hábito que va a necesitar para el resto de su vida. Cuanto antes lo aprenda, mejor. Los primeros años de vida son una avalancha de conocimientos, pero suelen ser los más importantes. Es por eso por lo que insistimos tanto en que la salud oral sea un pilar fundamental en la educación infantil.


Odontología moderna_ Prevención ante tratamientoOdontología moderna_ Prevención ante tratamiento



Asimismo, es muy importante que nuestros hijos entiendan que el dentista no es alguien malo. Es más, el niño de por sí, no tiene miedo. No tiene miedo de acudir al dentista, no tiene miedo de un tratamiento y la odontopediatría actual, se basa en enseñar y después hacer, de manera que el niño entiende lo que va a suceder e incluso llegar a tomárselo como un juego y algo divertido. Suena imposible, pero es cierto. Inconscientemente, tendemos a mostrarle nuestras preocupaciones a los más pequeños, pero ellos son un lienzo en blanco. Asumirán y entenderán lo que nosotros les enseñemos.

Una vez el hábito de buena higiene oral está establecido, no debemos olvidar los signos de alerta que la boca nos da. Por suerte, la gran mayoría de patología oral muestra signos visuales que podemos identificar como un aviso para visitar a nuestro dentista de confianza. Podemos hablar de pequeñas manchas en el esmalte (marrones, blancas, amarillas…), enrojecimientos localizados de la encía, movilidad de los dientes, sangrado, manchas blancas en la mucosa…Como podéis ver, son muchas, pero no hay que preocuparse. Lo ideal es que cuando vuestro hijo/a se cepille los dientes, le ayudéis de vez en cuando y aproveches para inspeccionar que todo esté correcto. Si a esto le sumamos, visitas regulares de control al odontopediatra, es mucho más difícil que haya patología y de haberle, es mucho más sencillo y rápido tratarla.

¿Cuándo o cuánto debemos acudir al odontopediatra? Lo normal es desde la aparición del primer diente y realizar controles cada 6 meses. En adulto se suele recomendar una vez al año, pero los dientes infantiles tienen un esmalte más poroso y las caries, por ejemplo, pueden desarrollarse un poco más rápido. A los dentistas nos gusta que un paciente venga de forma rutinaria y que no necesite tratamiento. Esto conlleva dos conceptos muy importantes: nos permite ejercer la prevención que tanto valoramos, evitando que ciertos problemas se agranden y además crea una relación de confianza y control entre el paciente y el profesional.

Si de 10 veces que visitamos al dentista sólo necesitamos tratamiento una o ninguna, el balance es positivo y nos ayuda a perder ese pequeño "miedo" que la mayoría tenemos al dentista.