La cojera es una alteración en el patrón de marcha. En la etapa infantil, esta puede estar motivada por diferentes causas, aunque, fundamentalmente, se diferencian dos tipos: la cojera "traumática", en la que existe un antecedente por un golpe o contusión, y la "no traumática", que engloba varias patologías. Así lo explica el doctor Alejandro Sola, jefe de servicio de la Unidad de Cirugía Ortopédica y Traumatología Infantil de Quirónsalud Zaragoza, quien aporta algunas claves que debes tener en cuenta si tu hijo cojea.

Img_Cojera_00Img_Cojera_00"Es importante consultar con un pediatra en aquellos casos de cojera en los que no exista un traumatismo como desencadenante, o en caso de que sí lo haya pero no se produzca una mejoría en las siguientes horas o días", explica Sola.

En la consulta, el especialista podrá realizar una exploración física, así como un análisis de la historia clínica del paciente. En ocasiones, también puede realizarse una ecografía de la cadera con el objetivo de complementar el diagnóstico.


Causas más comunes

La sinovitis transitoria de cadera es el motivo más frecuente de cojera no traumática en niños de edades comprendidas entre los 3 y los 10 años -supone el 95% de los casos-.

Se trata de una inflamación de la articulación que, en numerosas ocasiones, tiene un origen vírico, ya sea un catarro, un virus en las vías respiratorias superiores o un virus gastrointestinal, y que provoca dolor en la ingle o en la parte superior del muslo, así como cojera. Generalmente, afecta a una cadera y solo en un 5% de los casos a las dos, según la Asociación Española de Pediatría.

Con las medidas adecuadas, el pequeño podrá curarse en unos 10 días. El tratamiento suele consistir en reposo y antiinflamatorios, como ibuprofeno o paracetamol. Asimismo, se debe limitar la actividad física y evitar el deporte con el fin de conseguir una pronta recuperación.


Importancia de la detección temprana

Además de la sinovitis transitoria de cadera, "existen otras patologías más complejas, a veces acompañadas de fiebre o dolor que no responde al tratamiento médico habitual y son esas las que nos deben preocupar", concluye Sola.

La detección temprana es fundamental para lograr una solución satisfactoria a este trastorno en la infancia, puesto que la mayoría de los casos se resuelven con tratamientos poco agresivos. Por este motivo, las familias deben llevar al niño a la consulta cuando observen cojera, gestos atípicos o una forma especial de caminar. Obtener un diagnóstico a tiempo evitará mayores complicaciones y propiciará una recuperación más rápida.


Si quieres saber más sobre patologías relacionadas con esta especialidad en la edad pediátrica no te pierdas el siguiente vídeo de la Unidad de Cirugía Ortopédica y Traumatología InfantilEste enlace se abrirá en una ventana nueva. Igualmente, si te interesan algunas cuestionas sobre la salud de los más pequeños, consulta los vídeos del proyecto SALUDitos con los pediatras y especialistas de Quirónsalud Zaragoza como protagonistas.

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