El dedo en martillo, denominado en alguna otra ocasión como dedo en garra o dedo en maza, consiste en una deformidad que aparece debido a un desequilibrio en los músculos, los tendones y/o los ligamentos que ayudan a mantener rectos los dedos de los pies. Esta deformidad se produce normalmente en el segundo dedo del pie, y este se encuentra doblado hacia abajo.

El diagnóstico del dedo martillo se lleva a cabo con una exploración visual y un examen físico, al notar si se produce una torsión en el dedo del pie, si existen dificultades para mover el dedo o si hay dolor.

Existen varios motivos asociados a la aparición del dedo martillo, aunque principalmente asociado al uso de calzado estrecho y corto que pueden apretar a quien lo lleva, siendo más frecuente en niños que utilizan calzado que le queda pequeño y en mujeres cuyo calzado no se ajusta correctamente o utiliza tacones altos. Otra causa puede ser un traumatismo, o por una fractura. En ocasiones se produce un desequilibrio en los músculos de los dedos del pie que puede provocar la contracción del dedo.

  • Síntomas del dedo martillo

El dedo martillo tiene una torsión extraña en una o en varias articulaciones de los dedos del pie. Normalmente, el dedo afectado será el segundo, aunque en otras ocasiones otros dedos pueden verse afectados, a excepción del dedo pulgar. El síntoma principal será el dolor al intentar mover el dedo del pie, tarea que puede resultar bastante difícil. Es habitual que se forme una especie de callo sobre la parte superior del dedo del pie y en la planta del pie.

  • Tratamientos

Si se trata de un caso leve y detectado precozmente, es posible tratar el dedo en martillo utilizando una férula en el dedo afectado. Otras recomendaciones pueden ser utilizar otro tipo de calzado, que sea más ancho y cómodo., así como el uso de plantillas o almohadillas que favorezcan la disminución de la presión y el dolor.

Cuando los tratamientos conservadores no son suficientes, se puede realizar una cirugía para liberar al tendón o incluso extirpar un trozo de hueso. Se trata de la denominada cirugía percutánea del pie, una novedosa técnica que apenas agrede a los tejidos adyacentes. Gracias a este tipo de cirugía mínimamente invasiva, se consigue el tratamiento las diferentes patologías del pie con una mínima incisión en la piel, mientras que con las técnicas quirúrgicas convencionales se exigían incisiones grandes o incluso la eliminación de articulaciones en casos graves.