La dermatitis atópica o eczcema atópico es una enfermedad constitucional, no contagiosa, benigna, pero molesta, ya que puede durar mucho tiempo. Cursa con brotes. La piel aparece roja, escamosa, en ocasiones con lesiones húmedas, que producen prurito. Curan sin dejar cicatriz. Existe una predisposición familiar a sufrirla.

La piel es excesivamente seca e irritable, por lo cual precisa unas curas especiales incluso en períodos estables.

Se recomienda ducharse una vez al día, con agua tibia, durante pocos minutos. Cuando salga, debe secarse suavemente, y aplicarse hidratantes como aceites (vaselina líquida), cremas, etc.

Si las lesiones son muy extensas es preferible un baño que no dure más de diez minutos, con una sustancia coloidal de avena o aceite.

Utilizar siempre jabones extragrasos, sin detergentes, etc.

Llevar siempre las uñas cortas y limpias para evitar producir lesiones que se puedan infectar mediante el rascado.

No os ensuciéis, siempre que sea posible; utilizar guantes u otras prendas protectoras. El agua es 'nociva' para este tipo de piel.

El sudor macera la piel y puede empeorar las lesiones. Se recomienda ducharse después de practicar ejercicio físico.

Los vestidos, el calzado y la ropa de casa tienen que ser preferiblemente de fibras naturales, como algodón, hilo... La lana y las fibras sintéticas son ásperas y producen prurito, no transpiran bien, etc.

La ropa se puede lavar a máquina, si bien se tiene que aclarar con abundante agua (aclarado y centrifugado extra). No añadir suavizante.

El calzado tiene que ser de cuero o tela, bien aireado. El calzado deportivo sólo tiene que utilizarse para hacer deporte. Se recomiendan medias y calcetines de hilo o algodón.

En principio, podeis comer de todo, si el alergólogo no ha diagnosticado ninguna alergia alimentaria y no ha dicho lo contrario.

Evitar el calor excesivo y los cambios bruscos de temperatura. Se recomienda alrededor de los 20ºC. Airear bien los domicilios, en especial los dormitorios.

Evitar la acumulación de polvo (ver recomendaciones para evitar el polvo doméstico).

En verano, con la playa, el sol y el mar, hay muchos pacientes que mejoran. Los baños en el mar son más recomendables que en la piscina. Hay que volver a hidratar la piel después del baño. Utilizar siempre un producto de protección solar con un factor adecuado (SPF 15). Evitar la sudoración excesiva.

Evitar el contacto con irritantes como los productos de limpieza; utilizar guantes de goma encima de unos de algodón para hacer las tareas domésticas.
Tenéis que seguir las recomendaciones de vuestro alergólogo. A menudo es preciso hacer tratamientos con cremas de corticoides y, en ocasiones, con antibióticos, antihistamínicos, etc.