Desde la Universidad de Cambridge (Reino Unido) nos llegan noticias importantes, avaladas científicamente, que muestran uno de los caminos para proteger a largo plazo la salud mental de los adolescentes. Los datos, publicados en el último Lancet Psychiatric anuncian que los jóvenes que presentan algún trastorno psiquiátrico, leve o grave, pero acuden y permanecen en contacto con unidades y servicios especializados en salud mental tienen mucho menos riesgo sufrir depresión con el tiempo.

Salud mental adolescentes

La conclusión procede de un estudio con una muestra amplia (1.238 adolescentes de 14 años) a los que los investigadores hicieron un seguimiento de tres años, hasta que cumplieron los 17. De todos los participantes, 126 (un 11%) tenían una enfermedad mental actual al inicio del estudio y sólo 48 (38%) de ellos habían tenido contacto con servicios de salud mental en el año anterior al inicio de la investigación. En ella se constata que los menores con asistencia por especialistas de salud mental y contacto con ellos tuvieron una reducción significativa de síntomas depresivos tras los tres años, en comparación con los jóvenes que padecían la misma enfermedad mental pero no tuvieron este tipo de contacto.

El estudio de Cambridge se cree que es el primero llevado a cabo en adolescentes y respalda el importante papel que juegan los servicios de salud mental en la mejora de la patología psiquiátrica en la adolescencia.

El papel de la prevención primaria y secundaria

En Medicina sabemos que la prevención es la mejor herramienta para preservar la salud física y mental. Existen dos tipos de prevención: la primara (la que trata de reducir los factores de riesgo para evitar la enfermedad) y la secundaria: una vez que la enfermedad ha aparecido se trataría de buscar las estrategias que eviten nuevos episodios. Sucede en Cardiología, en Oncología…. Y, también, en Psiquiatría.

Es importante que los padres estén alerta ante las señales que pueden delatar un posible trastorno de salud mental y consultar de forma precoz. Entre los signos más frecuentes destacan:

• Abandono de las aficiones y amigos.
• Apatía.
• Insomnio.
• Pérdida de autoestima.
• Pérdida de peso y apetito.
• Cambios bruscos de personalidad, como agresividad o del ánimo.
• Fracaso escolar.

Y tan importante es consultar con unidades especializadas al menor síntoma para establecer un dictamen y tratamiento precoces, como que los adolescentes con enfermedad mental permanezcan en contacto con unidades especializadas, hasta que el experto considere oportuno.

Desde la Unidad de Personalidad y Comportamiento (Orientación familiar y Prevención) del Hospital Ruber Juan Bravo-Grupo Quirón Salud queremos recordar a las familias que pueden consultar cualquier duda con nosotros y les animamos además a que asistan a nuestra ‘Escuela de Padres’. A través de ella pueden aprender pautas para ayudar mejor a sus hijos, claves para detectar un posible problema y, sobre todo, apoyo.