El ojo seco es consecuencia de una falta crónica de lubricación sobre la superficie del ojo produciendo importantes molestias y problemas visuales.

Su origen se debe a que no se produce la suficiente cantidad de lágrima o porque la calidad de estas no es buena por un desequilibrio en su composición provocando sequedad e irritación y pudiendo dañar la córnea.

Casi un 30% de la población padece ojo seco siendo más frecuente en mujeres y en edades avanzadas, pero se está presentando cada vez más en gente joven debido al uso de dispositivos electrónicos y oficinas con ambiente seco.

El síndrome del ojo seco se ha convertido en la principal causa de absentismo laboral y de consulta con el oftalmólogo.

¿A quién afecta y cuáles son sus causas?

La capacidad de producción de lágrimas es menor con el paso de los años por eso el síndrome de ojo seco afecta más en personas mayores de 50 años, también afecta más a mujeres debido a cambios hormonales tales como la menopausia o el embarazo.

Las principales causas del ojo seco son:

  • Pasar mucho tiempo frente a las pantallas y dispositivos electrónicos
  • Envejecimiento
  • Usar lentes de contacto
  • Factores ambientales: contaminación, ambientes secos, aire acondicionado
  • Cambios hormonales: adolescencia, embarazo, menopausia.
  • Enfermedades: diabetes, artritis reumatoide, lupus, falta vitamina A
  • Algunos medicamentos: antihistamínicos, antidepresivos, anticolinérgicos, etc.
  • Cirugía de ojos con láser o cataratas.
¿Cuáles son los síntomas?

Los síntomas más frecuentes son:

  • Picor, escozor, ojo rojo, sensación de tener arenilla en los ojos
  • Sensibilidad a la luz
  • Sequedad ocular
  • Fatiga ocular, visión borrosa
  • Lagrimeo
  • Molestias al usar lentillas

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