Insuficiencia Cardíaca: Importancia del Diagnóstico Temprano y la Prevención

Insuficiencia Cardíaca: Importancia del Diagnóstico Temprano y la Prevención

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9 de abril de 2024
Hospital Universitari Dexeus
Cardiología

La insuficiencia cardíaca se manifiesta como un síndrome que limita la capacidad funcional, caracterizado por la sensación de falta de aire o ahogo, especialmente durante la realización de esfuerzos físicos moderados. Sin embargo, su impacto va mucho más allá de la incomodidad, pudiendo desencadenar consecuencias fatales si no se aborda a tiempo.

Se estima que entre el 60 y 70% de los casos de insuficiencia cardiaca serían evitables si se controlan unos determinados factores de riesgo, directamente relacionados con nuestros hábitos de vida: la hipertensión, la diabetes, el colesterol, la obesidad, el sedentarismo, y el tabaquismo.

Según el doctor Ignacio Ferreira, cardiólogo del Hospital Universitari Dexeus, la falta de aire inicial conlleva el riesgo de progresar hacia un ahogo incluso en reposo, aumentando significativamente la mortalidad. De hecho, se destaca que la tasa de mortalidad asociada a la insuficiencia cardíaca puede equipararse o incluso superar a la de ciertos tipos de cáncer.

La insuficiencia cardíaca se origina por la incapacidad del corazón para bombear sangre adecuadamente, lo que puede deberse a una variedad de factores, como disminución de la fuerza de contracción, mal funcionamiento de las válvulas cardíacas o problemas congénitos en el músculo cardíaco.

Sin embargo, existe esperanza en el manejo de esta condición. Se ha demostrado que el ejercicio físico aeróbico, adaptado al grado de insuficiencia cardíaca, puede mejorar significativamente la calidad de vida y el pronóstico de los pacientes.

Además, la conciencia sobre la enfermedad y la adopción de hábitos de vida saludables son fundamentales para mantener el equilibrio y prevenir complicaciones. Para ello, además de hacer ejercicio físico moderado, es necesario tomar conciencia e incorporar algunas otras rutinas en el día a día:


  • Seguir estrictamente el tratamiento farmacológico. Ayudará a disminuir la tensión arterial y reducir la frecuencia cardíaca para que el corazón trabaje menos.
  • Dieta baja en sal. El sodio eleva la tensión y propicia la retención de líquidos, por eso la alimentación, además de variada debe ser pobre en sal.
  • Consumo controlado de líquidos. Es muy importante mantener el consumo de agua alrededor de 1,5-2 litros al día.
  • Controlar el peso. El aumento de peso rápido (debido a la retención de líquidos) es una de las señales de alerta. Si hay subidas, hay que acudir a consulta médica.
  • Tomarse la tensión. De igual manera, es muy conveniente llevar un registro de la tensión arterial al menos dos o tres días a la semana.

El tratamiento farmacológico desempeña un papel crucial, combinando medicamentos para reducir la retención de líquidos, controlar la presión arterial y mejorar la función cardíaca. Además, se recomienda una dieta baja en sal y un consumo controlado de líquidos para evitar la acumulación de líquidos en el cuerpo, así como el control regular del peso y la tensión arterial.


Para un diagnóstico preciso, el doctor Ferreira enfatiza la importancia de realizar pruebas como la ecocardiografía, el electrocardiograma y la radiografía de tórax, que proporcionan información vital sobre los síntomas y la enfermedad subyacente.


En conclusión, el diagnóstico temprano es clave para frenar la evolución de la enfermedad. "El síntoma cardinal que nos tiene que poner sobre aviso es la sensación de falta de aire (disnea), que aparece inicialmente con esfuerzos moderados o incluso importantes. Cuando una persona comienza a notar que disminuye su capacidad de realizar esfuerzos habituales, hay que consultar al médico".


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