Análisis Clínicos y Bioquímica Clínica

Te contamos todo lo que necesitas saber sobre los análisis clínicos: qué son, qué técnicas se utilizan y qué pruebas se realizan. Pide cita en el laboratorio clínico de uno de nuestros hospitales.

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¿Qué son los análisis clínicos y la bioquímica clínica?

Los análisis clínicos son una serie de pruebas de laboratorio que permiten conocer el estado de salud de una persona, así como descartar o confirmar alguna patología. Para llevarlos a cabo, se estudian los componentes de las muestras biológicas que se han tomado, que pueden ser sangre, líquidos biológicos, heces, orina y tejidos.

La bioquímica clínica, por su parte, es un área de la patología que aborda las enfermedades desde el punto de vista analítico y que se centra en la actividad química que interviene en los procesos humanos.

¿Qué estudia y qué tratan los análisis clínicos?

El estudio de los análisis clínicos se centra en los aspectos químicos que afectan a la vida de las personas, tanto cuando están sanas como cuando tienen alguna enfermedad. Esta especialidad médica se basa en el análisis para diagnosticar y prevenir. Debido a la naturaleza de este tipo de procedimientos, también ayuda a realizar el seguimiento del curso de determinadas patologías, para comprobar la eficacia de los tratamientos, y a establecer pronósticos.

Los análisis clínicos se pueden dividir principalmente en seis tipos, dependiendo de los órganos o de las funciones que se quieren examinar:

  • Bioquímica: comprende el estudio de los procesos metabólicos en relación a los cambios tanto fisiológicos como patológicos o los inducidos por maniobras terapéuticas. Se aplican los métodos, técnicas y procedimientos de la química y bioquímica analítica con el propósito de obtener y participar en la interpretación de la información útil para la prevención, diagnóstico, pronóstico y evolución de la enfermedad, así como la respuesta al tratamiento.
  • Hematología: se centra sobre todo en el estudio de los componentes de la sangre y de la médula ósea, así como en las enfermedades que puedan presentar.
  • Genética: se enfoca en las pruebas que muestren alteraciones en los genes (biología molecular) y en los cromosomas (citogenética).
  • Inmunología: estudia las causas que hacen que, en ocasiones, el sistema inmunitario provoque la aparición de enfermedades.
  • Microbiología y parasitología: destinadas al estudio de las enfermedades infecciosas.
  • Toxicología: aborda los efectos negativos para la salud de los agentes químicos y los venenos.

Técnicas, procedimientos y métodos diagnósticos

En los últimos años, las técnicas utilizadas en los laboratorios clínicos han evolucionado mucho. Estos avances, junto con una mayor especialización del personal sanitario, permiten obtener información más detallada de las muestras tomadas y, por lo tanto, llegar a diagnósticos más acertados. Algunos de los procedimientos que más se utilizan en los análisis clínicos son:

  • Microscopía: independientemente de las mejoras, como el uso de pruebas moleculares basadas en ácidos nucleicos, la observación a través del microscopio continúa siendo fundamental en determinadas aéreas del laboratorio como pueden ser: recuento celular de líquidos biológicos, identificación de células sanguíneas y de médula ósea, identificación de microorganismos, seminogramas…
  • Inmunoanálisis: inmunoensayo es el conjunto de técnicas inmunoquímicas analíticas de laboratorio que tienen en común el usar complejos inmunes, es decir, los resultantes de la conjugación de anticuerpos y antígenos, como referencias de cuantificación de un analito (sustancia objeto de análisis).
  • La reacción en cadena de la polimerasa (PCR): técnica de laboratorio que permite la producción (amplificación) rápida de millones a miles de millones de un segmento específico de ADN, que así se podrá estudiar en mayor detalle. Una de sus aplicaciones es detección de enfermedades infecciosas que ayuda a encontrar un fragmento de material genético contagioso en una muestra.
  • Electroforesis: utiliza una corriente para separar determinadas moléculas en función de su tamaño y de su carga eléctrica, por ejemplo, proteínas y ácidos nucleicos. Su uso en los laboratorios clínicos permite diagnosticar enfermedades o hacer un seguimiento de la evolución de los tumores.
  • Citometría de flujo: se usa para contar y clasificar las células según su morfología en función de cómo reaccionan a la luz.
  • Espectrometría de masas: Es una técnica analítica que permite estudiar diversos compuestos de la naturaleza, tanto orgánicos como inorgánicos o biológicos, así como obtener información cualitativa o cuantitativa
  • HPLC: La cromatografía líquida HPLC (High-Performance Liquid Chromatography) es una técnica que permite separar y cuantificar los componentes de una mezcla. Consta de una fase móvil (contiene la muestra) y una fase estacionaria (columna). La separación se da gracias a las interacciones químicas entre las sustancias y la columna.
  • ICP-masas: La Espectrometría de Masa con Plasma Acoplado Inductivamente (ICP-MS, por sus siglas en inglés) es una técnica de análisis multielemental que permite determinar y cuantificar la mayoría de los elementos de la tabla periódica a nivel de traza en muestras de suero y orina.
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