La alta miopía y la alta hipermiopía son dolencias que tienen una rápida solución a través de sencillas técnicas de intervención con el uso de ICL, implantación indolora de una lente dentro del ojo, que conlleva una rápida recuperación que permite al paciente reanudar su vida normal en pocos días, manteniendo sólo unas pautas de prevención.

Nos referimos a la alta miopía cuando las miopías se sitúan por encima de las 6 dioptrías (hasta 8 para córneas muy gruesas) y la corrección quirúrgica con láser excimer sobre la córnea no es la mejor opción. Las miopías altas también suelen estabilizarse más tardíamente por lo que la cirugía se puede retrasar unos años. Con graduación estable por dos años y en ausencia de otras patologías oculares, está indicada el uso de ICL. Se conoce como ICL por sus siglas en inglés a la Lente Intraocular Epiqueratofáquica, una lente que se coloca dentro del ojo por detrás del iris y delante del cristalino pudiendo corregir miopías y/o astigmatismo hasta 20 dioptrías o más. La técnica, utilizada por el equipo de oftalmólogos del doctor Nabil en Quirónsalud San José es muy sencilla, con anestesia sólo en gotas, con incisión corneal mínima porque la ICL entra plegada, la recuperación de la visión y adaptación a ésta, como ya hemos mencionado, es en pocos días y, a continuación, se procede a operar el otro ojo si fuera necesario. La presencia de pequeños defectos residuales a medio plazo pueden ser corregidos con cirugía corneal.

Respecto a la hipermetropía debe ser detectada y corregida precozmente en la infancia para prevenir estrabismos y ambliopías (ojo vago), al igual que en la miopía se debe esperar la estabilización del defecto y descartar patologías concomitantes y la técnica de elección es, igualmente, la implantación de ICL procediendo de igual forma.