La abdominoplastia es la cirugía pensada para corregir las alteraciones del abdomen. Estas alteraciones son debidas a: los embarazos, los grandes cambios de peso o simplemente el paso del tiempo. La abdominoplastia corrige el exceso de piel y grasa, y la separación o diástasis de los músculos rectos abdominales.

Las alteraciones musculares son responsables del abombamiento abdominal constante así como de la sensación de hinchazón que empeora con el transcurso del día. También son responsables de la "pérdida de cintura" tras los embarazos. Estas alteraciones musculares no mejoran con ejercicio ni con tratamientos estéticos, y la única manera de lograr juntar los músculos para conseguir un abdomen recto es la cirugía.

La abdominoplastia se realiza en régimen de ingreso hospitalario y bajo anestesia epidural más sedación (lo más habitual) o anestesia general si la paciente lo prefiere. La paciente ingresa la mañana de la cirugía. Antes de la intervención es visitada en la habitación por el equipo quirúrgico para elmarcaje preoperatorio de la incisión. La incisión habitualmente va desde una espina iliaca anterior a otra pasando por encima del pubis. De esta manera quedará oculta por cualquier prenda de ropa interior o bikini. De cualquier forma, se trata de una cicatriz que con el paso del tiempo va progresivamente siendo menos evidente.

Tras realizar la incisión se realiza un despegamiento cuidadoso pero amplio de la piel del abdomen hasta la zona inferior del esternón. De esta manera se accede a la superficie muscular del abdomen. Para corregir la separación o diástasis de los músculos rectos del abdomen se realiza una plicatura de los mismos, que consiste en volverlos a unir en la línea media mediante una doble sutura de gran firmeza que asegura dicha unión hasta que la cicatrización de los tejidos se encargue de perpetuarla. Posteriormente se tensa la piel y se extirpa el fragmento que sobra para eliminar la flacidez cutánea del abdomen. Se colocan uno o varios drenajes y a continuación se realiza una sutura por planos y se coloca a la paciente una faja, que se mantendrá durante un mes. Es habitual el sondaje de la paciente, que en ocasiones se mantiene hasta el día siguiente.

Durante el primer día, recibirá varias visitas del equipo médico para confirmar que la evolución es la adecuada y no surgen complicaciones. Al día siguiente de la intervención, la paciente recibe su primera cura postquirúrgica y su primer masaje de drenaje linfático antes de ser dada de alta. Además la paciente recibirá instrucciones para aprendere a levantarse de la cama y sentarse sin hacerse daño ni comprometer la cirugía. Lo habitual es volver a casa con uno o varios drenajes que se irán retirando cuando la evolución lo permita, generalmente 4 o 5 días.

Al principio es normal que la paciente no pueda ponerse completamente erguida, lo cual irá sucediendo progresivamente en pocos días. En cuanto a las molestias, predomina la sensación de presión o de plenitud que el dolor en sí. En cualquier caso, se pautan analgésicos y antibióticos los primeros días.