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Unidad de Displasia Anal Quirónsalud Murcia

La Unidad de Displasia Anal está formada por un equipo multidisciplinar altamente cualificado que tienen como objetivo la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de las lesiones generadas por el VPH (virus del papiloma humano) en el ano, lo que se conoce como displasia anal.


Patología anal precancerosa y cancerosa


Son varias las especialidades médicas que componen la Unidad de Displasia Anal.


  • Medicina Interna: los especialistas en Medicina Infecciosa suelen ser los primeros en detectar el VPH en el canal anal mediante pruebas de cribado del VPH, entre otras ITS (infecciones de transmisión sexual).
  • Cirugía general: los cirujanos generales, en concreto los coloproctólogos, suelen ser los especialistas formados en realizar las pruebas necesarias para evaluar el ano, lo que se conoce como Anuscopia de Alta Resolución (AAR o por sus siglas en inglés HRA), así como el seguimiento y tratamiento de las lesiones diagnosticadas. Participa también el Servicio de Anatomía Patológica, evaluando las muestras que se recogen, así como el de Microbiología, que es el que determina la presencia del virus, y sus genotipos.
  • Ginecología: los ginecólogos llevan años realizando estos estudios del VPH y de sus lesiones en el cuello uterino, por ello son expertos colaboradores en cualquier inicio de una Unidad de Displasia Anal. Además, ellos evalúan el riesgo en mujeres, derivando al coloproctólogo a aquellas que tienen un riesgo elevado de padecer VPH, no solo en el cuello uterino sino también en el ano.
  • El Servicio de Urología y de Otorrinolaringología también se ve afectado por la patología que puede producir el VPH, en genitales y en el área orofaríngea. Son estrechos colaboradores a la hora de discriminar los pacientes que pueden tener riesgo elevado de VPH en canal anal.

Finalmente, el Servicio de Medicina Preventiva desarrolla una actividad inestimable en la implantación de la vacuna contra el VPH.

El equipo de enfermería y auxiliares clínicas es esencial en el correcto desarrollo de las técnicas necesarias para la evaluación de estos pacientes.


¿Qué es la displasia anal y por qué se produce?


La displasia anal son los cambios que se producen en las células del ano ocasionadas por la infección por el VPH. La infección por VPH es la enfermedad de transmisión sexual más frecuente. Se calcula que toda la población mundial se infecta alguna vez en la vida. La transmisión es esencialmente sexual, por contacto sexual de mucosas o de piel a piel, aunque raramente también puede transmitirse sin contactos sexuales o incluso con métodos de barrera (preservativo), pero es más excepcional. La mayoría de las personas adultas que se contagian nunca se enteran, porque habitualmente no produce síntomas y el sistema inmune del cuerpo elimina el VPH.

Existen algunos grupos de pacientes cuya eliminación por parte del sistema inmune es más complicada. Son lo que llamamos grupos de riesgo, que incluyen pacientes que conviven con el VIH, hombres que tienen sexo con hombres, pacientes inmunosuprimidos por cualquier motivo (trasplantados, enfermedades autoinmunes, enfermedad inflamatoria intestinal,...), mujeres que han tenido ya lesiones de vulva y vagina ocasionadas por el VPH... En estos pacientes, el virus permanece más tiempo en su canal anal, provocando cambios celulares conocidos como displasia anal o lesiones de alto grado, y que se consideran precursores de lesiones malignas, esto es: del cáncer de ano.


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¿Cuáles son los síntomas de la displasia anal?


La displasia anal como tal es asintomática, no produce ningún síntoma. Si evoluciona a cáncer de ano si se puede percibir dolor anal, sangrado, se puede palpar una úlcera o un bulto en el ano,...


¿Qué pruebas se realizan para el diagnóstico de la displasia anal?


Deben realizarse en los grupos de riesgo. Si se realiza una determinación de VPH en la población general, es posible que sea positivo en el 80% de la misma o más, sin que ello suponga alarma, ya que en general, ni produce síntomas ni lesiones. En los grupos de riesgo de que el VPH permanezca y pueda ocasionar displasia, debe realizarse lo primero una determinación del virus, que se hace mediante una pequeña torunda (bastoncillo) que se introduce por el canal anal. Se analiza mediante una PCR del virus (reacción en cadena de la polimerasa) y nos informará no solo de la presencia o no del virus, sino también del genotipo. Hay más de 100 genotipos, algunos de ellos son de alto riesgo y otros de bajo riesgo. Los de alto riesgo son los que más alteraciones celulares producen.

También se suele realizar una citología del canal anal, con la misma técnica: una torunda o bastoncillo que se introduce por canal anal. No son técnicas dolorosas. En la citología tenemos una pequeña aproximación al estado de las células del canal del ano.

En el caso de una determinación positiva para el VPH, sobre todo si se han encontrado genotipos de alto riesgo, o si la citología presenta alguna alteración, procede la realización de una Anuscopia de Alta Resolución. Se trata de una técnica que presende tomar muestra para biopsia. Las lesiones provocadas por el VPH no son visibles al ojo humano, para poder visualizarlas se necesita un aparato semejante a una lupa o a un microscopio, ampliamente utilizado por los ginecólogos para realizar colposcopias.

Se necesita introducir un aparato por el ano del paciente para visualizarlo por dentro, se llama anuscopio. Se puede introducir sin necesidad de anestesia o sedación, requiere la colaboración del paciente, pero en la mayoría de los casos es bien tolerado. Se utilizan una serie de colorantes que tiñen las células afectadas y, junto con el microscopio, se visualizan posibles lesiones. De ellas se toman biopsias y finaliza el procedimiento.


¿Qué tratamientos son los más efectivos para la displasia anal?


Cuando se detecta en la biopsia de un paciente una displasia anal, puede tratarse de varias maneras. Existen tratamientos autoaplicables y tratamientos que debe dispensar el especialista. Entre los autoaplicables destacan las pomadas o supositorios, como por ejemplo el imiquimod. Se trata de un inmunomodulador, un fármaco que impide la replicación del virus y consigue la regresión de las lesiones ocasionadas por él. Existen otros fármacos con resultados variados.

En el caso de los tratamientos aplicados por el especialista, destaca la electrocoagulación, es decir: quemar la lesión con bisturí eléctrico; o el tratamiento con láser. Ambas requieren anestesia y realizarse en un quirófano. En la consulta es posible realizar también un tratamiento dirigido a la lesión con ácido tricloroacético, que se aplica sin necesidad de anestesia en un procedimiento muy similar a la HRA de diagnóstico.

En los pacientes de riesgo y sobre todo en aquellos a los que se les ha aplicado tratamiento, es necesario un seguimiento, anual o bianual en función de los factores de riesgo individuales del paciente.

Por último, y en términos de prevención, la vacuna contra el VPH ha demostrado una clara eficacia. Las niñas vacunadas del VPH desde hace años, ahora tienen menos cáncer de cuello uterino. La inclusión en los calendarios vacunales de la vacuna del VPH también para niños a los 12 años, ha sido un gran logro de la Sociedad y en los próximos años veremos también sus efectos en el canal anal. Hoy en día, es recomendable vacunarse si no se ha vacunado previamente. La vacuna previene de la infección de 9 genotipos de los más frecuentes y de mayor riesgo. Y en el caso de que ya se haya contagiado el paciente de alguno de ellos, reduce su potencial para producir lesiones.

El VPH se comporta en el ano igual que sabemos desde hace años que se comporta en el cuello uterino. Las medidas aplicadas a la población general para reducir el cáncer de cuello han demostrado su utilidad. Hoy sabemos que, aplicadas esas medidas y esos controles a los grupos de riesgo (no a la población general sino sólo a los grupos de riesgo), podemos conseguir reducir la tasa de cáncer de ano.


Especialistas en displasia anal Murcia


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