Permite conservar los gametos femeninos y embriones de forma prolongada y con todas las garantías. Es una técnica que permite acceder a la maternidad tras un tratamiento oncológico, así como posponerla por cualquier otro motivo.

¿Cuándo está recomendada?

  • Para preservar embriones sobrantes de un ciclo de FIV-ICSI.
  • En caso de desear preservar la fertilidad antes de comenzar tratamientos oncológicos.
  • En caso de querer posponer la maternidad.
  • En caso de mujeres con baja reserva ovárica.
  • En paciente con problemas éticos para la congelación embrionaria.
  • En pacientes sometidas a Fecundación in Vitro, en las que se obtiene un número elevado de óvulos y por razones ético-morales se oponen a la congelación.

¿En qué consiste?

La vitrificación consiste en un proceso de conservación a muy baja temperatura, sin congelación, a través de una extrema elevación de la viscosidad durante el enfriamiento, que se realiza a gran velocidad.


Los ovocitos son protegidos y sumergidos en nitrógeno líquido a una temperatura de -196º C.

Es una técnica simple con la que se obtienen buenos resultados. Es utilizable tanto en ovocitos como en embriones humanos, por lo que tiene múltiples aplicaciones.

Los pasos para la extracción de los ovocitos son los mismos que se dan para un tratamiento de FIV: estimulación ovárica y extracción de los ovocitos. Después, en lugar de fecundarlos, se produce la vitrificación y almacenaje.

¿Qué eficacia tiene?

Cuando los óvulos son jóvenes –hasta los 35 años- la preservación ofrece una fantástica posibilidad de conservación, pues más del 90% de los ovocitos sobreviven al proceso.