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  • Los ultrasonidos aumentan la movilidad de los espermatozoides un 266%

    Antonio Urries, Director de la Unidad de Reproducción Asistida del Hospital Quironsalud Zaragoza, comparte su reacción ante el paper publicado el pasado 14 de febrero, "Making immotile sperm using high-frequency ultrasound."


    Las técnicas de reproducción asistida llevan mejorando sus resultados desde el nacimiento del primer bebé en Inglaterra en 1976, pero en los últimos años hemos visto como esta progresiva mejora se estancaba a pesar de la incorporación de avanzadas y costosas tecnologías en nuestros laboratorios. Hemos conseguido incrementar nuestra capacidad predictiva y mejorado el estudio y diagnóstico sobre los embriones que obtenemos en los ciclos de fecundación in vitro, pero sin que con ello aumentemos sustancialmente las opciones de embarazo de nuestras pacientes. Conocemos muy bien cómo debe de ser un buen embrión y lo identificamos, pero aún nos queda mucho recorrido para saber cómo mejorar la calidad de esos embriones.

    Es por ello que últimamente se está volviendo el foco hacia el desarrollo de nuevas técnicas básicas de laboratorio que nos permita un mejor tratamiento y procesado de los gametos, tanto óvulos como espermatozoides, y este trabajo encajaría perfectamente en este planteamiento.

    En este sentido la lógica debería indicarnos que un incremento en la movilidad espermática debería ser importante dentro de un proceso reproductivo, pero realmente no se ha visto tan determinante cuando aplicamos técnicas de fecundación in vitro.

    En la práctica hemos podido comprobar que no existe una relación tan directa entre movilidad y capacidad fecundante y con frecuencia nos encontramos con espermatozoides normales con buena movilidad que no son capaces de fecundar al óvulo mientras otros con peor motilidad no tienen ningún problema en hacerlo.

    La explicación radica en que hay otros factores implicados en el proceso con igual o incluso mayor importancia como, por ejemplo, la interacción entre las proteínas de membrana existentes en la cabeza del espermatozoide y en la zona pelúcida del óvulo, punto que no se contempla en este estudio.

    Un tema aparte sería el de aquellos varones con espermatozoides totalmente inmóviles (astenozoospermia severa) o en los obtenidos mediante biopsia testicular ya que, con frecuencia, en estos casos la movilidad espermática es prácticamente nula, lo que no permite distinguir espermatozoides viables de los muertos, incrementándose el riesgo de un fallo total de fecundación del óvulo en el caso de utilizar estos últimos. La posibilidad de activar dicha movilidad mediante ultrasonidos (en un 33%) tal como indican los autores permitiría seleccionar espermatozoides viables mejorando con ello las tasas de fertilización en estas situaciones.

    En conclusión, como en cualquier mejora de laboratorio, es importante definir de forma objetiva los casos en los que claramente pueda estar indicada la técnica. En situaciones de ausencia de movilidad espermática severa podría servirnos para distinguir de forma sencilla a los espermatozoides viables de los no viables, pero quedaría por demostrar si realmente este incremento en la movilidad se traduce de forma general en un incremento en las tasas de fertilización sobre el óvulo y en una mejor calidad embrionaria.

    La noticia publicada, disponible en https://medicinaresponsable.com/investigacion/tecnica-ultrasonidos-aumenta-movilidad-espermatozoidesEste enlace se abrirá en una ventana nueva

  • ¿Es la infertilidad la nueva pandemia?

    El Director de la Unidad de Reproducción Asistida, Antonio Urries, publica en el Diario El País este artículo

    La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado recientemente un informe en que pone de manifiesto el problema de la esterilidad que, de forma global, afecta a millones de personas en todo el mundo. La principal conclusión es demoledora: 1 de cada 6 personas de la población mundial sufrirá infertilidad en algún momento a lo largo de su vida.

    El informe está basado en un meta análisis realizado sobre 133 estudios publicados en los últimos 30 años (1990-2021) sobre una población de entre 15 y 49 años de distintas partes del mundo y dentro de los objetivos de desarrollo sostenible (SDG) promovidos por la OMS, SDG 3: Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades y SDG 5: Lograr la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y niñas.

    Pero lo importante son los resultados. Según dicho estudio un 17.5% de la población mundial sufrirá problemas de infertilidad a lo largo de su vida (lifetime prevalence). Es cierto que se dan variaciones según la zona estudiada, siendo la más alta la encontrada en la zona del Pacífico oeste (23.2%) y la más baja la zona este del Mediterráneo (10.7%), pero lo que ha resultado curioso es que no se han encontrado diferencias en base al nivel de ingresos de cada país, si bien las causas de la infertilidad pueden ser diferentes. En Europa nos encontramos en la media (16.5%).

    Hay quien duda que debamos considerar a la infertilidad como una enfermedad al uso, pero lo que no se puede discutir es que los problemas que genera afectan directamente al concepto de "salud pública" considerado de forma global con el término "One Health" que tanto nos gusta utilizar actualmente. La infertilidad es una enfermedad que provoca importantes problemas sociales que, según el país estudiado, pueden abarcar desde problemas psicológicos, económicos e incluso de violencia de género, frente a lo cual la mayoría de los países no disponen de políticas ni de servicios sanitarios adecuados.

    Podemos pensar que esa es una cuestión que no nos afecta a nosotros en España. Nada más lejos de la realidad ya que son las mismas cifras que manejamos en nuestro país. Estamos en la media. 1 de cada 6 personas en España van a tener problemas de fertilidad a lo largo de su vida. Podemos presumir de servicios sanitarios, pero no podemos olvidar que también tenemos una tasa de natalidad de 1.2 hijos por mujer y necesitaríamos una tasa de reposición de 2.1 para mantener un equilibrio generacional que permita dar sostenibilidad a nuestra sociedad.

    También tenemos nuestros propios problemas. Y el principal es el retraso de la edad en la que accedemos a la maternidad. En 1975 estaba cifrado en los 25 años y actualmente nos acercamos a los 33, que se convierten en 35 entre la población universitaria o que acceden a la vida laboral y esto tiene su coste en nuestra capacidad reproductiva y en los problemas de infertilidad consiguientes.

    Frente a ello sólo hay dos opciones: o cambiamos la sociedad para facilitar el acceso a la maternidad en edades más tempranas o facilitamos el acceso a las técnicas de reproducción asistida (TRA). Aunque posiblemente ya ambas sean necesarias.

    No voy a entrar en los cambios sociales que serían necesarios para la primera opción. Creo que actualmente se escapan a nuestro control. Pero si que es importante que la población (y nuestros gobiernos), sean conscientes del problema que genera este retraso y de que no hay un remedio mágico que lo solucione.
    Disponemos de "soluciones técnicas" como son las Unidades de Reproducción Asistida de las que podemos presumir en España y ya un 10% de los nacimientos en nuestro país son mediante Técnicas de Reproduccion Asistida (TRA). Pero también vemos cómo la edad media de la población que acude a estas unidades se va incrementando paulatinamente. Ya estamos en los 39 años y posiblemente superemos pronto los 40, lo que puede suponer una dificultad añadida para el uso de sus propios gametos.

    En conclusión. Espero que este informe de la OMS no caiga en saco roto y los organismos pertinentes en España tomen nota de que hay que trabajar. En ambas vías. Primero facilitando social y laboralmente la maternidad en edades "biológicamente" más adecuadas y segundo simplificando el acceso a las técnicas de reproducción asistida a aquella población que por motivos sociales desean (o se ven obligadas) a posponer su maternidad a edades más avanzadas, haciendo que ese tránsito por la infertilidad sea más rápido y menos costoso.

    Lo que queda claro es que necesitamos una actuación urgente a nivel mundial para garantizar que todas las personas en todas las partes del mundo puedan conseguir formar su familia deseada.

  • Reacción: "una nueva técnica permite seleccionar espermatozoides para elegir el sexo"

    El Dr. Antonio Urriés, director de la Unidad de Reproducción Asistida de Quirónsalud Zaragoza expone en este artículo de Science Media Centre su opinión sobre la última publicación en la revista Plos One, que asegura que investigadores de Estados Unidos han probado una nueva técnica para seleccionar espermatozoides y con ello aumentar las posibilidades de que el embrión sea de uno u otro sexo. La eficacia demostrada ronda el 80 %. Aunque algunos países como Estados Unidos permiten este tipo de procedimientos, en España están prohibidos salvo en casos de prevención de enfermedades ligadas a cromosomas sexuales. Los autores del artículo afirman que la selección de espermatozoides es más aceptable éticamente que la selección de embriones.

    Reacción del Dr. Urriés

    El objetivo, planteamiento y diseño del artículo es adecuado, aunque su utilidad práctica es limitada por diversos motivos. En primer lugar, su efectividad es limitada (alcanza únicamente el 80 %) y ya existen otros procedimientos con una efectividad similar. Por otra parte, se fundamenta en los mismos principios hasta ahora contemplados, como es la diferencia de densidad entre el espermatozoide que contiene el cromosoma "X" respecto al que contiene el "Y", por lo que tampoco aporta ningún punto diferencial en ese aspecto frente a lo ya existente. Por último, en referencia a la técnica utilizada y su reproducibilidad, no se puede valorar ya que no indica la técnica específica utilizada. En resumen, en mi opinión no aporta un valor añadido frente a lo ya existente más allá del impacto social que noticias como esta pueden tener.

    No comparto [como dicen los autores] que sea más éticamente aceptable hacer una selección del sexo mediante el estudio del espermatozoide en vez de un diagnóstico sobre el embrión, ya que el condicionante ético considero que viene por el concepto en sí de "selección a la carta", más que por la técnica utilizada. Incluso desde el punto de vista de su eficacia, en la actualidad sería más ético hacer el diagnóstico sobre el embrión que sobre el espermatozoide por su mayor fiabilidad.

    Debemos tener en cuenta que la Ley de Reproduccion Asistida (Ley 14/2006) en España considera Infracción Muy Grave la selección de sexo sin indicación, con una sanción que puede ir desde los 10.001 euros hasta un millón. Y es justo en ese concepto de "indicación" donde radica la limitación. La voluntad, por parte de una mujer o pareja, de tener un hijo de uno u otro sexo no puede considerarse una indicación médica. La ley 14/2006 de Reproducción Asistida indicaba claramente que la reproducción asistida debía tener una indicación clínica, y por ello permitía realizarla para evitar la transmisión de enfermedades hereditarias graves ligadas al sexo, como por ejemplo la hemofilia, alguna distrofia muscular como el Duchenne o el síndrome X frágil. La justificación radicaba en que los varones tenían una probabilidad alta de manifestar la enfermedad (50%), mientras que las mujeres siempre resultarían sanas.

    Es de destacar que en esos momentos desconocíamos la mutación que originaba la enfermedad, por lo que no podíamos utilizar otros procedimientos más directos aun sabiendo que con esa selección de sexo también estábamos descartando un 50% de varones que hubieran sido sanos. Actualmente ya no se suele realizar en estos casos, ya que somos capaces de detectar la mutación sin necesidad de tener que seleccionar el sexo. En mi opinión, el permitir o no la aplicación de este tipo de selección sin indicación médica debería partir de un análisis profundo de la propia sociedad, analizando si en ese momento podría haber un desvío poblacional hacía uno u otro sexo como en su momento ocurrió en China. Una solución intermedia podría ser permitir la selección de un segundo hijo siempre que fuera de sexo distinto al primero.

    En mi opinión, este trabajo no mejora la eficacia de técnicas ya existentes y tampoco aporta novedades en el procedimiento "de base", aunque no se puede valorar en detalle, ya que no describe el procedimiento utilizado. Únicamente podemos destacar el impacto social que noticias como esta pueden tener pero que, en España, tienen poco recorrido dada la legislación vigente.

  • Jennifer Aniston: “El barco ha zarpado”

    Compartimos en este post el editorial de la revista de diciembre de 2022 de la Asociación para el Estudio de la Biología de la Reproducción (ASEBIR) escrita por Antonio Urries, presidente de ASEBIR y director de nuestra Unidad de Reproducción Asistida de Zaragoza, dirigida a todos los embriólogos

    El pasado 9 de noviembre, Jennifer Aniston, famosa protagonista de la serie televisiva "Friends", sorprendió publicando en una entrevista a la revista "Allure" que se había sometido a tratamientos de fertilidad y la frustración que le generó no conseguir el embarazo deseado.

    Por encima del carácter sensacionalista de la noticia que se genera al tratarse de un personaje conocido, debería servirnos a todos los profesionales involucrados en esta campo para reflexionar sobre dos puntos que quedan reflejados a lo largo de la entrevista. La falta de información que tiene la sociedad en general sobre su "biología reproductiva" y el riesgo que puede suponer el basar todo su proyecto reproductivo en "congelar unos óvulos"

    Ambos puntos quedan reflejados en el artículo cuando la actriz, actualmente con 53 años, hace una revisión de todo lo sucedido en esos momentos y de cómo, incluso, tuvo que sufrir el ataque de la prensa que le tildaba de "egoísta" por hacer prevalecer (aparentemente) su carrera profesional frente a la maternidad, justo en una época en que se estaba sometiendo a todos esos fallidos tratamientos.

    Creo que, sin duda, podemos ver reflejada esta situación en nuestra propia sociedad, pero sería un error y una injusticia responsabilizar a las mujeres por ello, como le pasó a Jennifer Aniston. La sociedad no se lo pone fácil.Y mucho menos a los más jóvenes. Competitividad laboral, condiciones imposibles de conciliación familiar, dificultad para independizarse,…situaciones en las que toda la información sirve de poco. Como me dijo un día una colega y amiga "cuando estas al borde de la pobreza dan igual la educación, la biología de la reproducción y cualquier proyecto de futuro. Dan igual las ganas y los deseos".

    Pero aunque no esté en nuestras manos revertir esta situación, en lo que sí debemos asumir responsabilidad es frente a esa falta de información. Debemos de ser capaces de transmitir a la sociedad mensajes más ajustados que den respuesta a esas dos cuestiones. Por algo nuestra asociación incluye las palabras "Estudio de la Biología de la Reproducción" y trabajamos para ese fin. No solo para hacer tratamientos de reproducción asistida.

    Y ese el llamamiento que os hago desde esta editorial. Cada uno de nosotros, desde nuestras unidades, y de forma global a través de nuestra asociación, deberíamos afrontar la tarea divulgativa de explicar a la sociedad no sólo como se hace una fecundación in vitro, sino también qué debe hacerse para no tener que acabar recurriendo a ella. Y si tienen que recurrir que sea en las mejores condiciones posibles.

    Esta claro que tal como ha evolucionado la sociedad es difícil que volvamos a la situación de hace 50 años, cuando la edad media de embarazo apenas pasaban de los 20, pero la sociedad debe, por lo menos, ser consciente de los riesgos que corre si retrasa demasiado su maternidad y de las posibles opciones a las que puede recurrir si ve claro que ese retraso es inevitable.

    Incluyendo naturalmente la criopreservación de óvulos. Pero no como "la opción" sino como "una opción cuando no hay otra opción" y nunca con el mensaje de que esa preservación le va a garantizar su futuro embarazo.

    Siempre he pensado que debemos considerarnos profesionales de la reproducción, no sólo de la reproducción asistida, y ayudar a informar a la sociedad de que la vida es muy larga, pero la vida reproductiva no lo es tanto y no podemos permitir que acaben viniendo a nuestras consultas mujeres de más de 40 años que se sorprendan de que su maternidad está en peligro porque nadie les había avisado. Pero también deben saber que congelar unos ovulos no les va a garantizar ser madres en el futuro.

    Desde ASEBIR os animamos a que asumáis esa responsabilidad en vuestros centros y promováis campañas divulgativas sobre la Biología de la Reproducción. Y sobre todo ayudar a las mujeres jóvenes (y sus parejas) a valorar su proyecto reproductivo y a la toma de decisiones cuando aún están a tiempo. No deberíamos permitirnos que, ni Jennifer Aniston ni nadie, dijera frases como la publicada en su reportaje: "ojalá alguien me lo hubiera dicho antes".

    Luego, si es necesario, ya les explicaréis cómo se hace una preservación de óvulos o una fecundación in vitro.

  • Ser madre a partir de los 38 años: qué tener en cuenta y cómo conseguirlo

    Comparto con vosotros la entrevista que ha publicado el diario Consumidor Global sobre Ser madre a partir de los 38 años: qué tener en cuenta y cómo conseguirlo

    Ser madre a partir de los 38 años: qué tener en cuenta y cómo conseguirlo (consumidorglobal.com)Este enlace se abrirá en una ventana nueva

    La maternidad es una de las decisiones más importantes para una mujer y puede llevar mucho tiempo de reflexiones, dudas e incertidumbres acerca de cuándo es el mejor momento para tener un hijo. La inestabilidad económica, la falta de seguridad y un sinfín de motivos personales y sociales pueden retrasar los tiempos para dar este importante paso. En la actualidad, la media de acceso a la maternidad en España es de 32 años, pero, ¿qué ocurre si una mujer decide esperar más para ser madre? El director de Reproducción Asistida de Quirónsalud Zaragoza y presidente de la Asociación para el Estudio de la Biología de la Reproducción (Asebir), el doctor Antonio Urries López, explica a Consumidor Global las claves a tener en cuenta y cómo conseguir un embarazo exitoso a partir de los 38 años.

    Es preciso recordar que la edad tiene un claro efecto negativo sobre la fertilidad y, tal y como explica el doctor Urries, "la infertilidad viene originada por una disminución en la calidad de los óvulos producidos a medida que pasan los años, un problema que se agrava a partir de los 35". En fecundidad natural, la tasa de embarazo por mes de una mujer de 20 años oscila entre el 20 y el 25%, mientras que esta se reduce a la mitad a partir de los 35 años y aumenta la probabilidad de aborto espontáneo. A partir de los 40 años la probabilidad de un embarazo natural es de sólo un 5%.

    Los problemas de retrasar el primer embarazo

    Con 38 años más de un 70% de los óvulos producidos por una mujer tienen alteraciones genéticas. "Esto se traduce en unas tasas de aborto de alrededor del 25% y una mayor incidencia de anomalías genéticas", indica el experto. Es por ello que es recomendado realizar un mayor control durante los embarazos a esa edad con el objeto de detectar esas posibles anomalías.

    A pesar de esta realidad, la sociedad actual no es del todo consciente de los problemas que puede originar el retraso en la edad en la que se intenta tener el primer hijo. El doctor Antonio Urries reconoce que es un problema muy frecuente y opina que es de "vital importancia" concienciar a la sociedad en general y a las mujeres en particular de los problemas que les puede generar el retraso en la maternidad.

    ¿Cuál es la mejor edad para ser madre?

    A la pregunta sobre cuál es la mejor edad para tener hijos, el presidente de la Asociación para el Estudio de la Biología de la Reproducción (Asebir) se muestra claro con su respuesta: "Lo antes posible". Y es que, como cuenta el especialista, "la sociedad actual no está preparada para tener hijos en la década de los 20 años, aunque sería lo ideal". En cualquier caso, la recomendación de los profesionales es tener su primer hijo antes de los 35 años.

    Pero, si se da el caso de una persona que tiene claro que no va a poder ser madre antes de los 35 años, lo que recomiendan desde Quirónsalud es realizar una Preservación de la Fertilidad lo antes posible. Esto es una vitrificación o congelación de óvulos en una etapa en la que aún puedan considerarse fértiles (antes de los 35 años). "Así se pueden usar en una edad más avanzada en la que sus propios óvulos pueden no tener ya una capacidad reproductiva adecuada", subraya el doctor Antonio Urries, quien también advierte que ello no es una garantía de embarazo, aunque sí que aumentaría la probabilidad de conseguirlo.

    La vitrificación de óvulos como opción para retrasar la maternidad

    Por otro lado, la técnica de reproducción asistida más habitual hoy en día es la Fecundación In Vitro con todas sus variantes. Además, como señala el director de Reproducción Asistida de Quirónsalud Zaragoza, "esta nos permite abordar de forma integral cualquier problema de fertilidad con que nos encontremos, tanto de causa masculina como femenina, con la posibilidad de realizar estudio genético para evitar la transmisión de enfermedades genéticas hereditarias".

    En definitiva, la recomendación de los expertos es programar el embarazo antes de llegar a los 35 años, pero si por motivos sociales, laborales o de pareja, se tiene claro que va a haber un retraso importante en acceder a esa maternidad, "lo ideal sería realizar una vitrificación de óvulos con el fin de intentar preservar esa fertilidad", concluye el doctor Antonio Urries.

  • Embriones sintéticos

    Artículo del doctor Antonio Urries, director de la Unidad de Reproducción Asistida y presidente de ASEBIR sobre la reciente investigación con embriones sintéticos que puede dar respuesta a muchas preguntas en el terreno de la embriología humana

    post Urriespost Urries

  • La biología de la reproducción y los embriólogos clínicos: características de su sociedad científica

    Artículo del Dr. Antonio Urries, director de la Unidad de Reproducción Asistida y presidente de ASEBIR

    ¿Qué hace un embriólogo clínico?
    La alta especialización y pluralidad que ha alcanzado el campo de la Sanidad genera, cada vez con mayor frecuencia, la incorporación de profesionales con distintas formaciones en los hospitales y Unidades Asistenciales españolas.

    Áreas de conocimiento como Reproducción Humana Asistida y Genética caen de lleno dentro de las funciones para los que los biólogos, biotecnólogos, bioquímicos... empiezan a prepararse desde el primer curso de su formación universitaria.

    Y posiblemente sea el campo de la biomedicina más complejo y que más debates éticos, sociales, legales y religiosos ha generado en los últimos años. No hace falta más que ver los titulares de los periódicos para darnos cuenta del impacto que tiene en nuestra sociedad cualquier tema relacionado con el derecho de una mujer a ser madre y la posible manipulación del inicio de la vida que conlleva la aplicación de estas técnicas. Temas como la embriología clínica, fecundación in vitro, diagnóstico genético preimplantacional, preservación de la fertilidad, maternidad subrogada, investigación con células madre embrionarias… entran plenamente dentro de nuestro campo de acción.

    Y esto es solo el principio, porque la nuevas técnicas de edición genética (CRISPR-Cas9,...) van a revolucionar aún más si cabe la salud reproductiva humana.
    Nuestro día a día requiere Actividad asistencial con comunicación directa con los pacientes, encaminada a elegir e informar de la técnica adecuada a aplicar en cada caso, diseño de protocolos e interpretación y validación de los resultados. Sin olvidarnos de una importante función docente e investigadora con participación activa en programas de docencia pre y post graduada.

    Por último destacar nuestra colaboración directa con la Comisión Nacional de Reproducción Humana Asistida (CNRHA), órgano colegiado del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, de carácter permanente y consultivo, dirigido a asesorar y orientar sobre la utilización de las técnicas de reproducción humana asistida, a contribuir a la actualización y difusión de los conocimientos científicos y técnicos en esta materia, así como a la elaboración de criterios funcionales y estructurales de los centros y servicios donde aquellas se realizan.

    Pero no todo es tan bonito...

    A pesar de todo lo explicado, más del 90% de los profesionales que trabajamos en laboratorios de Reproducción Asistida en Centros españoles, tanto públicos como privados, no somos considerados profesionales sanitarios. El origen de ello es una falta de Ordenamiento Profesional que se ha visto perpetuado durante todos estos años, ocasionando intranquilidad e incertidumbre entre los profesionales, a la vez que genera indefensión para las pacientes que recurren a estas técnicas, al no tener aseguradas la suficiente cualificación de los facultativos que las realizan.

    Frente a ello, la Ley 44/2003 de 21 de Noviembre, de ordenación de las profesiones sanitarias (cuya última actualización se publicó el 23 de Marzo de 2014) no ha sabido dar respuesta a esta falta de ordenamiento de la actividad profesional que realizan, a pesar de que en el Real Decreto 1277/2003 define claramente la figura de estos profesionales como "facultativos con formación y experiencia en Biología de la Reproducción", reconociendo de forma implícita su papel como profesionales sanitarios.

    Sirvan por ello estas líneas para dar a conocer a nuestra sociedad, pero también como reivindicación y petición de una correcta regularización de nuestra actividad. Regularización que garantice tanto la correcta formación de los nuevos profesionales que acuden a ella, como la seguridad asistencial de los pacientes, quienes tienen derecho a ser atendidos por especialistas académicamente formados.

  • La importancia de la atención continuada

    Artículo de José Luis Gámez Prieto. Embriólogo clínico y Biólogo en la Unidad de Reproducción Asistida de Quirónsalud Zaragoza

    En áreas en continua evolución como es el campo de la embriología clínica, la formación continuada es un valor fundamental para intercambiar y adquirir nuevos conocimientos y habilidades que den lugar a una mejora en la calidad de nuestro desempeño profesional.

    A causa de la pandemia ocasionada por el virus SARS-coV-2 esta formación continuada dejó de impartirse en jornadas y congresos presenciales, pero aun con todo, nuestras inquietudes por seguir formándonos no se calmaron y "gracias a ella" se empezaron a organizar reuniones virtualmente conocidos como "webinars", seminarios impartidos vía internet que cuenta con la virtud de tener una mayor difusión y llegar a más profesionales. Esta herramienta, por ejemplo, ha sido crucial a la hora de crear y consensuar unas nuevas recomendaciones para la seguridad y reducción de riesgos ante la infección por coronavirus (SARS-coV-2) en las clínicas de reproducción asistida por parte de ASEBIR, siendo esto solo un ejemplo de lo que han ayudado estos "webinars" a que los embriólogos podamos seguir creciendo profesionalmente, y por consiguiente, poder seguir ofreciendo el mejor tratamiento posible a nuestros pacientes.

    Por fin a finales de 2021, gracias a la vacunación, nos pudimos reunir de nuevo presencialmente en el XI congreso de ASEBIR celebrado en la ciudad de Toledo.

    Aquí tras dos años, pudimos volver a encontrarnos con los compañeros y hablar de las últimas innovaciones en Reproducción Humana Asistida, como por ejemplo, las células madres en la medicina reproductiva o la importancia de un buen asesoramiento genético a nuestros pacientes; además, de estar al día sobre la situación de la deseada regulación del embriólogo como profesional sanitario y la posible creación de la especialidad de Reproducción Asistida.

    Como era de esperar, gracias a su potencial y versatilidad, los "webinars" han llegado para quedarse y convivir con las tradicionales reuniones presenciales, lo que es una grandísima noticia de cara tanto a nuestro desarrollo profesional como personal.

    Y lo que es más importante, todo esto se traducirá en una mejora continua en la calidad asistencial que ofrecemos a nuestros pacientes.

  • Semana de la fertilidad

    Nuestro Director de la Unidad de Reproduccion Asistida y presidente de ASEBIR, Antonio Urries, participa en el Debate Inaugural de la Semana de la Fertilidad, junto con el Presidente de la SEF y la presidenta de la Red Nacional de Infértiles.

    Puedes ver el vídeo aquí:

  • Nuestra obligación con la preservación de la fertilidad

    Antonio Urries. Biólogo. Director Unidad Reproducción Asistida Quirónsalud Zaragoza

    Naturalmente nuestra obligación como unidades de reproducción asistida y de las sociedades científicas que nos representan es la de avanzar en la solución de los problemas de fertilidad y de las técnicas utilizadas para ello.

    Pero no podemos olvidar nuestra responsabilidad ante la sociedad en la divulgación de los posibles mecanismos de prevención que pueden aplicarse antes de que se genere una situación de infertilidad sobrevenida, bien por causas médicas o por motivos sociales.

    Ello hace que frecuentemente sociedades científicas nacionales e internacionales (ASEBIR, ESHRE, SEF,…) realicen campañas divulgativas, no tanto para profesionales, sino para el público en general, transmitiendo mensajes y recomendaciones que pueden facilitar que en un futuro esas personas puedan tener su propia familia biológica.

    El último ejemplo lo tenemos en la guía elaborada este mismo año por la European Directorate for the Quality of Medicines & HealthCare (EDQM) del Consejo de Europa, con el apoyo de la European Society of Human Reproduction and Embryology (ESHRE), titulada Preservación de la Fertilidad. Una guía para personas que se enfrentan a una enfermedad o eventos de la vida que puede afectar su fertilidad (Fertility Preservation. A guide for people facing an illness or life events that may affect their fertility).

    En dicha guía se describe a la Preservación de la Fertilidad como el proceso de salvar o proteger los óvulos, espermatozoides y/o tejido reproductivo de una persona con el fin de que puedan ser utilizados en una etapa posterior de su vida, cuando su fertilidad natural puede haberse visto comprometida.

    Dentro de dichas causas podemos encontramos a personas sometidas a quimio-radioterapia para el tratamiento del cáncer o cualquier proceso o enfermedad que pueda afectar a una fertilidad futura, pero también a aquellas mujeres que por motivos personales desean posponer su maternidad a una edad en la que hayan podido perder su capacidad reproductiva natural. Sin olvidarnos de las personas no-binarias y los nuevos modelos familiares.

    Básicamente las diferentes opciones se basan en la criopreservación de óvulos, embriones o tejido ovárico en el caso de la mujer y de espermatozoides o tejido testicular en el caso del hombre. Todas ellas con sus ventajas e inconvenientes dependiendo de la indicación.

    La técnica a emplear dependerá del tipo de paciente que se trate, pero siempre implican técnicas de criopreservación que están ampliamente descritas en esta guía con una información clara, precisa y equilibrada accesible para el público en general y con mensajes ajustados para "llevar a casa", del cual reproduzco el último párrafo:

    "Cualquier persona que considere la preservación de la fertilidad debe ser remitida a una clínica/experto en fertilidad, que les proporcionará más información sobre su riesgo de infertilidad, sus opciones de preservación de la fertilidad y el posible uso futuro de sus ovocitos / espermatozoides o tejidos criopreservados."

    Contad siempre con vuestro especialista.
    Aquí tenéis el enlace:
    https://asebir.com/fertility-preservation-guide-june-2021/

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Sobre este blog

Actualmente se considera que una de cada cinco parejas en edad fértil va a tener dificultades para conseguir un embarazo. Las Técnicas de Reproducción Asistida dan solución a la mayor parte de estos problemas, pero también generan importantes debates éticos y sociales. En este blog vamos a intentar no sólo marcar las bases de las técnicas diagnósticas y terapéuticas de que disponemos actualmente sino también debatir acerca de los últimos avances que vayan apareciendo.

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