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Blog del Hospital Ruber Internacional

  • ¿Qué es el Síndrome de May-Thurner?

    May-ThurnerMay-Thurner

    El Síndrome de May-Thurner se define como la compresión de la vena ilíaca izquierda entre la arteria ilíaca derecha y la columna lumbo-sacra. Su afección está asociada a personas delgadas, especialmente a mujeres, aunque no se conoce con precisión su origen.

    Este síndrome puede desencadenar una obstrucción parcial o completa del flujo sanguíneo, dificultando el drenaje de la pierna izquierda y produciendo hinchazón (edema) y varices en dicha extremidad, así como dolor y pesadez fundamentalmente al final del día o tras largos periodos de pie. Otro de los síntomas más comunes de esta compresión es el dolor lumbar de predominio izquierdo. En los casos más graves, puede generar una trombosis venosa profunda que puede ser una complicación seria, ya que existe el riesgo de que el coágulo se desprenda y se traslade a los pulmones, causando una embolia pulmonar. Así mismo, en mujeres con embarazos previos, este síndrome compresivo puede desarrollar varices pélvicas derivativas con pesadez y dolor de bajo vientre.

    Su diagnóstico, en primer lugar, se realiza en la consulta mediante un Eco-Doppler abdominal, estudio no invasivo e inocuo que nos permite valorar la anatomía y el flujo de las venas en tiempo real. Así mismo, se emplean otros métodos diagnósticos complementarios como son la Angio-RMN y el Angio-TAC, exámenes mínimamente invasivos que nos ofrecen reconstrucciones en 3D y son muy útiles para detectar obstrucciones o estrechamientos y otras anomalías en la estructura de las venas. En algunas ocasiones, resulta de gran utilidad realizar una flebografía ascendente, estudio efectuado a través de una vena del dorso del pie que nos permite la obtención de imágenes radiológicas que nos muestran de forma precisa la anatomía de las venas y la localización de la compresión. Sin embargo, el "gold standard" para el estudio y tratamiento del Síndrome de May-Thurner es la flebografía pélvica, método mínimamente invasivo que nos permite realizar el tratamiento en el mismo acto. Se efectúa a través de una vena del brazo, introduciendo un catéter que navega hasta la pelvis para obtener imágenes selectivas en 3D y, al mismo tiempo, medir el gradiente de presión entre la vena ilíaca izquierda y la vena cava inferior. Recientemente, se han desarrollado otros métodos diagnósticos como el Intravascular Ultrasound (IVUS), que nos proporciona valiosa información sobre el tamaño y la localización de la lesión. La elección de la técnica diagnóstica dependerá de la situación clínica y de la información que se requiera para alcanzar un diagnóstico preciso. Es importante destacar que son métodos no invasivos o mínimamente invasivos lo que los hace seguros y efectivos para evaluar este tipo de patología.

    El tratamiento del Síndrome de May-Thurner implica la descompresión de la vena ilíaca izquierda mediante el implante de un stent en la zona estrecha de la vena que asegure su apertura, restaurando así un flujo sanguíneo adecuado y favoreciendo el drenaje de la pierna izquierda. En algunos casos, es necesario ocluir previamente las varices pélvicas secundarias a la compresión mediante embolización.

  • ¿Existen las varices en la pelvis?

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    Las varices están comúnmente asociadas a las piernas, aunque también pueden desarrollarse en otros territorios del cuerpo como la pelvis o la región genital. La insuficiencia venosa pélvica también conocida como Síndrome de Congestión Pélvica consiste en la formación de varices en la pelvis que, a su vez, pueden desarrollar varices en la región genital y en las piernas.

    La principal causa del Síndrome de Congestión Pélvica son los embarazos debido a los cambios anatómicos y hormonales que producen la dilatación de las venas de la pelvis generando varices pélvicas y/o en las piernas. Sin embargo, también es muy común el desarrollo de varices vulvares, que habitualmente desaparecen tras el parto. Las varices en la pelvis también son propensas a desarrollar episodios de trombosis e incluso con riesgo de producir un tromboembolismo pulmonar que es una condición grave que supone un riesgo vital. Otra de las causas de las varices pélvicas son las compresiones venosas, como el Síndrome de Nutcracker (compresión de la vena renal izquierda) y el Síndrome de May-Thurner (compresión de la vena ilíaca izquierda), que dificultan el retorno venoso favoreciendo el desarrollo de un Síndrome de Congestión Pélvica secundario.

    Su principal síntoma es el dolor pélvico crónico de más 6 meses de evolución, aunque también pueden desarrollarse otros signos y síntomas como son el dolor durante o después de las relaciones sexuales, alteraciones en la micción, menstruaciones excesivamente dolorosas, dolor o pesadez en las piernas, varices en la región genital o en las piernas, presencia de sangre en la orina y dolor lumbar.

    El Síndrome de Congestión Pélvica es una enfermedad infradiagnosticada. Al tratarse de una enfermedad compleja, las pacientes suelen acudir a múltiples servicios, como urología, ginecología y psiquiatría, entre otros. Ante la presencia de dolor pélvico crónico se debe sospechar de varices pélvicas como posible causa, siendo importante derivar a una unidad de patología vascular para estudio y tratamiento. En algunos casos, los pacientes acuden tras un hallazgo encontrado en una prueba de imagen como Angio-TAC o Angio-RMN.

    El diagnóstico de esta patología se realiza en consulta mediante la exploración física y la realización de un Eco-Doppler abdominal y transvaginal, estudios inocuos que nos aportan una valiosa información de las venas afectadas. Sin embargo, la confirmación diagnóstica se realiza mediante flebografía pélvica, prueba que nos permite realizar el tratamiento en el mismo acto.

    El tratamiento del Síndrome de Congestión Pélvica consiste en la embolización, es decir, en la oclusión de todas las venas patológicas. Mediante una punción por la vena del brazo, se navega hasta la pelvis para estudiar las venas del abdomen y de la pelvis, a su vez permite tratar aquellas que estén insuficientes. Si el Síndrome de Congestión Pélvica es secundario a una compresión venosa, como en el caso del Síndrome de May-Thurner y Nutcracker, el tratamiento consiste en el implante de un stent en la vena ilíaca o vena renal izquierda para favorecer la circulación de retorno. Tras el tratamiento, se debe acudir a revisiones periódicas médicas y ecográficas para evaluar la evolución de los signos y síntomas de esta patología.

  • ¿Quién debe acudir a una consulta vascular?

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    En la sociedad actual, donde los estilos de vida poco saludables se han vuelto más comunes, es de suma importancia prestar atención a nuestra salud vascular. Las enfermedades de las arterias, como la arteriosclerosis y la enfermedad arterial periférica, pueden tener graves consecuencias para nuestra calidad de vida e incluso ponerla en peligro. Por eso es crucial identificar a las personas que deben acudir a una consulta vascular para recibir la atención y el tratamiento adecuado en el momento oportuno.

    Las personas fumadoras y diabéticas tienen un mayor riesgo de padecer enfermedades de las arterias. Fumar daña los vasos sanguíneos, lo que aumenta la probabilidad de desarrollar obstrucciones arteriales. La diabetes también puede dañar los vasos sanguíneos y aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades como la enfermedad coronaria, los accidentes cerebrovasculares, enfermedad arterial periférica y el pie diabético.

    Estas condiciones, además de los antecedentes familiares, la edad, la hipertensión arterial, el sedentarismo, la obesidad y el colesterol aumentan el riesgo de padecer aneurismas, estenosis de las arterias carótidas o enfermedad arterial en las piernas. Por ello, se deben realizar revisiones periódicas en una consulta vascular para establecer un control y seguimiento de estos factores con el fin de evitar una complicación mayor (rotura de aneurisma, gangrena e incluso ictus).

    En pacientes embarazadas se recomienda valorar la presencia de varices pélvicas y en las piernas, con el objetivo de conseguir un embarazo y parto de menor riesgo. Tras dar a luz, se deben estudiar y tratar las venas insuficientes, tanto de la pelvis como de las piernas.

    Es importante tener en consideración los factores de riesgo de padecer una trombosis venosa. Los antecedentes familiares, la edad, el reposo prolongado, las enfermedades del corazón, el uso de anticonceptivos, el embarazo y el parto, el cáncer, el tabaquismo y la obesidad, entre otros, son factores que favorecen la formación de trombos y deben ser identificados y controlados para evitar complicaciones como el tromboembolismo pulmonar (TEP) o el síndrome postrombótico.

    La patología arterial más frecuente es la arterioesclerosis, una enfermedad crónica que va estrechando las arterias hasta llegar a la oclusión y puede generarse en diferentes localizaciones, como es el caso de las estenosis de las carótidas, el pie diabético o la enfermedad arterial de las piernas.

    Otra enfermedad común de las arterias son los aneurismas, que son dilataciones patológicas de dichos vasos siendo más frecuentes en la aorta abdominal y que, en caso de rotura, puede desencadenar una situación crítica para el paciente.

    Respecto a la enfermedad venosa, la insuficiencia venosa (varices) es una patología crónica y progresiva que debe ser tratada de manera oportuna con el fin de evitar posibles complicaciones como las úlceras venosas y flebitis.

    Por su parte, la insuficiencia venosa pélvica o Síndrome de Congestión Pélvica se asocia a dolor pélvico crónico y puede generar varices en los genitales y en las piernas. Además, los síndromes compresivos como el Síndrome de Nutcracker (compresión de la vena renal izquierda) y el Síndrome de May-Thurner (compresión de la vena ilíaca izquierda) pueden generar también varices pélvicas, en cuyo caso deben ser tratadas en un primer momento.

    A través de este espacio de opinión iremos explicando todas aquellas enfermedades circulatorias y los tratamientos adecuados para evitar complicaciones graves y mejorar la calidad de vida. No esperemos a que surjan problemas, someterse a una evaluación para identificar posibles complicaciones y adoptar medidas preventivas para mantener nuestra circulación sana y nuestro cuerpo en óptimas condiciones es lo más recomendable.


  • La insuficiencia venosa crónica afecta al 37% de los hombres y al 64% de las mujeres


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    La insuficiencia venosa, es decir, las varices, es una enfermedad crónica y progresiva de las venas que puede aparecer en las piernas, genitales o en la pelvis. Es una de las patologías más frecuentes en la población que afecta al 37% de los hombres y al 64% de las mujeres aumentando su incidencia con los embarazos y la edad. Como explica el doctor Pablo Gallo, cirujano vascular especializado en el estudio y el tratamiento de la patología arterial y venosa y jefe del Servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Ruber Internacional, las venas se dilatan volviéndose incapaces de realizar con eficacia el retorno venoso.

    Para el diagnóstico, el Eco-Doppler venoso es una prueba inocua y de gran utilidad. "El tratamiento debe individualizarse, y en fases iniciales consiste en un manejo conservador, es decir, medidas higiénico-dietéticas, medias de compresión y venotónicos", indica el experto. Pero si las venas safenas se encuentran afectadas, - afirma el doctor Gallo -, es ideal el tratamiento endovascular, que es un procedimiento mínimamente invasivo, sin realizar heridas y con una incorporación inmediata a la vida laboral. "Las varices si no se tratan oportunamente pueden complicarse y producir tromboflebitis, sangrado de variz o las temidas úlceras venosas", advierte el doctor Pablo Gallo. Las varices en las piernas también pueden estar originadas por la insuficiencia venosa pélvica, que, según el jefe de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Ruber Internacional, es una patología infradiagnosticada que produce dolor pélvico crónico y fugas o reflujos que generan varices en genitales y/o en las piernas. "La principal causa de esta insuficiencia son los embarazos, que favorecen la dilatación de las venas de la pelvis", asevera Pablo Gallo.

    Este especialista destaca que también existen casos mixtos en los que las varices pélvicas son secundarias a un síndrome venoso compresivo, bien de la vena renal izquierda (Síndrome de Nutcracker) o de la vena ilíaca izquierda (Síndrome de May-Thurner). El Eco-Doppler abdominal y transvaginal son pruebas de imagen que apoyan el diagnostico. "Sin embargo, la exploración radiológica del sistema venoso con la iliocavografía o flebografía pélvica, que se realiza con un acceso por una vena de la flexura del codo, nos permite realizar el tratamiento en el mismo acto", subraya el doctor. Tal y como lo describe Pablo Gallo, el procedimiento terapéutico consiste en la oclusión de las varices pélvicas mediante la embolización.

    El mismo procedimiento se realiza para el tratamiento del varicocele testicular,es decir, varices en el escroto. "El varicocele se asocia a infertilidad y puede producir sensación de pesadez y/o dolor en los testículos", matiza. El cirujano vascular del Ruber Internacional agrega que también es importante mencionar la trombosis venosa profunda, que es la obstrucción de una vena por un coágulo, que afecta más a las piernas, pero también a las venas de la pelvis. "Si el coágulo se desprende y migra a los pulmones produce tromboembolismo pulmonar, que es una complicación que pone en riesgo la vida del paciente. Por ello es importante un diagnóstico y tratamiento precoz", sostiene el experto. Según el doctor Pablo Gallo, con más de 20 años de experiencia en el diagnóstico y tratamiento de la patología venosa pélvica, los factores de riesgo que favorecen la formación de los trombos son la edad, los periodos prolongados en reposo, los embarazos, los anticonceptivos, las enfermedades del corazón, la obesidad y las trombofilias, entre otros".

    El diagnóstico se realiza mediante la exploración clínica y ecográfica. Enfermedades arteriales Otra de las áreas de la patología vascular, es el diagnóstico y tratamiento de enfermedades arteriales. "Éstas pueden presentar dilataciones como los aneurismas en la aorta abdominal y a otros niveles como los aneurismas de las arterias poplíteas o en arterias viscerales; las arterias también pueden presentar estrecheces producidas por la arterioesclerosis como en los casos de estenosis de las arterias carótidas, de las arterias de las piernas y de las localizadas en abdomen y pelvis", puntualiza el doctor. El Servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Ruber Internacional, trata además otras patologías como el pie diabético, úlceras vasculares agudas y crónicas, la trombosis venosa profunda aguda, el síndrome postrombótico o malformaciones venosas, entre otras.

    El responsable del servicio insiste en la importancia de la prevención y en los factores de riesgo como la hipertensión arterial, diabetes, colesterol elevado, tabaquismo, obesidad o antecedentes familiares con enfermedad circulatoria. "En estos casos, es necesario acudir a una valoración vascular, pues un diagnóstico y tratamiento precoz son claves para prevenir serias complicaciones", concluye el doctor Pablo Gallo.

  • ¿Qué son y cómo se previenen las úlceras en las piernas, que afectan al 3% de los mayores de 60?

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    Hablar de "úlceras vasculares" es hablar de heridas mal cicatrizadas localizadas en la pierna. Y en la gran mayoría de los casos, casi el 90%, están motivadas por una circulación deficiente.

    En cuanto a sus consecuencias, las úlceras en las piernas son un grave problema de salud pública.

    • Impactan enormemente en la calidad de vida de las personas
    • Limitan la movilidad
    • Presentan un alto riesgo de infección
    • En casos extremos pueden incluso llegar a la amputación.

    La prevalencia de las úlceras vasculares no es menospreciable. Están presentes en un 3% de la población adulta, afectando en su mayoría a pacientes de más de 60 años.

    Según el jefe de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Ruber Internacional, doctor Pablo Gallo, la causa de la aparición de las úlceras está en los problemas de circulación sanguínea, bien producidos por enfermedades de las venas o de las arterias, o bien, en algunos casos, por las dos afectaciones.

    ÚLCERAS VENOSAS

    Como subraya el doctor Gallo:

    • «Las úlceras venosas representan entre el 80-85% de las úlceras vasculares, y son una de las complicaciones de la insuficiencia venosa crónica, es decir varices que no se han tratado de forma temprana»,

    Este especialista advierte que la insuficiencia venosa crónica puede manifestarse con molestias en las piernas como:

    • Sensación de pesadez o dolor.
    • Sensación de calambres u hormigueo.
    • También pueden presentar hinchazón.
    • Varices gruesas y/o finas.
    • Cambios de coloración de la piel.

    «Con el tiempo la piel también se debilita y se vuelve susceptible a producir heridas que no se curan y pueden progresar hasta instaurarse una úlcera», asevera.

    Todos estos síntomas se acrecientan en personas que, por su forma de vida, permanecen mucho tiempo de pie. Y también se agudizan en los meses de más calor .

    ÚLCERAS ARTERIALES: DIAGNÓSTICO

    Tal y como explica el doctor Gallo, las úlceras que no curan o que curan y vuelven a aparecer, puede deberse a un problema arterial.

    • «Las úlceras arteriales representan el 10-25%, principalmente afectando a personas mayores de 50 años y es más frecuente en población masculina, en mujeres la prevalencia suele aumentar a los 65 años. Por eso es tan importante que las valore una unidad de patología vascular, para identificar si la lesión es de origen venoso o arterial», indica el doctor.

    El diagnóstico se obtiene al realizar una historia clínica completa para identificar factores de riesgo, acompañada de una exhaustiva exploración física de los miembros inferiores, identificando, entre otras cuestiones:

    • Integridad de la piel
    • Presencia de lesiones
    • Valoración de la circulación
    • De la sensibilidad
    • De la temperatura
    • Coloración.

    En cuento a la herramienta de diagnóstico, como afirma el doctor Santiago Zubicoa, responsable de la Unidad de Radiología Vascular Intervencionista del Hospital Ruber Internacional.la más utilizada es:

    • «El Eco-Doppler, porque es la herramienta que nos proporciona información importante sobre la circulación sanguínea. En algunos casos para identificar el grado de afectación se puede realizar arteriografía u otras pruebas de imagen»,

    PREVENCIÓN, EL MEJOR TRATAMIENTO DE LAS ÚLCERAS

    Como la mejor manera de curarlas es evitar que salgan, el tratamiento para las úlceras vasculares debe ir orientado a la prevención. Por este motivo, el doctor Gallo recomienda realizar un tratamiento antes de que aparezca la úlcera en las piernas o en los pies.

    • «Para prevenir las úlceras venosas se debe tratar la insuficiencia venosa (varices), y actualmente contamos con métodos mínimamente invasivos que se realizan sin hacer incisiones y se tratan de forma endovascular como es el caso de la radiofrecuencia».

    Tal y como explica el doctor Zubicoa, cuando la enfermedad arterial periférica esta instaurada, hay que hacer un estudio minucioso para determinar si el tratamiento debe ser conservador o si es necesario realizar tratamientos endovasculares para hacer llegar más sangre a las piernas.

    Y es que, como reconoce el jefe de la Unidad de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Ruber Internacional:

    • «Un buen control de la glucosa en sangre, sumado a hábitos de vida saludable, cuidado de los pies y buena elección del calzado, son la clave para prevenir lesiones»,

    «En casos extremos donde no hay posibilidad de hacer llegar sangre o ante la existencia de osteomielitis (infección ósea), y/o necrosis de los dedos o de todo el pie, estará indicada la amputación», concluye Pablo Gallo.


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Sobre este blog

La Unidad de Patología Vascular del Hospital Ruber Internacional dispone de un servicio de atención integrada para el diagnóstico y tratamiento de enfermedades circulatorias venosas (varices tanto en las piernas como en la pelvis, trombosis…) y arteriales (aneurismas, aterosclerosis, obstrucción de las arterias, embolias…).

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