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Blog de los residentes de Psicología de la FJD

  • El Covid-19 como estresor y procesos de afrontamiento para hacerle frente

    La situación actual del covid supone un escenario de incertidumbre que nos exige un esfuerzo extra para manejar el estrés que genera en nuestras vidas. Convivir con el coronavirus genera unas demandas que repercuten en nuestro estado emocional. Ante estas circunstancias tan especiales, las personas ponemos en marcha estrategias de afrontamiento para hacer frente a los estados de estrés.

    2020 10 21Imagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contexto2020 10 21

    Esta pandemia supone un factor de estrés severo para cualquier persona ya que se trata de una experiencia totalmente excepcional. La amenaza que genera el virus puede causar miedo e impotencia. Es en este tipo de condiciones en las que se pone en marcha una respuesta adaptativa para facilitar el afrontamiento.

    Las estrategias de afrontamiento que utilizamos en situaciones de exigencia y estrés pueden desempeñar un papel importante en nuestro bienestar emocional y nuestra salud. Sin embargo, también pueden dar lugar a síntomas o trastornos que dificulten nuestro día a día. Un aumento de las emociones negativas, síntomas de ansiedad, depresión, enfado ypreocupación por la salud son reacciones frecuentes en esta situación que estamos viviendo.

    Todos tenemos unestilo particular de afrontar las situaciones estresantes. Algunas personas se enfrentaran con mayor o menor grado de ansiedad y con mayor o menor grado de respuestas fisiológicas (hiperventilación, incremento de tasa cardiaca, tensión muscular…).

    Afrontar una situación significa poner en marcha esfuerzos cognitivos, conductuales y emocionales para manejarla. Que afrontemos de una determinada manera va a depender, por una parte, de nuestro estilo habitual, nuestra personalidad y vivencias pasadas, aunque también del tipo de situación a la que nos enfrentemos.

    El afrontamiento consiste en un proceso. Lo primero que hacemos ante un estresor es generar una respuesta emocional. Estas emociones a pesar de poder generar malestar, están cumpliendo una función: El objetivo es ayudarnos a evaluar la situación y a poner en marchar acciones que nos devuelvan a un funcionamiento normal.

    Todas las emociones se activan junto a los cambios fisiológicos que las caracterizan. Una vez puesta en marcha la emoción, podemos valorar la situación estresante y decidir si podemos o no hacer algo para cambiarla. Llevaremos a cabo un afrontamiento centrado en el problema si consideramos que podemos hacer algo, o centrado en el manejo de la emoción si consideramos que no podemos hacer nada para cambiar la situación. También es posible una combinación de ambos tipos de afrontamiento.

    Veamos algunos ejemplos de estas formas de afrontamiento que nos puedan servir para entender como nos enfrentamosa la situación actual creada por el covid-19.

    Algunas estrategias que pueden asociarse a mayor bienestar y que pueden considerarse adaptativas son:

    • · Crear un plan de acción: es una de las estrategias que se asocia a mejor manejo del estrés. Como ejemplo la panificación de protocolos de seguridad y su cumplimiento, crear nuevas rutinas de trabajo o de ocio…
    • · Aceptar la propia responsabilidad: Cuando nos hacemos cargo de nuestra parte de responsabilidad sobre un problema, estamos en disposición de aportar soluciones. Un ejemplo puede ser tomar conciencia de que reducir en número de contagios está en nuestra mano si cumplimos con las recomendaciones. También es nuestra responsabilidad ocuparnos de nuestro autocuidado y buscar espacios y momentos que nos permitan sentirnos mejor.
    • · Autocontrol: Es decir, no precipitarse ni dejarse llevar por la impulsividad. Esta estrategia frente a las situaciones estresantes se asocia a resultados positivos. Un ejemplo podría ser no dejarse llevar por noticias sin fundamento o no implicarse en anticipaciones catastrofistas. Por otro lado, en los casos de un excesivo autocontrol en el que no compartimos nuestros problemas o emociones con nuestros seres queridos, puede suponer un mayor malestar a largo plazo.
    • · Expresión emocional: hablar de lo que sientes con alguien de confianza puede ser una buena estrategia para amortiguar el estrés. Por ejemplo, expresar tus emociones sobre la situación de incertidumbre puede ayudarte a elaborar lo que está pasando, sentirte comprendido y recibir afecto positivo.
    • · Recurrir a ayuda: Además del apoyo emocional, podemos recurrir a los demás para recibir ayuda instrumental. Ejemplos pueden ser que alguien nos realice la compra si nos encontramos mal o que algún familiar cuide de nuestros hijos mientras estamos trabajando.
    • · Reevaluar la situación de manera positiva: Se trata de una acción complementaria al resto de estrategias. Consiste en la búsqueda del crecimiento personal ante la experiencia estresante teniendo en cuenta los aspectos positivos que puedan generarse a raíz de dicha vivencia. Por ejemplo, la valorar la cercanía y el contacto con tus seres queridos tras experiencia de confinamiento.

    Por el contrario, también existen estrategias que pueden llevar a mayor malestar y que pueden generarnos consecuencias negativas a largo plazo:

    • · Estrategias de evitación como intentar no pensar y tratar de olvidarse del problema: Son estrategias que, aunque pueden llevar a un cierto alivio del malestar a corto plazo, pueden dificultar el proceso de puesta en marcha de otras estrategias más adaptativas. También nos puede llevar a cometer comportamientos imprudentes como no cumplir las medidas de seguridad. Como ejemplo podemos recurrir a las reuniones masivas de gente o no hacer uso adecuado de la mascarilla o higiene de manos.
    • · Entrar en confrontación con los demás: Una de las respuestas emocionales normales en situaciones de elevado estrés es la irritabilidad. Es una estrategia que puede generar malestar y consecuencias negativas ocasionando conflicto con otras personas y ocasionando una expresión inadecuada de emociones.
    • · Tomar alcohol o drogas: estas estrategias buscan un alivio del malestar emocional inmediato generando a medio y largo plazo mayores problemas, aumento de la ansiedad y síntomas depresivos.

    Como podemos ver, la forma de afrontar una situación de tal magnitud como es la crisis actual del coronavirus depende tanto de nuestro estilo de afrontamiento personal, como de las situaciones a las que nos vemos expuestos por culpa de la pandemia. Un afrontamiento activo de problemas concretos, un adecuado manejo emocional, el autocuidado y recurrir a apoyo social pueden ser estrategias que alivien y amortigüen el impacto del estrés en nuestra salud.


    Francisco Javier Bonilla Rodríguez y Beatriz Villar Sevilla

    Residentes del Servicio de Psicología

    Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz


  • El efecto espectador en situaciones de emergencia

    Todos somos capaces de reconocer una escena de emergencia en la vía pública, no sólo por las ambulancias y policía que hay en la calle, sino por la cantidad de gente que se aglutina alrededor del suceso. Esta expectación se produce no sólo cuando la víctima ya está siendo atendida, sino también cuando todavía necesita ayuda; sin embargo, se observa el fenómeno de que a las personas nos cuesta prestar auxilio.

    202009 18 El efecto espectador en situaciones de emergenciaImagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contexto202009 18 El efecto espectador en situaciones de emergencia

    Desde la psicología social, los autores Bibb Latané y John Darley, en 1970 estudiaron esta ausencia de ayuda en situaciones sociales, a la que llamaron el efecto espectador, que consiste en que cuanto mayor es el número de personas que presencia una situación de emergencia, menor es la probabilidad de recibir auxilio. Por lo que es más probable ser socorrido si hay una sola persona que si hay varias.

    Este fenómeno se empezó a estudiar en los años 60 a raíz de casos de espectadores pasivos ante crímenes en los que era posible conseguir ayuda, como ocurrió en el asesinato de Kitty Genovese, una mujer de 28 años, en Nueva York.

    El 13 de marzo de 1964, un hombre persiguió a Kitty GenoveseEste enlace se abrirá en una ventana nueva y la apuñaló en la espalda. Kitty pidió ayuda, pero sólo una persona gritó que la dejara en paz. El ladrón huyó, pero volvió diez minutos después para continuar agrediéndola, robarla y abusar sexualmente de ella. Este ataque duró en torno a 30 minutos y ocurrió ante al menos 38 personas, quienes a pesar de escuchar los gritos de la víctima no acudieron a socorrerla. ¿Por qué nadie se acercó a ayudar a Kitty? La respuesta está en el efecto espectador.

    Darley y Latané publican en el Journal of Personality and Social Psychology una investigación titulada "La intervención de los espectadores en emergencias: la difusión de la responsabilidadEste enlace se abrirá en una ventana nueva", donde concluyen que:

    • Cuando sólo estaba presente un espectador y la víctima, el 85% de las personas respondió a la situación de emergencia.
    • Cuando estaban involucradas dos personas y la víctima, el 62% respondió.
    • Mientras que cuando el experimento involucraba a tres o más individuos, sólo el 31% de las personas buscó ayuda para atender a la víctima.

    La explicación a este efecto incluye diferentes elementos:

    • Ignorancia pluralista: aparece cuando casi todos los miembros de un grupo rechazan en lo privado una idea, pero creen que el resto de los miembros la aceptan ("Si nadie ha hecho nada, es que realmente no pasa nada, aunque yo crea que es una emergencia").
    • Difusión de la responsabilidad entre todos los espectadores ("Somos muchos ya habrá llamado alguien a la policía", "Si nadie hace nada, ¿por qué lo tengo que hacer yo?).
    • La ambigüedad de la situación: la situación no permite identificar de forma clara si es una emergencia o no.
    • La aprensión a la evaluación: miedo a que el resto de los espectadores juzguen si nuestra intervención está siendo acertada.

    Este efecto no se produce sólo en víctimas de agresiones físicas o emergencias médicas en lugares públicos, también es posible vivirlo en situaciones sociales. En la prensa aparece con cierta frecuencia casos en los que alguien es atacado verbalmente o acosado y nadie hace o dice nada para defender a la víctima.

    202009 18 El efecto espectador en situaciones de emergencia 2Imagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contexto202009 18 El efecto espectador en situaciones de emergencia 2

    ¿Cómo evitarlo?

    Cuando somos el espectador:

    • Debemos ser capaces de identificar la situación como irregular, violenta o de emergencia.
    • Gestionar la confusión y el miedo.
    • Utilizar la empatía, entender que todas las personas son dignas de ayuda y que cualquiera podríamos estar en una situación similar y necesitar auxilio.
    • Ser consciente de que se puede ayudar, aunque no tengamos conocimientos médicos, siempre se puede llamar a una ambulancia o a la policía.

    Cuando somos la víctima:

    • No esperar de forma pasiva que alguien que está presenciando la emergencia preste ayuda de forma espontánea.
    • Dirigirse a una persona en concreto, realizar contacto visual y explicitar nuestra necesidad: "Disculpe, el señor de la camisa blanca, necesito que me ayude…"
    • En caso de que se negara a brindar su ayuda, solicitarla a otra persona, también de manera concreta.

    "La empatía reside en la habilidad de estar presente sin opinión"

    M. Rosemberg


    Adela Sánchez-Escribano Martínez

    Residente de Psicología Clínica

    Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz

  • Qué es y cómo puedo ayudar a alguien que está pasando por un duelo

    Elisabeth Kübler-RossEste enlace se abrirá en una ventana nueva fue una psiquiatra suiza que trabajó con personas en fase terminal y describió el proceso de duelo en cinco etapas:

    2020 06 09 Qué es y cómo puedo ayudar a alguien que está pasando por un duelo 1Imagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contexto2020 06 09 Qué es y cómo puedo ayudar a alguien que está pasando por un duelo 1


    • Negación: estado de incredulidad y confusión, "sensación de que no está pasando".
    • Ira: se comienza a tomar conciencia de la pérdida, aparecen diferentes emociones como rabia, hostilidad, irritabilidad y resentimiento, que pueden dirigirse hacia uno mismo o hacia personas del entorno, acompañado de culpabilidad por de lo que hizo o lo que no en la relación con el fallecido. Al mismo tiempo pude aparecer sensación de injusticia y dudas del tipo: ¿Por qué a mí?
    • Negociación: conviven la nostalgia por la pérdida y el compromiso de la recuperación personal. Es una etapa del afrontamiento en la que puede aparecer la culpa junto con la toma de conciencia de la realidad.
    • Depresión: aparecen sentimientos de vacío y dolor profundo por la pérdida, pero no necesariamente deriva en un trastorno depresivo.
    • Aceptación: La persona acepta la realidad, mira hacia el futuro y da nuevos significados a su vida. Coloca al fallecido y comienza una relación que no implica conexión física, pero si emocional, lo que produce una adaptación a la nueva realidad.

    Otro autor que se ha dedicado a trabajar con el duelo es J. William Worden, miembro de la Asociación Americana de Psicología, el cual describió las tareas que el doliente necesita resolver:

    • Aceptar la realidad de la pérdida. Consiste en asimilar el fallecimiento, a nivel racional "sé que la persona ha muerto y no va a volver" y emocional, que implica tolerancia de las emociones que esta situación genera.
    • Elaborar las emociones y el dolor de la pérdida. Esta tarea requiere identificar las emociones y expresarlasEste enlace se abrirá en una ventana nueva, sin juzgar, aceptando la tristeza, la pena y la culpa que pueden aparecer.
    • Adaptarse a un mundo en el que el fallecido ya no está. Implica la formación de una nueva parte de la identidad, "viudo", "huérfana"… que puede llevar a la asunción de nuevos roles para suplir los que realizaba la persona fallecida y resolver dificultades derivadas de la muerte, a la vez que se vuelve a realizar las actividades previas al fallecimiento. En ocasiones un duelo pude resultar en la creación de nuevas amistades, ampliando la red de apoyo. Esta etapa supone dar continuidad a la propia vida junto con una renovación.
    • Recolocar emocionalmente al fallecido. Esta tarea tiene que ver con continuar con la vida, sabiendo que no volverá a ser como antes, pero que se mantiene un vínculo emocional con el fallecido. En muchos casos puede aparecer miedo al olvido, sensación de deslealtad "por seguir con la vida como si nada hubiese pasado", pero la realidad es que todos los dolientes son conscientes de la pérdida, en esta fase se cambia la relación física que se mantenía con la persona a una relación emocional.

    Es importante tener en cuenta que las fases del duelo no ocurren necesariamente de forma sucesiva, sino que pueden darse varias al mismo tiempo, incluso retroceder. Lo mismo ocurre con las tareas, el orden, tiempo y la manera en que se realicen serán particulares de cada persona.

    El proceso de duelo es individual, no habiendo ni una forma correcta, ni una sola forma de producirse.

    Al igual que es importante conocer las fases y tareas del duelo, resulta fundamental hacer un buen acompañamiento, por lo que vamos a hacer una breve descripción sobre "qué decir y qué no", a una persona que está atravesando un duelo reciente:

    Qué no decir

    • "Es voluntad de Dios", "Todo sucede por una razón", "Está en un lugar mejor"… Los tópicos espirituales no ayudan a que la otra persona se perciba comprendida, sino que van dirigidos a disminuir o eliminar el dolor que percibimos en el otro y que nos angustia, lo que puede derivar en que quien está de luto no se sienta comprendido. Incluso si la otra persona comparte tus creencias, hay que tener cuidado con "dónde" se pone la responsabilidad de la muerte, ya que puede derivar en una crisis religiosa en el doliente.
    • "Ya era muy mayor", "Vivió una vida plena"… Saber que la persona vivió una vida larga o plena no mitiga el dolor dejado por su pérdida. No hay una edad buena para morir, siempre habrá momentos familiares, eventos... en los que el fallecido no va a estar.
    • "Ya han pasado unos días, deberías estar mejor"… No hay un calendario establecido para que el dolor pase, cada uno tiene un ritmo para resolver un proceso de duelo y demandar que se encuentre mejor solo dificulta que no pueda compartir su tristeza con los demás.
    • El tiempo todo lo cura"… El tiempo es importante para resolver un proceso de duelo, pero no es necesario ni suficiente, hay muchos casos en los que a los pocos días se puede tener colocada la muerte de un ser querido y otros en los que, aunque pasen los años, el malestar continua como el primer día. Es importante apoyar al doliente y dar un espacio para la expresión del malestar, sin importar cuánto tiempo ha pasado desde la pérdida.

    Frases que pueden ayudar en duelo

    • "No sé qué decirte"
    • "No sé cómo ayudarte, aunque me gustaría poder hacerlo"
    • "Me gustaría poder calmar tu dolor de algún modo"
    • "No puedo imaginarme lo que estás sintiendo, pero puedo estoy aquí por si quieres hablar"

    Reconocer ante una persona que la situación que está viviendo es difícil, que eres consciente de que no hay palabras que puedan calmar su malestar y darle espacio para que comparta su tristeza cuándo quiera, es el mejor de los apoyos que podemos ofrecer a un doliente.

    ‘Y entendí que lo que me esperaba no era seguir sin ti,

    era seguir contigo acompañándome desde otro lugar’

    Adela Sánchez-Escribano Martínez

    Residente de Psicología Clínica

    Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz

  • ¿Qué puedo hacer cuando una emoción me desborda?

    Conocer cómo funcionan las emociones, comprenderlas y saber cómo regularlas son habilidades que resultarán en beneficio de nuestra salud física y mental.

    Dentro de una cultura que fomenta el estar felices y evitar a toda costa las emociones desagradables, debemos tener presente que todas las emociones existen por una razón: son necesarias para la supervivencia del ser humano y la vida en sociedad.

    2020 05 11 Qué puedo hacer cuando una emoción me desborda (1)Imagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contexto2020 05 11 Qué puedo hacer cuando una emoción me desborda (1)

    En cualquier momento podemos ser conscientes de nuestras emociones, sobre todo si son intensas. Cuando sentimos una emoción fuerte y nos paramos a escucharla, seguramente descubramos que se debe a que algo ha cambiado, algo nos ha afectado. Aunque las emociones son algo cotidiano, no resultan fáciles de comprender para todo el mundo, quizá por el énfasis que se ha hecho desde tiempo atrás en los procesos racionales e intelectuales.

    Las emociones se activan cuando nuestro aparato psíquico detecta algún cambio significativo, precisamente por eso son tan necesarias para la supervivencia. Para entender bien la importancia de las emociones pensemos en un ejemplo: cuando somos bebés dependemos completamente del cuidado de los adultos que nos rodean y sólo disponemos de la expresión emocional para comunicarnos con ellos. Gracias a la risa o el llanto del niño/a los padres entienden que el bebé necesita algo y se sienten atraídos a interactuar con él.

    Cómo podemos ver, las emociones no solo tienen una función adaptativa, sino también una función social.

    Veamos algunas de las funciones de la emoción para entender mejor su importancia:

    ·Alegría: es la emoción que nos une a los demás. También incrementa nuestra energía y capacidad de disfrute.

    ·Sorpresa: es una emoción que nos incita a la exploración y fomenta nuestra curiosidad e interés.

    ·Asco: nos ayuda a evitar estímulos desagradables y aumentar nuestros hábitos de higiene.

    ·Miedo: aunque es una emoción que no nos gusta sentir, tiene una importante función, protegernos escapando o evitando peligros.

    ·La ira: es la emoción que nos ayuda a defendernos y enfrentar obstáculos que bloquean la consecución de objetivos.

    ·Tristeza: de nuevo otra emoción que no nos damos permiso a sentir ni expresar, pero con una importante función. La tristeza nos permite una pausa en la vida para recuperarnos de algún acontecimiento doloroso. También fomenta que las demás personas se acerquen a nosotros para ayudarnos y así reintegrarnos de nuevo, poco a poco a las actividades de nuestra vida.

    2020 05 11 Qué puedo hacer cuando una emoción me desborda (2)Imagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contexto2020 05 11 Qué puedo hacer cuando una emoción me desborda (2)

    Como vemos, todas existen por algún motivo. Dejar que se expresen las emociones agradables y las desagradables, escucharlas y comprenderlas es fundamental para que cumplan esta función.

    El problema surge cuando la frecuencia, duración e intensidad de estas emociones son tan grandes que hacen que dejen de ayudarnos y nos causen dificultades y limitaciones en nuestra vida diaria. También es igual de problemático intentar "controlar" y bloquear una emoción, ya que impedir su expresión nos privará de que cumpla su cometido.

    Hasta aquí hemos visto el proceso de comprensión de nuestras emociones, ahora vamos a profundizar en la habilidad para saber regularlas cuando nos sintamos desbordados por ellas.

    Técnicas para la regulación emocional

    El concepto regulación emocional es acuñado por Gross en 1998, se refiere al proceso por el cual las personas influyen en sus emociones, en cuándo y cómo las experimentan y expresan.

    La desregulación implicaría la incapacidad para aceptar y gestionar las emociones o aquellos momentos en que la intensidad de la emoción es tan alta que interfiere con el autocontrol.

    Las técnicas para la regulación emocional van dirigidas a dar a las personas la capacidad para experimentar, influenciar, gestionar o expresar emociones de tal manera que faciliten la conducta dirigida a objetivos y no interfieran en la consecución de estos.

    2020 05 11 Qué puedo hacer cuando una emoción me desborda (3)Imagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contexto2020 05 11 Qué puedo hacer cuando una emoción me desborda (3)

    Hay dos estrategias generales para la regulación emocional:

    ·Dirigidas a la aceptación emocional:

    -Educación emocional en relación con conocer las distintas emociones, ponerle nombre, discriminarlas.

    -Expresión emocional ajustada a la situación, aumentando la tolerancia a estados emocionales difíciles y poniendo en marcha estrategias de autocontrol.

    -Comprender que las emociones nos están indicando algo sobre la situación, parar y escuchar qué información nos están dando.

    -Realización de Mindfulness, técnica dirigida a estar conectados con el presente, a través del cuerpo, los sonidos, los pensamientos…

    ·Estrategias de cambio:

    -Aumentar la actividad, la pasividad fomenta que se viva el malestar con más intensidad, lo que a su vez impide que se generen nuevas emociones.

    -Provocar la distracción en las situaciones en las que no se puede cambiar de actividad

    -aumentar las relaciones sociales.

    -Establecer pequeñas metas para resolver los problemas.

    -Desactivación de estados de ansiedad con técnicas de relajación como la respiración abdominal, la relajación de Jacobson o la visualización en imaginación de algún entorno agradable.

    -Exponerse a situaciones que se temen sin evitarlas, al mismo tiempo que se debe disminuir el contacto con eventos que generan excesivo malestar.

    En resumen, facilitar la expresión de nuestras emociones, comprenderlas y regularlas es importante para manejarnos en la vida, estar en sociedad y disfrutar de una buena salud física y mental.

    Francisco Javier Bonilla Rodríguez

    Adela Sánchez-Escribano Martínez

    Residentes de Psicología Clínica

    Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz

  • Enfrentarse a la pérdida

    La pérdida es algo inherente al ser humano. Para entender la experiencia de la pérdida, suele ser útil reconocer su omnipresencia en la vida humana.

    2020 01 29 Enfrentarse a la pérdida 1Imagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contexto2020 01 29 Enfrentarse a la pérdida 1

    A lo largo de nuestra existencia nos enfrentamos a multitud de situaciones de pérdida. Desde la infancia, cuando un niño pierde su juguete predilecto o su lugar como hijo único. Así como en la adolescencia, cuando perdemos nuestro primer amor o a nuestra amiga del alma, y también en la adultez, cuando perdemos un trabajo, una pareja, un rol o renunciamos a un sueño que terminamos por asumir inalcanzable. Crecer implica perder, dejar atrás. Cada decisión supone una renuncia. Todo cambio, aunque nos enriquezca, también implica algo de pérdida... vivir, a fin de cuentas, es una acumulación de pérdidas, aunque también de aprendizajes. En cierto modo, perdemos algo con cada paso que avanzamos en el viaje que la vida. Perdemos objetos, lugares, momentos, ideales, sueños, metas y, por supuesto, perdemos personas a las que queremos. Aunque toda pérdida supone un duelo, podríamos decir que la muerte de un ser querido es la pérdida por antonomasia. Es en este tipo de pérdida, que todos experimentamos a lo largo de la vida, donde el duelo aparece en todo su esplendor y se manifiesta con toda su crudeza, por eso será en este tipo de duelo en el que nos enfocaremos en las siguientes líneas.

    ¿Qué es el duelo?

    El término duelo tiene su origen etimológico en el latín, procede de la palabra "dolus" que significaba, literalmente, "dolor". Así, aunque se trate, en principio, de una reacción adaptativa normal ante la pérdida de un ser querido, no deja de ser una de las experiencias más dolorosas de la vida y un acontecimiento vital estresante de primera magnitud que se ha relacionado con la aparición de diversos problemas de salud (por ejemplo, se ha asociado el duelo con mayor riesgo de depresión, ansiedad o el abuso de alcohol y fármacos).

    El duelo es un proceso único e irrepetible, dinámico y cambiante cuya forma de presentación varía entre personas, familias, sociedades y culturas. Durante mucho tiempo, las teorías tradicionales sobre el duelo presentaban a los dolientes como víctimas, como sujetos pasivos de una experiencia no elegida que deben superar, pero sobre la que tienen poco o ningún control. Esta concepción del duelo, presupone que las personas que han sufrido una pérdida poco pueden hacer con su dolor más que esperar que "el tiempo cure sus heridas". Hoy en día, sin embargo, se defiende una concepción del duelo diferente, otorgando un papel activo al doliente, quien, para superar la pérdida, no solo tendrá que transitar por el dolor de la ausencia, sino que tendrá que enfrentarse a una serie de desafíos o tareas para una adecuada elaboración del duelo.

    2020 01 29 Enfrentarse a la pérdida 2Imagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contexto2020 01 29 Enfrentarse a la pérdida 2

    ¿Qué debo tener en cuenta si he perdido a alguien?

    o En primer lugar, hay que saber que cada duelo es único, ni todas las personas viven igual el proceso de duelo, ni la misma persona atraviesa de la misma manera diferentes duelos.

    o El duelo es un proceso, palabra que implica tiempo. Cada persona necesita una cantidad de tiempo diferente, conviene ser paciente y no intentar acelerarlo.

    o El duelo no es una enfermedad, aunque puede compartir sintomatología con otras categorías diagnósticas, como ansiedad o depresión. Destacan síntomas como la sensación de ahogo, la falta de ilusión, el agotamiento, la hipersomnia o el insomnio o los síntomas somáticos.

    o Conviene aceptar y compartir los diferentes sentimientos que surjan en relación con la pérdida. Para aceptar que nuestro ser querido ya no está, hay que hablarlo, recordarle, compartir el dolor y expresar las emociones que le acompañan cuando lo necesitemos.

    o Es importante intentar mantener la rutina en la medida de lo posible. La vida continúa y es posible que otras personas nos necesiten. Realizar actividades que nos resulten satisfactorias puede ayudarnos a sobrellevar el dolor y pueden favorecer emociones positivas.

    o Cuida tu salud, en ocasiones el dolor puede hacer que descuidemos la alimentación, el ejercicio y los buenos hábitos, repercutiendo en nuestra calidad de vida e influyendo negativamente en nuestro estado anímico, favoreciendo la sensación de malestar.

    ¿Cómo puedo apoyar a alguien que ha sufrido una pérdida?

    En muchas ocasiones, cuando un amigo o allegado pierde a un ser querido nos invade la tensión de no saber qué decirle o cómo actuar. Muchas veces intentamos "animar" a esa persona con frases como "no pienses más en eso", "tienes que ser fuerte", "el/ella no querría verte llorar", a pesar de su buena intención, este tipo de comentarios son desaconsejables, pues no conviene tratar de reprimir la expresión de sentimientos por parte de quién sufre. Por el contrario, lo ideal es abrir las puertas a la comunicación, manifestando interés mediante preguntas que permitan a la otra persona expresarse si así lo quiere "¿cómo estás hoy?". Es aconsejable sustituir ofrecimientos generales del tipo "llámame si necesitas algo", que tienden a declinarse, por ayudas concretas y tomar la iniciativa de llamar a la persona. Además, hablar de nuestras propias pérdidas y de cómo las afrontamos y adaptamos a ellas puede resultar de utilidad a la persona y puede favorecer que se sienta comprendido y que hable de su propio proceso.

    En definitiva, hay pocas normas para ayudar a la persona, se trata de "estar ahí", mostrarse disponible, permitiéndole compartir su experiencia y acompañándole en el tránsito de su pérdida.

    Cristina Ruiz Nogales

    Residente del Servicio de Psicología Clínica

    Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz

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