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Blog del Sº de Cirugía Oral y Maxilofacial & Unidad de Odontología y Periodoncia Hospitalaria. Complejo Hospitalario Ruber Juan Bravo

  • Cirugía ortognática: la satisfacción del cirujano... y del paciente

    Dr. Manuel Chamorro Pons

    Cirugía ortognáticaCirugía ortognática

    Personalmente la satisfacción que como cirujano me produce la cirugía ortognática es especialmente intensa.

    La cirugía ortognática es aquel conjunto de técnicas quirúrgicas que persiguen colocar los maxilares, y por tanto los dientes, en su correcta relación. En una relación perfecta.Conoce seguro el lector el caso de alguna persona que presenta un incorrecto desarrollo y posición final de los maxilares.

    Una mandíbula muy grande, desplazada hacia delante que literalmente proyecta los dientes inferiores hacia afuera haciendo que no casen adecuadamente con los de arriba, sería un ejemplo.

    Caben muchas más posibilidades como mandíbulas asimétricas, pequeñas que hacen que los dientes inferiores queden muy retrasados con respecto a los de arriba, ladeadas, etc.

    Maxilares superiores pequeños, estrechos y echados para atrás que ocasionan una cara aplanada y larga, serían otros ejemplos.

    En cualquiera de los casos hay una persona que de una manera u otra sufre por alguna de estas situaciones. No es de extrañar. La cara es nuestra tarjeta de presentación, nuestro aval en la vida, nuestra transmisora de sentimientos. Dentro de la cara la boca y sus labios, los dientes, la posición y tamaño del mentón son esenciales.

    Con una sonrisa equilibrada y atractiva se puede ir a cualquier sitio, se nos abren las puertas. En el caso contrario; una sonrisa pobre que no deja ver adecuadamente los dientes, o que enseña más encía de la cuenta, o que deja ver unos dientes que no casan adecuadamente con sus antagonistas provoca lo opuesto; nos empequeñece, nos deja en mal lugar, nos humilla.

    Genéricamente estas alteraciones se denominan malformaciones dentofaciales, y reúnen dos condiciones: unos maxilares no adecuados en su tamaño o forma y unos dientes en mala posición.

    Lógicamente al no desarrollarse adecuadamente los maxilares, los dientes-que están asentados en ellos- no coincidirán apropiadamente y la relación entre los superiores e inferiores no será correcta. La masticación y la estética facial se verán alteradas.

    Ante un paciente que nos consulta por esta situación, lo primero es obtener un diagnóstico adecuado. Necesitamos saber en qué grado y de qué manera se ha desviado el desarrollo de los maxilares y qué repercusión ha tenido esto en la posición de los dientes. Haremos fotografías de la cara y de la boca del paciente. Tomaremos moldes del interior de la boca y realizaremos un TAC en 3 dimensiones para conocer la forma y posición exacta de los maxilares.

    Una vez obtenido un diagnóstico exacto, comenzará el tratamiento.

    Éste se inicia con una fase de ortodoncia ya que es imprescindible para el buen curso de la operación que los dientes no tengan apiñamientos, inclinaciones exageradas, rotaciones etc. La ortodoncia, en este caso, no persigue el tratamiento de las deformidades dentofaciales, sino hacer posible la cirugía. Con unos dientes montados o torcidos, sería imposible operar, pero la correcta relación entre los dientes de arriba y de abajo sólo se conseguirá con la intervención quirúrgica. La operación requiere anestesia general e ingreso en el Hospital. Las técnicas quirúrgicas en la cirugía ortognática se han desarrollado mucho en los últimos años.

    Actualmente los pacientes permanecen en el Hospital tan sólo 2 días y desde el principio mantienen su boca abierta y pueden comer. Recalco esto porque muchos pacientes nos preguntan cuántos días tendrán que estar sin poder abrir ni mover la mandíbula. Esta pregunta tiene mucha lógica y se basa en que hace años, al no contar con los medios de fijación ósea que tenemos ahora, mantenían a los pacientes con la boca bloqueada durante varias semanas, lo que era muy duro para los recién operados. Actualmente esto no es así y el postoperatorio es muy llevadero. Los pacientes ingieren una dieta Túrmix desde el primer día y pasan a una dieta blanda en 8 -10 días. En tres, cuatro semanas los pacientes están haciendo una vida normal; trabajando, viajando etc.

    El grado de satisfacción de los pacientes es muy alto. La estética de la cara y el perfil mejoran de una forma radical, y la masticación se hace de forma correcta descargándose las articulaciones, equilibrándose la sonrisa y las proporciones faciales.

    Es muy satisfactorio para el cirujano poder solucionar un problema importante que afecta a la función masticatoria y a la estética facial simultáneamente de forma definitiva y poder sentir y apreciar la satisfacción en los pacientes operados.

    La cirugía ortognática nos satisface a todos los miembros del equipo, cirujanos, ortodoncistas, personal de la consulta…

    Pero fundamentalmente satisface al paciente, le cambia la vida.

    Por eso esta cirugía nos entusiasma, a todos nos da alegría.

  • ¿Necesito ortodoncia para la cirugía ortognática?

    Dr. Javier Arias Gallo

    La cirugía ortognática se lleva a cabo por numerosos motivos: entre otras cosas, para mejorar el aspecto físico, para el tratamiento de las asimetrías de la cara, para tratar la apnea del sueño, y para resolver las alteraciones de la oclusión dental que no se pueden resolver sólo con ortodoncia.

    Cirugía ortognática

    Con las técnicas de cirugía ortognática se pueden recolocar los huesos del maxilar y la mandíbula de tal manera que resulten más estéticos, más funcionales, y que mejoren en paso de aire durante la respiración. Se trata de técnicas muy seguras, que requieren un escaso tiempo de hospitalización, uno o dos días como norma general. Incluso algunas intervenciones se realizan en régimen de hospital de día.

    Esa seguridad viene dada por la experiencia acumulada durante años en miles de pacientes, y por las nuevas técnicas diagnósticas de estudios radiológicos de alta resolución en 3D y cirugía virtual. Gracias a estos avances diagnósticos, podemos determinar la posición óptima en la que debe estar situado el maxilar y la mandíbula después de la cirugía. Y podemos determinar si esa posición final de los huesos es compatible con la posición final de los dientes, o si es necesario hacer ajustes dentales. Estos ajustes dentales, que se llevan a cabo mediante ortodoncia, pueden hacerse antes, después de la cirugía o en ambos momentos.

    Cuando el paciente acude a la consulta se hacen fotografías, se toman modelos dentales y se hacen estudios radiológicos para hacer el diagnóstico exacto de la deformidad. El ortodoncista y el cirujano deben estar perfectamente coordinados ya desde ese primer momento. Sin ese diagnóstico, como es lógico, no podría llevarse a cabo un plan de tratamiento. Es ahí cuando puede determinarse si se pueden hacer movimientos de los huesos sin ortodoncia previa, o con una mínima ortodoncia, o con una ortodoncia completa.

    Hay dos situaciones extremas en las que el planteamiento ortodóncico cambia completamente:

    El paciente con apiñamiento dental, arcadas dentales descoordinadas (el maxilar superior o la mandíbula no "encajan", porque uno de ellos está retrasado o excesivamente por delante del otro), incluso con desviación de la mandíbula o el maxilar hacia un lado, o con inclinación lateral del plano de los dientes (el plano oclusal, lo llamamos). Además, la anchura del maxilar y de la mandíbula no coinciden. El paciente lleva toda su vida "malmordiendo", y los dientes, mejor o peor, se han adaptado a esa situación funcionalmente inadecuada. En esos casos, es conveniente hacer un tratamiento ortodóncico completo antes de la intervención. Con ese tratamiento se eliminan las compensaciones dentarias (los dientes se colocan en la mejor posición y angulación respecto a su propio hueso), los dientes de cada arcada se alinean con los dientes adyacentes, y la anchura de ambas arcadas se coordina para que no haya discrepancias. Este tratamiento ortodóncico requiere de un ortodoncista con experiencia en ortodoncia quirúrgica, para evitar complicaciones y para que la planificación coincida con el resultado. La intervención quirúrgica viene después, y con ella se logra que los dientes del maxilar y la mandíbula "casen" correctamente, y que la estética facial mejore de acuerdo con la planificación y las expectativas del paciente. Después de la cirugía suele ser necesario un corto periodo de ajuste ortodóncico final para que el caso quede perfecto.

    Sin embargo, hay personas que no presentan apiñamiento dental, que tienen una mordida normal, y que sin embargo requieren una intervención quirúrgica de cirugía ortognática. Se trata de pacientes que tienen tanto la mandíbula como el maxilar superior en una posición anómala, pero que aún así tienen una mordida adecuada. Con mucha frecuencia son pacientes con maxilares con una posición muy hacia atrás, lo que provoca una reducción del espacio destinado al paso de aire detrás de la nariz y detrás del paladar y de la lengua (en la faringe). Es una causa frecuente de apnea del sueño, que es una enfermedad grave que puede llevar al paciente a la muerte si no se diagnostica y se trata a tiempo. En estos pacientes ambos maxilares deben movilizarse al unísono en la misma dirección, lo que hace que no sea necesario el tratamiento ortodóncico, o éste sea mínimo.

    Entre estos casos extremos hay muchas situaciones intermedias. En esos casos, siempre habrá que combinar la ortodoncia con la cirugía ortognática. A partir del estudio detallado de los maxilares, los dientes, la estética de la cara y la situación personal de cada paciente, se puede decidir si en primer lugar se lleva a cabo la cirugía y luego la ortodoncia; o si se comienza con una corta preparación ortodóncica, luego la cirugía y luego el grueso del tratamiento ortodóncico; o si se hace una ortodoncia completa antes de la intervención.

    La principal ventaja de adelantar el momento de la intervención es que tanto la estética como la función de la cara y de los maxilares va a mejorar más rápido, y el paciente va a estar mucho más animado a la hora de soportar las lógicas molestias del tratamiento ortodóncico que venga después. Pero no es esa la única ventaja. Tras la cirugía ortognática se produce un proceso denominado fenómeno de aceleración regional (RAP en sus siglas en inglés), que consiste en un aumento del metabolismo del hueso de las zonas operadas. Este fenómeno puede ser aprovechado por el ortodoncista para acelerar el tratamiento ortodóncico, reduciendo el tiempo necesario para un resultado estético, saludable y estable a largo plazo.


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Sobre este blog

Las enfermedades de la cara y al cuello son extraordinariamente importantes por afectar a zonas del cuerpo críticas en el día a día de todo ser humano. Comer, masticar, respirar sin dificultad, dormir y descansar, e incluso sonreír son actividades que damos por supuestas pero que pueden verse afectadas gravemente tras traumatismos, tumores, infecciones o por enfermedades congénitas. El cirujano maxilofacial es el especialista central en estas enfermedades. Tanto el punto de vista médico, como el quirúrgico, como la repercusión social y personal de la patología de la cabeza y cuello son importantes para atender y cuidar apropiadamente a nuestros pacientes. Sin olvidar, claro está, a los odontoestomatólogos, periodoncistas, ortodoncistas y odontopediatras con los que trabajamos en estas tareas. En este blog describimos situaciones clínicas, informamos sobre tratamientos, y reflexionamos sobre lo que significa ser médico y cirujano maxilofacial en estos tiempos de cambio y avance continuo. Todo el equipo del Servicio de Cirugía Maxilofacial estaremos encantados de atenderte.

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