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Blog del Servicio de Neurofisiología Clínica del Hospital Quirónsalud Sur

  • ¿Cuándo me tengo que operar un túnel del carpo?

    El atrapamiento del nervio mediano en el carpo es una patología que presenta un carácter progresivo e irreversible.

    Túnel carpoTúnel carpo

    Salvo en muy contadas excepciones, como el debido a la retención de líquidos asociada al embarazo, donde los síntomas y el propio atrapamiento pueden mejorar cuando se pierde el líquido retenido. Y aún es este caso, su aparición en el peri-embarazo, suele ser la punta de un iceberg que manifiesta ya una tendencia que hará que vuelva a surgir con los años.

    Dado este carácter de irreversibilidad que tiene el proceso, la solución quirúrgica tarde o temprano es ineludible.

    Cuando el compromiso del nervio es muy severo, la indicación quirúrgica es clara. Si la afectación es muy incipiente parece razonable el posponerla. Pero la mayoría de los casos, estarán entre ambos extremos y es por ello que la cirugía va a depender de factores no médicos, como la agenda laboral del paciente, (siempre supone una pequeña baja), el miedo que el paciente tenga a la cirugía (procedimiento muy poco invasivo y local) y otro tipo de factores.

    Así que, a la pregunta clásica, ¿está para operar?, cuando un paciente se realiza una valoración EMG para el diagnóstico de un síndrome del túnel del carpo, y esta sale positiva.

    La respuesta, en la gran mayoría de los casos no es estrictamente solo científica y médica, sino que dependen de otros muchos factores que tiene que ver con la situación concreta del paciente. Máxime teniendo en cuenta que contamos con un tratamiento alternativo, la férula nocturna, que, si bien no es definitivamente resolutivo, si permite controlar los síntomas y reducir la velocidad de progresión. Siempre manteniendo en mente que la solución al final es quirúrgica.


  • La regeneración de un nervio. Ideas generales

    La mayoría de los nervios tienen dos tipos de componentes que podemos valorar: por una parte, las fibras sensitivas, y por otras, las motoras.

    La lesión de las primeras provoca alteración de la sensibilidad y su recuperación va a depender de la proporción de fibras sensitivas realmente lesionadas y no solo comprimidas. Esta última parte se recupera completamente y de manera relativamente brusca cuando cesa el fenómeno que origina la compresión, bien la inflamación por la lesión o el atrapamiento local.

    La regeneración de un nervioLa regeneración de un nervio

    Por contra, la parte motora tiene una gran capacidad intrínseca de crecimiento. Inicialmente como en el componente sensitivo se produce una liberación de la parte comprimida y esto da lugar a un efecto de recuperación relativamente rápido, pasando de un déficit motor a una recuperación casi repentina de cierta movilidad.

    Posteriormente, si ha habido fibras motoras realmente lesionadas, estas tienen que crecer por dos procedimientos. Un crecimiento local a costa de las de las fibras no lesionadas en la proximidad del músculo. Este es un proceso que puede llevar algunos meses.

    Si la lesión ha sido mucho más severa, tendrá que establecerse un crecimiento también a una cierta distancia del músculo, desde el punto de lesión, a partir de las propias fibras lesionadas. Este es un crecimiento aún más lento y puede llevar muchos meses, incluso algún año en función del grado de lesión

    Como vemos, en función de la proporción de fibras motoras totales lesionadas, los tiempos de recuperación se pueden presentar en varias etapas de distinta velocidad. Una relativamente rápida, que llamamos neuroapraxia. Otra intermedia y otra lenta mucho más a largo plazo.

    Todo esto se puede valorar perfectamente con un EMG y aventurar así un pronóstico bastante preciso, basándonos en los fenómenos eléctricos biológicos que tienen lugar en las fibras musculares por el proceso de regeneración de las fibras nerviosas motoras.


  • Se me duerme un pie

    Por este concepto entendemos el adormecimiento, acorchamiento o entumecimiento de exclusivamente alguna parte de un pie, es decir solo más allá del tobillo y solo en un pie.

    Se me duerme un pieSe me duerme un pie

    Ante esta situación se plantean dos grupos de posibilidades en cuanto al origen. Bien un problema de origen radicular, es decir lumbar o bien un problema en un tronco nervioso específico. Esto se puede diferenciar de manera precisa mediante un EMG.

    Con todo, los síntomas, aunque parecidos no son iguales.

    En un problema radicular o lumbar, si se trata de una raíz S1, se dormirá el borde lateral o externo del pie, dedo pequeño y se puede extender por toda la planta. En una raíz L5 se dormirá el empeine y a veces hasta el dedo gordo.

    Un problema de tronco nervioso, normalmente está relacionado con un trauma o problema en el tobillo. Si se afecta las ramas terminales sensitivas del nervio peroneal, se dormirá alguna parte de la zona dorsal del pie, pero esto es francamente excepcional.

    Más frecuente es lo que se denomina síndrome del túnel del tarso, donde se comprime el nervio tibial a su paso por el tarso en el lado medial o interno del tobillo. Se dormirá la planta del pie, exceptuando el talón. Ya que la rama para el talón sale antes de que el nervio pase por el túnel. Se puede dormir solo la parte medial o la parte lateral en caso de que se afecte solo una de las dos ramas plantares de este nervio.

    El síndrome de Baxter es una irritación de la rama calcánea, del nervio plantar lateral, que produce dolor en la parte lateral o externa del tobillo, incluso en talón y planta y puede confundirse con una fascitis plantar. Esta situación a pesar de que implica una rama nerviosa, no puede ser valorada directamente por la EMG convencional y la utilidad de la prueba en este caso será descartar otro tipo de origen.

  • Calambres, ¿hay que preocuparse?

    Los calambres son contracciones involuntarias de proporciones amplias en algún músculo. A veces se llaman espasmos, aunque este nombre debería evitarse pues puede referirse a otros fenómenos motores distintos.

    CalambresCalambres

    Los calambres no tienen nada que ver con las fasciculaciones que son contracciones mucho más limitadas en extensión, que corresponde a la activación de una única unidad motora y que frecuentemente no son ni percibidas.

    El calambre es un fenómeno neuromotor normalmente irrelevante, aunque incómodo, pues muchas veces se asocia a dolor en la zona de contracción. Los músculos están organizados en paquetes de fibras musculares que se extienden entre los lugares de inserción del músculo, acabando en una estructura fibrosa que llamamos tendón. Estos paquetes de fibras se encuentran compactados en envolturas o fundas. La contractura mantenida en este sistema cerrado genera un aumento de presión intrafunda que irrita las terminales sensitivas de la funda y da lugar a dolor.

    Los calambres pueden tener muy diversos orígenes; muchos de ellos no patológicos como:

    • El aumento de actividad que supone el deporte, por el aumento de demanda de oxígeno.
    • El descenso de actividad que supone el sueño.
    • Las fluctuaciones electrolíticas, en especial el descenso del Ca, Mg o K.
    • La deshidratación leve, por estos cambios en la concertación electrolítica.
    • Las alteraciones de temperatura exterior, es especial el frio. Hay que decir que uno de los principales mecanismos que presenta el cuerpo para mantener la temperatura o termogénesis es la contracción muscular.

    También puede generarse en diversas situaciones patológicas como:

    • Alteraciones metabólicas o endocrinas, en especial el hipotiroidismo.
    • La irritación de las raíces nerviosas cervicales y sobre todo lumbares en los procesos de columna.
    • Las alteraciones graves en los electrolitos antes comentadas, en especial el descenso patológico del calcio en la hipocalcemia, que puede dar una situación de calambres intensos y generalizados que forma parte de lo que llamamos tetania.
    • Los tóxicos y muchos venenos, que interfieren en la neurotransmisión entre músculo y nervio o entre las neuronas que controlan el proceso en la médula.

    Desde el punto de vista de la prueba de EMG, cuando un calambre se registra, solo se ve una contracción mantenida, que el paciente no puede bloquear y que se refleja como una actividad eléctrica de varias unidades motoras, errática y masiva. De esta forma, se puede diferenciar fácilmente de otros fenómenos motores patológicos como la actividad motora continua que se presenta en los hemiespasmos faciales y otras enfermedades neuromusculares

    Por tanto, ante la presencia de calambres no hay que alarmarse y solo se debería acudir al médico para hacer una valoración cuando sean muy frecuentes y no se identifique una causa como exceso de actividad física sin costumbre, un problema de espalda o un hipotiroidismo que lo justifique.

  • Tengo contracciones en la cara

    Existen dos posibilidades básicas en las que se puede observar este tipo de fenómeno.

    Por una parte, los tics, que son trastornos motores del control del movimiento, en los que está alterado el control, que alguna parte del cerebro ejerce sobre los movimientos de la cara. Por tanto, dependen del sistema nervioso central y no hay alteración en los nervios o músculos en sí mismos. Este es un tema aparte de lo que queremos tratar aquí.

    Por otra parte, están los fenómenos llamados espasmos y sincinesias. Son fenómenos motores relacionados con alteraciones en el funcionamiento del sistema músculo-nervio, que pueden ser estudiados mediante un EMG. Se trata de fenómenos que suponen un aumento de la excitabilidad del sistema nervio-músculo en ese territorio concreto.

    Contracciones en la caraContracciones en la cara

    El blefarosespasmo:

    Es una contracción involuntaria y visible del músculo del párpado. Suele presentarse en un ojo determinado. A veces se relaciona con algún problema de irritación mantenida en el párpado o la córnea, que estimula el proceso. Peo la mayoría de las veces no conocemos la causa.

    Al realizar un EMG, vemos que se suele asociar a lo que llamamos una actividad motora continua, que es una falta de relajación del músculo de base, con continuas descargas motoras a una frecuencia determinada. Habitualmente menos de 50 Hz. Esa actividad no es sentida por el paciente, al contrario que las contracciones visibles involuntarias, que es lo que llamamos blefaroespasmo propiamente.

    El espasmo hemifacial:

    Es una contracción involuntaria y visible de la mitad de la cara. En este caso el origen si está más claro y suele tener relación con un episodio previo de parálisis facial, que ha evolucionado tórpidamente, al contrario que la mayoría de las parálisis faciales típicas, que tiene una evolución excelente.

    Al realizar un EMG, también se observa una actividad motora continua, pero ahora en los distintos músculos de la cara en el lado afectado. Además, muchas veces se asocia al siguiente trastorno del que hablaremos: las sincinesias faciales.

    Las sincinesias faciales:

    Se trata de una contracción no querida de una parte de la cara, cuando se mueve otra voluntariamente. Por ejemplo, la desviación de la comisura de la boca cuando se cierra el ojo. El soporte de este proceso es o bien un crecimiento anómalo de alguna rama nerviosa o más frecuentemente un aumento de la excitabilidad de estas ramas, que no deberían activarse, pero lo hacen, tras el proceso de recuperación anómalo de una parálisis facial previa.

    En este caso, la EMG permite valorar la hiperexcitabilidad de base, mediante el estudio del reflejo de parpadeo, al constatarse que éste, también desencadena una respuesta refleja en el músculo de la boca, cuando no debería ser así.

    Estos tres fenómenos debido a su relación con la hiperexcitabilidad neuronal, aumenta con facilidad ante situaciones de estrés o ansiedad.

    Una vez diagnosticados, pueden ser controlados, si el especialista lo considera conveniente, mediante la aplicación local de toxina botulínica. Una sustancia que bloquea la unión neuromuscular en la zona donde se aplica.

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