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Blog de la Unidad multidisciplinar de cáncer de tiroides. Complejo hospitalario Ruber Juan Bravo

El «VÍA CRUCIS» del cáncer de tiroides

Dado el aumento de la realización de pruebas diagnósticas en la medicina de hoy en día, cada vez se detectan más nódulos tiroideos en pruebas de imagen que normalmente se solicitan por otro motivo (ejemplo: TC de tórax, RM de cuello, ecografía de troncos supraaórticos…). Este hecho hace que seamos capaces de diagnosticar nódulos tiroideos sospechosos con más frecuencia y también con menor tamaño.

La prueba principal en la que los endocrinólogos basaremos nuestra actitud inicial ante un nódulo tiroideo será la ecografía tiroidea.

En esta entrada os queremos hablar de los pasos "habituales" que van sucediendo cuando vemos un nódulo en la ecografía tiroidea y sobre todo si este éste resulta ser sospechoso y maligno.

Esperamos que os pueda ayudar para daros una visión general de los pasos que solemos seguir:

nodulos tiroideosnodulos tiroideos

  • Tu endocrinólogo valorará criterios de tamaño y aspecto ecográfico del nódulo para decidir si se realiza o no una punción (datos de sospecha ecográficos ya comentados en otras entradas). No todos los nódulos han de ser puncionados.
  • En caso de que el nódulo no se decida puncionar, lo más probable es que se planifique seguimiento por imagen. Normalmente de 6 a 12 meses al inicio, aunque dependerá de las características del nódulo. En ocasiones 3 meses si es un nódulo muy sospechoso. Luego se irán espaciando las revisiones si no hay crecimiento.

En caso de quistes (sólo componente líquido), "pseudonódulos" o nódulos pequeños de aspecto ecográfico claramente benigno es posible que no requiera más seguimiento por imagen.

Siempre es necesario individualizar cada caso según las características del nódulo y del paciente.

  • Si es puncionado y el resultado es compatible con una alta probabilidad de ser carcinoma de tiroides normalmente optaremos por cirugía, aunque puede haber excepciones como ya hemos hablamos en la entrada pasada de "vigilancia activa".
  • En una decisión consensuada entre médicos (cirujano y endocrinólogo) y el/la paciente se decidirá qué tipo de cirugía se va a realizar. A veces está claro, pero en ocasiones puede haber dudas razonables.

Dependerá de los hallazgos de las pruebas, del tamaño del nódulo sospechoso, de si hay ganglios afectados, del grado de sospecha de malignidad, de si hay nódulos en el otro lóbulo, de si tiene hipotiroidismo, de la edad y del deseo del paciente…

Valoraremos una serie de características y se decidirá si se realiza una hemitiroidectomía o una tiroidectomía total.

  • El paciente será ingresado y se realizará la cirugía. Normalmente son ingresos de unas 48-36 horas si no hay complicaciones. Si se ha realizado una tiroidectomía total se deberá iniciar tratamiento con levotiroxina. Es posible que también se añada calcio +/- calcitriol (vitamina D activa) al tratamiento, dependiendo de si ha habido afectación de las glándulas paratiroideas o no. (complicaciones quirúrgicas en otra entrada)
  • Se analizará la pieza quirúrgica en el servicio de anatomía patológica y llegaremos al diagnóstico definitivo. Puede que te lo trasmita tu cirujano o tu endocrinólogo.
  • En caso de patología benigna se hará seguimiento con el endocrinólogo para el control de la función tiroidea postquirúrgica, ajuste de medicaciones si es preciso y seguimiento de otros nódulos en caso de haberlos.

Ya podemos estar tranquilos.

  • En el caso de patología maligna, si la cirugía ha sido parcial se analizarán todas las características y se decidirá si es preciso completar la cirugía resecando el resto de tiroides que se ha dejado o no.

No todos los carcinomas precisan de una tiroidectomía total.

  • En casos de patología maligna (cáncer de tiroides papilar o folicular) en los que se haya realizado tiroidectomía total (en uno o en dos tiempos) valoraremos administrar tratamiento ablativo con 1-131 si el riesgo de recidiva el alto.

No todos los pacientes precisan tratamiento con I -131.

  • Antes de administrar el tratamiento con I-131 (en el servicio de Medicina Nuclear) el endocrinólogo te dará las indicaciones y explicaciones precisas. Además, irá ajustando tu dosis de levotiroxina según el riesgo de recidiva de tu tumor (explicado en otra entrada) y de calcio y vitamina D si las glándulas paratiroideas fueron afectadas en la cirugía.
  • Tras la administración del I-131 se suele realizar una gammagrafía (rastreo corporal total) para valorar los restos de tejido tiroideo que hayan podido quedar a nivel local y la posible extensión a distancia. El efecto del yodo no es inmediato, lo veremos aproximadamente a los 6 meses tras su administración.
  • Ya sea en pacientes tratados con I-131 o no, iremos realizando el seguimiento endocrinológico con analíticas para determinar hormonas tiroideas y ajustar dosis (en caso de ser necesario), tiroglobulina (nuestro marcador tumoral), anticuerpos anti-tiroideos (a veces también los usamos como marcador) y pruebas de imagen para valorar si hay persistencia o recurrencia.
  • La mayoría de los pacientes tienen muy buen pronóstico y es probable que con los tratamientos iniciales (cirugía con o sin I -131) queden libres de enfermedad o "curados". En caso de no ser así se valorarán otras medidas (nueva cirugía, tratamiento con I- 131, otros tratamientos…)
  • Al cabo de varios años, si todo ha ido como es esperable es posible que te puedas olvidar de este problema.

Aunque este es el "via crucis" habitual de un nódulo ecográficamente sospechoso y que finalmente resulta ser un cáncer de tiroides, SIEMPRE es necesario individualizar cada caso. CADA PACIENTE Y CADA TUMOR SON DIFERENTES.

Por favor, ante cualquier duda consulta con tu especialista y NO TE DEJES GUIAR POR GENERALIDADES.

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Blog dedicado a las personas con cáncer de tiroides, para tratar de una forma cercana, comprensiva y amena todos los temas que puedan generar miedos e inquietudes a todos nuestros pacientes.

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