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Blog del Servicio de Oftalmología del Hospital Rey Juan Carlos

  • ¿Qué son las conjuntivitis?

    Hablamos de conjuntivitis cuandohay una inflamación o infección de la conjuntiva del ojo, que es la membrana mucosa y transparente que recubre el interior del párpado y la esclera (parte blanca del ojo). Se trata de una de las patologías oftalmológicas más frecuentes, tanto en adultos como en niños, y raramente implican gravedad.

    2018 10 15 Qué son las conjuntivitisImagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contexto2018 10 15 Qué son las conjuntivitis

    Causas

    Existen diferentes causas que pueden provocar conjuntivitis; pasamos a relatar las más frecuentes:

    • Conjuntivitis vírica: El agente etiológico es un virus, como los de algunos catarros de vías respiratorias. Pueden estar afectados uno o ambos ojos y es altamente contagiosa, pudiendo propagarse por la tos o estornudos y por contacto.
    • Conjuntivitis bacteriana: Se diferencia de las anteriores en que se presenta con una secreción del ojo amarillenta o verde-amarillenta y pegajosa. A menudo se encuentran afectados los dos ojos. Es contagiosa pero habitualmente por contacto directo con las manos infectadas o elementos que hayan tocado el ojo.
    • Conjuntivitis alérgica: De ella hemos hablado en otro post de este mismo foro previamente. No es contagiosa. Está ocasionada por alérgenos oculares como el polen o el polvo, por tanto, puede ser estacional (polen) o aparecer en brotes durante todo el año.
    • Otros: Ciertos medicamentos, y muchas otras sustancias químicas, pueden causar irritación conjuntival. También pueden causar irritación los cuerpos extraños y las lentes de contacto.

    Síntomas

    El diagnóstico de las conjuntivitis es clínico, basado en los siguientes síntomas y los antecedentes del paciente (por ejemplo, contacto con personas previamente enfermas o con alérgenos o medicamentos tópicos que puedan causarlas):

    - Enrojecimiento ocular.

    - Leve fotofobia.

    - Sensación de arenilla o cuerpo extraño bajo el párpado y lagrimeo que actúa como medida de defensa intentando lavar la conjuntiva y arrastrar los agentes nocivos.

    - Secreción conjuntival. Los párpados y pestañas pueden llegar a pegarse cuando las secreciones se secan, formando una especie de costra.

    Duración

    La conjuntivitis es, por lo general, una enfermedad de corta duración. Sin embargo, los síntomas pueden durar más o menos tiempo en función de la causa que ha originado la inflamación de la conjuntiva y de si se está tratando de manera adecuada o no. Por lo tanto, la duración de la inflamación de la conjuntiva dependerá, en gran medida, de un correcto diagnóstico y de un adecuado tratamiento.

    ¿De cuánto tiempo estamos hablando? Veamos cada una de las situaciones posibles:

    • Conjuntivitis vírica: Son las que más pueden llegar a durar. Por norma general, los síntomas están presentes entre una y dos semanas.
    • Conjuntivitis bacteriana: Su duración suele oscilar entre siete y diez días, siempre que trate de manera adecuada.
    • Conjuntivitis alérgica: La duración dependerá del tipo de alergia y del grado de exposición al agente causante de la conjuntivitis. Generalmente, la inflamación en los ojos desaparece unos días después de haber entrado en contacto con el alérgeno y siempre que la exposición a la sustancia que provoca la alergia haya cesado.
    • Conjuntivitis por irritación: La duración suele ser de unos días, en función de la gravedad de la irritación.

    Tratamiento y prevención

    Dependerá del tipo de conjuntivitis, aunque la mayoría son autorresolutivas, y las medidas terapéuticas van encaminadas a mejorar los síntomas o acortar la duración de la afección, e irá típicamente dirigido de forma específica frente a la etiología causante (por ejemplo, colirios antibióticos para las conjuntivitis bacterianas o antihistamínicos para las alérgicas). Asimismo, como medidas generales y profilácticas, se suele recomendar:

    - Lavar las manos frecuentemente.

    - Cubrir la nariz y la boca al toser y estornudar y evitar frotarse los ojos.

    - No utilizar toallas, almohadas, sábanas u otro tipo de objetos que hayan podido estar en contacto con una persona infectada de aquellas tipologías que puedan ser contagiosas.

    - Ser muy exhaustivo en la higiene de las lentes de contacto y sustituirlas en cuanto sea preciso.

    - Precaución con los cosméticos empleados; algunos pueden contener productos que pueden producir alergia o irritación.

    - En caso de alergia al polen, se recomienda evitar los ambientes con altas concentraciones del mismo, y usar gafas de sol para salir a la calle.

    - En caso de conjuntivitis infecciosas puede ser necesario quedarse en casa unos días para evitar el contagio a otras personas.

  • ¿Cómo afecta la diabetes a la vista?

    La diabetes mellitus es una enfermedad crónica que afecta a múltiples órganos, producida por un disbalance metabólico que tiene como protagonistas a la glucosa y la insulina.

    2018 07 31 Cómo afecta la diabetes a la vistaImagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contexto2018 07 31 Cómo afecta la diabetes a la vista

    En ella existe un aumento de los niveles de glucosa debido a una baja producción de insulina o por su inadecuado uso por parte del organismo (resistencia a la insulina). Los síntomas clásicos son aumento en la ingesta de líquidos (polidipsia), mayor diuresis (poliuria), incremento anormal en la ingesta de alimentos (polifagia) y pérdida de peso sin razón aparente.

    La diabetes mellitus tipo 2 (la forma más frecuente) afecta un porcentaje significativo de la población mayor de 20 años, pudiendo aumentar a más del triple a la edad de 60 años.

    Los principales órganos y tejidos dañados son el ojo, el riñón, los nervios y vasos sanguíneos.

    La retinopatía diabética es la manifestación más importante de esta enfermedad en el ojo y la principal causa de ceguera legal en personas en edad productiva. Un 13 por ciento de los pacientes con diabetes mellitus 1 con menos de 5 años de duración de la diabetes tendrán algún grado de retinopatía diabética. Si tienen más de 10 a 15 años de evolución de la enfermedad, este valor asciende a un 90 por ciento. De la misma forma, entre un 24 y 40 por ciento de pacientes con diabetes mellitus tipo 2 tendrán retinopatía diabética si su enfermedad tiene menos de 5 años desde el diagnóstico, cifra que sube a 53 - 84 por ciento si su diabetes fue diagnosticada hace más de 15 años.

    El glaucoma, las cataratas y otras alteraciones oculares se presentan antes y con mayor frecuencia en los enfermos con diabetes. Un metaanálisis combinado que comprendió 35 estudios, realizado en todo el mundo desde 1980 hasta 2008, estimó que la prevalencia global de cualquier retinopatía diabética y de la retinopatía diabética proliferativa es del 35,4 por ciento y el 7,5 por ciento, respectivamente

    Los altos niveles de azúcar en la sangre producen un deterioro de los vasos sanguíneos que irrigan la retina, lo que lleva a un aumento de su permeabilidad y a la salida anormal de sangre y fluidos hacia la retina. Inicialmente, la enfermedad es asintomática, pero si no existe un adecuado control de la glucemia y exámenes oftalmológicos periódicos, puede llevar a la ceguera irreversible.

    Los síntomas de la retinopatía diabética pueden ser:

    • Visión borrosa y pérdida gradual de la visión.
    • Visión de manchas.
    • Sombras o áreas de pérdida de visión.
    • Dificultad para ver de noche.

    Algunos factores como la obesidad, el tabaquismo y el sedentarismo influyen negativamente en la enfermedad.

    En algunos casos particulares, es necesario complementar el estudio con pruebas de imagen oftalmológicas, como la tomografía de coherencia óptica (OCT), la angiofluoresceíngrafía o la ecografía ocular.

    Grandes estudios prospectivos aleatorizados han mostrado que el control intensivo de la diabetes con el objetivo de alcanzar niveles de glucosa próximos a la normoglucemia evita o retrasa, o ambas, la aparición de la retinopatía diabética.

    Asimismo, se ha mostrado que la reducción de la presión arterial disminuye la progresión a retinopatía en personas con diabetes mellitus 2. En pacientes con dislipemia, se puede retrasar la progresión a la retinopatía diabética tratando tal desequilibrio, particularmente con retinopatía diabética no proliferativa basal muy leve. Varias series de casos y un estudio prospectivo controlado sugieren que el embarazo puede agravar la retinopatía y amenazar la visión en mujeres con diabetes mellitus 1, en especial cuando el control glucémico es deficiente en el momento de la concepción

    Dentro de las opciones de tratamiento de la retinopatía diabética se encuentran la fotocoagulación láser de la retina, la inyección intravítrea de fármacos que disminuyen la permeabilidad vascular y la vitrectomía para los casos más severos. En relación al tratamiento, la fotocoagulación con láser reduce el riesgo de pérdida de la visión en pacientes con retinopatía diabética proliferativa de alto riesgo y en algunos casos de retinopatía diabética no proliferativa grave. Las inyecciones intravítreas de antifactor de crecimiento vascular endotelial se indican para el edema macular diabético que puede amenazar la visión.

    La elección de cada uno de ellos estará basada en las características particulares de cada paciente.

    El tratamiento está indicado cuando la enfermedad ocular es severa, por lo que su objetivo será detener la disminución de la pérdida visual, recudir el riesgo de ceguera y, en algunos casos, mejorar la visión. Por ello, a pesar de que existen varios tratamientos, lo más importante es evitar que esta enfermedad aparezca.

    Algunos consejos para ello son:

    • Control adecuado de la glucemia.
    • Control del peso.
    • Suspender tabaquismo.
    • Control de la presión arterial.
    • Mantener los lípidos en niveles normales.
    • Realizar actividad física periódica.
    • Control oftalmológico periódico.
  • ¿Sufro de “ojo seco”?

    El término "síndrome de ojo seco" hace referencia a anormalidades de la película lagrimal que recubre la superficie del ojo, protege los tejidos y mantiene una buena visión. Decir "ojo seco" no significa necesariamente que no haya lágrima, que estén "secos" (de hecho, un síntoma habitual en los pacientes diagnosticados de ojo seco es el lagrimeo, que habitualmente es debido a una mala calidad de la lágrima).

    2018 06 07 Ojo secoImagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contexto2018 06 07 Ojo seco

    Se trata de un problema muy frecuente, que afecta cada vez a más personas (alrededor del 30 por ciento de los pacientes que acuden a una consulta oftalmológica). Los pacientes con ojo seco pueden tener síntomas que, en muchas ocasiones, hacen pensar en otra patología; por eso es importante hacer un buen diagnóstico antes de pautar un tratamiento. Los síntomas más frecuentes suelen ser:

    • Sensación de arenilla
    • Lagrimeo
    • Visión borrosa fluctuante
    • Escozor de ojos
    • Sensibilidad a la luz (fotofobia)
    • Cansancio ocular al leer, ver la televisión, utilizar ordenador o conducir
    • Intolerancia a lentes de contacto
    • Pesadez de los párpados y, en algunos casos, dolor ocular

    Existen muchas causas y factores de riesgo para padecer ojo seco. Las principales son la edad avanzada, cambios hormonales, factores ambientales, mala alimentación (por ejemplo, pobre en ácidos grasos poli-insaturados, los famosos Omega 3), efectos secundarios de determinados medicamentos (los antidepresivos o los antihistamínicos para la alergia pueden inducir ojo seco) o la utilización de lentes de contacto. Todos estos factores deben ser tenidos en cuenta para poder establecer un tratamiento apropiado e individualizado en cada paciente.

    El diagnóstico del ojo seco es fundamentalmente clínico, en base a los datos aportados por la entrevista con el paciente y una rutinaria exploración ocular que ha de incluir desde una medida de agudeza visual (que puede verse alterada tras varios segundos sin parpadear, o tras pruebas de "estrés visual") y una exploración en lámpara de hendidura, incluyendo tinciones corneales y conjuntivales, hasta la aplicación de determinadas pruebas de laboratorio en algunos casos, que objetivan los componentes de la lágrima y el daño celular provocado por el déficit lagrimal.

    La estrategia de tratamiento debe controlar los factores agravantes e incluir medidas ambientales, hidratar y restaurar la superficie ocular e inhibir la inflamación ocular. Así, dependiendo de cada caso personal, pueden ofrecerse una serie de recomendaciones que mejoran los síntomas, como:

    • Modificaciones ambientales (evitar ambientes muy secos, uso de humidificadores, protección con gafas de sol)
    • Modificaciones alimentarias
    • Eliminación o cambio de la medicación sistémica
    • Uso de lágrimas artificiales (los principales principios activos son el ácido hialurónico, la carboximetilcelulosa o carmelosa y el gel carbómero a diferentes concentraciones)
    • Uso de agentes anti inflamatorios en pautas cortas o ciclos terapéuticos (corticoides tópicos, ciclosporina o antibióticos de la familia de las tetraciclinas)
    • En casos seleccionados, pueden resultar de utilidad sustancias biológicas como el conocido suero autólogo o plasma rico en plaquetas o factores de crecimiento (PRP, PRGF)
    • Solo en algunos de los casos más graves y no respondedores, cirugía (oclusión de puntos lagrimales, trasplantes de membrana amniótica...)

    Todas estas medidas terapéuticas deben ser establecidas y monitorizadas por su especialista en Oftalmología, quien determinará la eficacia de los mismos y será capaz de valorar la necesidad de alternar entre diferentes escalones terapéuticos.

    Como conclusión, recuerda que, a pesar de que los síntomas de ojo seco son crónicos, y en general leves, en algunos casos pueden afectar de forma significativa a tu calidad de vida, por lo que deberás consultar a tu oftalmólogo para establecer un diagnóstico y tratamiento adecuado que mejore los mismos y evite posibles complicaciones a largo plazo.

  • La primavera, los ojos altera

    ¿Ya empiezas como cada año a notar los ojos rojos y picor? La primavera la sangre altera, y a los ojos también. Con el cambio de estación y la llegada del deseado buen tiempo, llega la alergia ocular primaveral. Existen numerosas sustancias (alérgenos) que son capaces de producir alteraciones oculares, a veces de gran intensidad, a las que hay que prestar atención, como la conjuntivitis alérgica o queratoconjuntivitis atópica.

    La primavera, los ojos alteraImagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contextoLa primavera, los ojos altera

    ¿Qué es la conjuntivitis alérgica?

    La alergia ocular afecta generalmente a la conjuntiva, por lo que también es conocida como conjuntivitis alérgica o queratoconjuntivitis atópica, y típicamente aumenta en su forma estacional con la aparición de alérgenos propios de la primavera como son el polen y las esporas de moho.

    La conjuntiva es una fina y transparente membrana mucosa que cubre la superficie anterior del globo ocular y la interna de los párpados. Este es el tejido es inmunológicamente más activo del ojo y sirve de defensa frente a infecciones y traumatismos.

    Generalmente, este tipo de conjuntivitis aparece asociada a otro tipo de enfermedades de origen alérgico como la rinitis alérgica, la bronquitis asmática y la aparición de eczemas.

    Proceso alérgico. ¿Por qué se producen las conjuntivitis?

    Tras la exposición ocular a un alérgeno, el sistema inmune lo detecta y se desencadena una respuesta inflamatoria. Esto hace que se activen algunas células (eosinófilos y mastocitos, entre otras) liberando sustancias como IgE e histamina, que son las responsables de la aparición de los signos de la conjuntivitis alérgica.

    Alérgenos más frecuentes:

    • El polen.
    • Ácaros del polvo.
    • Pelo y células cutáneas provenientes de la descamación de animales domésticos.
    • Algunos hongos (moho).
    • Productos cosméticos.
    • Antibióticos.

    Síntomas de alergia ocular

    La conjuntivitis alérgica puede aparecer de forma estacional asociada a temporadas del año en que aumentan los alérgenos que la causan (primavera) o perenne (durante todo el año). Generalmente afecta de forma simultánea a ambos ojos (bilateral) y su sintomatología inicial puede incluir, entre otros:

    • Ojos llorosos.
    • Picor intenso (síntoma más común y característico).
    • Enrojecimiento.
    • Visión borrosa temporal.
    • Leve inflamación de los párpados, especialmente por la mañana.
    • Secreciones viscosas.

    Existe un tipo especial de conjuntivitis alérgica, conocida como "conjuntivitis vernal". Se trata de un cuadro más frecuente en niños y muy estacional. Cursa con secreciones oculares espesas y pegajosas. Suele darse cada año en la misma época. La sintomatología puede llegar a ser severa y requiere ciclos cortos de uso de gotas con corticoides y antihistamínicos.

    ¿Cuáles son las pruebas que ayudan a confirmar el diagnóstico y la causa?

    Habitualmente no suelen realizarse pruebas especiales para el diagnóstico etiológico de la conjuntivitis alérgica, sobre todo en las que tienen un claro origen estacional. Sí que se realizan pruebas cuando se sospecha que sea una alergia medicamentosa, o en aquellas que no responden a las medidas terapéuticas generales. Las pruebas que pueden realizarse serían:

    • Frotis conjuntival.
    • Estudio de la lágrima.
    • Analítica completa: aumento de eosinófilos e IgE.
    • Pruebas cutáneas: a fin de conocer el efecto de ciertos alérgenos en la zona donde se produce la alergia.
    • Prueba conjuntival: se aplica el alérgeno que se piensa que ha afectado al ojo en la conjuntiva y se compara con la del otro ojo.

    Tratamiento etiológico (preventivo)

    Una vez identificado el agente etiológico, si lo precisa, la principal medida de prevención consiste en evitarlo. En este sentido, lo primero que se debe evitar es el contacto con polvo, moho y polen.

    Algunas medidas recomendadas que puedes poner en práctica:

    • Durante la noche, mantener ventanas cerradas y hacer uso de aires acondicionados con filtro. Al viajar en coche también se deben mantener las ventanillas cerradas y se debe revisar o cambiar el filtro del aire acondicionado.
    • Evitar, en la medida de lo posible, las actividades al aire libre en las franjas horarias de 05:00h a 10:00h, que es cuando las plantas emiten el polen, y de 19:00h a 22:00h, que es cuando se enfría el aire y desciende el polen.
    • Evitar salir de casa los días de mayor concentración de polen y mucho viento.
    • No tender la ropa en el exterior pues el polen puede quedar atrapado en ella.
    • Usar gafas de sol o anti pólenes al salir a la calle.
    • No realizar lavados oculares con infusiones de manzanilla pues puede contener pólenes a los que se sea alérgico.

    Tratamiento sintomático

    Algunas medidas que se pueden llevar a cabo para aliviar los síntomas son:

    • Uso de gotas lubricantes o lágrima artificial.
    • Aplicación de compresas frías sobre los ojos para aliviar la inflamación.
    • Tomar antihistamínicos orales que no requieren de receta médica. Este tipo de medicación alivia los síntomas de la conjuntivitis, pero pueden provocar sequedad ocular.

    Si estos tratamientos no ayudan a paliar los síntomas de la alergia ocular será necesaria la visita a un oftalmólogo para que aplique otro tipo de tratamiento como puede ser:

    • Antinflamatorios o antihistamínicos de uso tópico (gotas) que puede utilizarse incluso antes de entrar en contacto con el alérgeno.
    • En casos de reacciones graves, aplicación de esteroides oftálmicos suaves.
  • Pinguécula y pterigium ¿Qué son, cómo se manifiestan y cómo las tratamos?

    El pterigium es una patología ocular relativamente frecuente manifestada como una proliferación fibrosa y vascularizada en "lo blanco del ojo" (tejido conjuntival y cápsula de tenon, superficial a la esclera), habitualmente en la parte más próxima al lagrimal, pudiendo invadir la córnea y alterar la transparencia de la misma.

    La pinguécula es una mancha o abultamiento de color amarillo en la conjuntiva, cerca de la córnea. De forma similar al pterigium, aparece con mayor frecuencia en el lado nasal del ojo, el más cercano a la nariz. Se trata de un cambio que se produce en el tejido normal de la conjuntiva y que se transforma en un depósito de proteína, grasa y/o calcio, parecido a la formación de un callo en la piel.

    2018 04 02 Pterygium Slitlamp2018 04 02 Pterygium Slitlamp

    Factores de riesgo para su desarrollo

    Las causas de la aparición y el desarrollo de pterigion y pinguencula no están completamente definidas, aunque se cree que la luz ultravioleta (UV) del sol puede ser un factor en el desarrollo de estas lesiones. Otros factores que se cree pueden predisponer a la aparición de las mismas son el síndrome de ojo seco y elementos ambientales como el viento y el polvo, por lo que las personas que trabajan al aire libre suelen presentar estas lesiones con más probabilidad.

    Asimismo, su prevalencia es mayor en la población sudamericana o africana (probablemente de forma secundaria a la exposición solar) y tiene un componente genético importante.

    Síntomas de pinguécula y pterigium

    Los síntomas que habitualmente presentan estas lesiones, aunque normalmente son leves y transitorios, de no tratarse a tiempo pueden llegar a generar problemas oculares importantes:

    • Enrojecimiento de los ojos.
    • Sequedad ocular.
    • Irritación.
    • Cambios en la refracción ocular, sobre todo aumento del astigmatismo.
    • Problemas importantes de la visión, en los casos más graves, cuando el pterigium invade el eje visual.

    La mayoría de las veces, sin embargo, el pterigium pasa prácticamente desapercibido, pudiéndose apreciar en forma de un pequeño nódulo amarillo un poco elevado que puede permanecer totalmente asintomático.

    Diagnóstico de la pinguécula y el pterigion

    Un oftalmólogo puede diagnosticar el pterigion y la pinguécula por medio de un examen con una lámpara de hendidura. Este instrumento es un microscopio especial, que permite al especialista en Oftalmología examinar de cerca el segmento anterior del ojo, lo que hace más fácil ver anormalidades en la superficie ocular. No precisa de otras exploraciones especiales, como rayos X o analíticas para su diagnóstico.

    Tratamiento del pterigium

    El tratamiento médico más habitual son las lágrimas artificiales o los antiinflamatorios tópicos. Este tratamiento tiene como objetivos:

    • Reducir las molestias y síntomas ocasionados.
    • Tratar de detener el avance del pterigium (cosa que no siempre se consigue).

    Aunque en la mayoría de casos las medidas citadas suelen ser suficientes para aliviar las molestias y frenar la evolución del mismo, a veces el pterigium sigue creciendo, llegando a invadir peligrosamente la córnea. Cuando esto pasa se suele recurrir a su eliminación mediante una intervención quirúrgica.

    La cirugía del pterigion o de la pinguécula es una intervención sencilla y su recuperación es generalmente rápida, ya que suele realizarse de forma ambulatoria.

    Postoperatorio

    Después del procedimiento quirúrgico, que suele durar entre 30 y 45 minutos, es probable que se necesite colocar un parche protector sobre el ojo por uno o dos días.

    Igualmente, tras la intervención se suele realizar un tratamiento tópico con gotas o pomadas de antiinflamatorios para mejorar los síntomas asociados al postoperatorio y reducir la inflamación postquirúrgica.

    Los controles periódicos posteriores a la cirugía permiten la detección temprana de una recidiva en el caso de que aparezca.

    A pesar de que una pinguécula o un pterigion hayan sido eliminados quirúrgicamente, éstos pueden volver a aparecer. De hecho, la tasa de recurrencia con determinadas técnicas quirúrgicas es entre un 30 y un 40 por ciento, y es aún más probable entre personas menores de 40 años. El protocolo quirúrgico que induce una menor tasa de recidiva es la asociación de un autoinjerto conjuntival (que se obtiene de la conjuntiva sana del paciente y "tapiza" el defecto escleral secundario a la extirpación del pterigium o pinguécula).

    Consejos para evitar la recurrencia:

    La mejor manera de evitar la recurrencia de pterigio o pinguécula después del tratamiento es limitar la exposición a los factores ambientales que contribuyen a su crecimiento. Esto incluye:

    • Protección adecuada de sus ojos contra el exceso de luz ultravioletamediante el uso de gafas de sol o con filtro UV.
    • Uso de gafas de protección si sus ojos están expuestos continuamente a condiciones de polvo o suciedad.
    • Instilación habitual de lágrimas artificiales.
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Sobre este blog

La oftalmología es la especialidad médica que se dedica a una de las partes más pequeñas, pero a la vez más complejas del cuerpo humano. Con este blog pretendemos ayudarte a conocer más sobre esta apasionante especialidad. Te queremos mostrar las patologías más frecuentes que amenazan a nuestro sistema visual, y los increíbles avances que día a día nos sorprenden. No dudes en seguirnos, aprenderás "en un abrir y cerrar de ojos".

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