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Blog de la Unidad de Cefaleas del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz

  • Migraña y embarazo

    Ya se habló brevemente en otro artículo de este blog de la influencia de las hormonas en la migraña y de las implicaciones en el embarazo. Dado que la migraña es una enfermedad que tiene su mayor prevalencia en mujeres durante la etapa fértil de su vida, nos parece interesante ahondar en este tema.

    Hay que resaltar que hay un porcentaje importante de mujeres (hasta un 20% en algunos estudios) que evitan o retrasan el embarazo debido a su migraña, muchas veces por falta de información o por el miedo a las limitaciones que existen de cara a un tratamiento adecuado.

    2024 02 12 Migraña y embarazoImagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contexto2024 02 12 Migraña y embarazo

    ¿Qué es lo que debo saber si tengo migraña y me quiero quedar embarazadaEste enlace se abrirá en una ventana nueva? Lo primero es que en un 50-80% de los casos la migraña mejora o incluso llega a remitir por completo.

    Es bien conocido el papel de las hormonas femeninas (estrógenos y progestágenos) sobre la migraña y el embarazo es una etapa donde se producen muchas variaciones en sus niveles. La primera parte del embarazo suele ser una etapa de empeoramiento de las migrañas. Incluso previo al embarazo, si este se planifica (algo muy recomendable, sobre todo en caso de estar con un tratamiento preventivo), el abandono del tratamiento suele producir un aumento de los episodios de migraña. A lo largo de las primeras semanas y durante todo el primer trimestre hay un aumento progresivo de los niveles de estrógenos que llegan a multiplicar hasta por 30-40 veces sus niveles fuera del embarazo. Esto (el crescendo, no los niveles alcanzados) va a suponer que sea una fase muy vulnerable para tener migrañas, muchas veces de mayor intensidad y con menos posibilidades de utilizar tratamientos efectivos. Pero tranquilidad, lo primero porque hay alternativas que nos ayudan a controlarla y lo segundo porque esos niveles tan altos de estrógenos alcanzados al final del primer trimestre se mantienen estables durante el resto del embarazo, dando lugar a lo que se conoce como "analgesia del embarazo", haciendo que la mayoría de mujeres experimenten una mejoría espontánea de su migraña durante segundo y tercer trimestres.

    Después del parto hay otra fase crítica, ya que esos niveles tan altos de estrógenos que se han mantenido varios meses, caen de forma muy brusca. Muchas mujeres pueden tener migrañas en los días posteriores. Hay que decir, sin embargo, que la lactancia natural tiene un factor protector que nos puede beneficiar en estas etapas, porque se liberan otra serie de hormonas (oxitocina, vasopresina) que tienen efectos analgésicos, además de hormonas como la prolactina que impiden que se produzca la ovulación y las fluctuaciones de estrógenos que esta conlleva. Por tanto y en general, durante la lactancia, si bien no es una fase tan protectora como el segundo y tercer trimestres de gestación, no suele haber tanto descontrol de la migraña como en las primeras fases y, en cualquier caso, tenemos más libertad de tratamientos que durante el embarazo.

    ¿Cómo se puede tratar la migraña durante el embarazo? Lo ideal es intentar favorecer medidas no farmacológicas, manteniendo horarios regulares de sueño y comidas, actividad física regular, etc. En caso de necesitar tratamiento sintomático, el único recomendado es el paracetamol, que podemos combinar con metoclopramida, la cual no sólo actúa contra las náuseas, sino que también tiene cierto efecto analgésico. Los antiinflamatorios como el ibuprofeno, el naproxeno, el dexketoprofeno (enantyum), etc, así como la aspirina, no están recomendados, sobre todo en primer y tercer trimestres, pero conviene evitarlos durante todo el embarazo.

    Respecto a los triptanes, a priori no se recomiendan, si bien hay varios estudios en los que no se evidencia que su uso en el embarazo sea perjudicial, fundamentalmente el sumatriptan (y favoreciendo la formulación intranasal), aunque conviene limitarlo al mínimo. En cualquier caso, siempre es mejor consultarlo previamente y no tomar nada por cuenta propia.

    En caso de alta frecuencia de migrañas o si no se controlan con los tratamientos sintomáticos, tendremos que recurrir tratamientos preventivos. Aquí también hay muchas limitaciones. Una opción que favorecemos en el embarazo, por su seguridad y su rapidez de acción, son los bloqueos anestésicos con lidocaína, que son eficaces en muchos casos. Si esto no es suficiente hay algunas alternativas que son relativamente seguras según la etapa del embarazo y siempre valorando riesgo/beneficio.

    Durante la lactancia las opciones son más variadas. Podemos usar como tratamiento sintomático antiinflamatorios como el ibuprofeno o el naproxeno; los triptanes tienen salvedades parecidas a durante el embarazo, pero parece que sumatriptan, zolmitriptan y eletriptan se pueden usar con tranquilidad ya que su paso a la leche materna es escaso. En cuanto a preventivos, los bloqueos siguen siendo una buena opción, pero el abanico de posibilidades es más amplio en este período.

    Resumiendo, el embarazo es una condición que en general implica un empeoramiento de la migraña sobre todo en fases previas y primer trimestre, que tiende a mejorar espontáneamente en segundo y tercer trimestres, y en menor medida en lactancia, y en el cual hay opciones de tratamiento (aunque no muchas) que ayudan a controlarlo. Lo más importante es, ante la duda, consultar siempre antes de tomar cualquier tipo de medicación en estas etapas.

    Dra. Andrea Gómez García

    Servicio de Neurología

    Unidad de Cefaleas

    Hospital Fundación Jiménez Díaz

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Sobre este blog

Blog para informar a los pacientes de novedades y actualización en Cefaleas y dolor craneao-facial. Coordinados desde la Unidad de Cefaleas de la FJD

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