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Blog de la Unidad de Cefaleas del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz

La dieta como aliada de la migraña

Todos habremos oído que hay ciertos alimentos que a algunas personas con migraña les influyen negativamente en sus dolores de cabeza: el alcohol, el chocolate, los quesos curados son algunos de los ejemplos que estamos acostumbrados a oír, pero… ¿qué hay de cierto en esto? ¿qué nos dice la ciencia sobre los alimentos en la migraña?

2023 10 11 La dieta como aliada de la migrañaImagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contexto2023 10 11 La dieta como aliada de la migraña

Antes de empezar hay que hacer un apunte, los estudios científicos de los que disponemos sobre este tema no son metodológicamente los mejores y la evidencia que se obtiene tampoco es tan potente como en otro tipo de estudios, como por ejemplo en los estudios sobre fármacos. Aún así, intentaremos resumir lo que se sabe al respecto, y en este vídeoEste enlace se abrirá en una ventana nueva os compartimos también información de interés al respecto.

En la migraña, la dieta importa, al igual que en muchas patologías crónicas y en la salud en general. Lo que comemos podría actuar en el sistema nervioso central a través de diversos mecanismos: mediante la modulación de neuropéptidos, neuroreceptores y canales iónicos, modulando el sistema nervioso simpático, afectando al metabolismo de la glucosa cerebral y modulando la neuroinflamación, la liberación de óxido nítrico y la vasodilatación.

Se ha demostrado que una dieta sana (medida con una dieta ideada por Harvard en el 2012 llamada Healthy Eating Plate (HEP) que consiste en llenar nuestro plato con la mitad de frutas y verduras, un cuarto de carbohidratos integrales y un cuarto proteínas, además de evitar bebidas azucaradas y limitar leche y lácteos a uno o dos por día) se asocia a menos días de cefaleas. En ese estudio se vio que el subgrupo que más disminuyó los dolores de cabeza fueron los que, además, menos carnes rojas y procesadas consumieron.

No hace falta irse hasta Harvard para comer sano, la dieta mediterránea también ha demostrado beneficio, así como otra dieta bastante similar: la DASH (Dietary Approaches to Stop Hypertension), es decir, una dieta ideada para controlar la hipertensión arterial. En ambas dietas, además de lo que nos sugiere Harvard, encontramos que se disminuye la cantidad de carbohidratos, se aumentan las proteínas y la fibra, se consume algo más de grasa, pero menos cantidad de grasa saturada y se ingiere menos sal. Incluso, en un estudio que comparaba ambas dietas (la HEP y la DASH) se vio que esta última mejoraba aún más la frecuencia, la duración y la intensidad de los dolores de cabeza en los pacientes con migraña.

Otro factor a tener en cuenta, dentro de una dieta saludable, sería ingerir alimentos con bajo índice glucémico (grano integral, verduras bajas en almidón, legumbres) para conseguir mantener una estabilidad en los niveles de glucosa en sangre, evitando así picos en la misma, que pueden influir negativamente en la migraña. Por este mismo motivo, habría que evitar el ayuno: se ha observado menos frecuencia de cefaleas en personas que desayunan, que cenan tarde o toman snacks nocturnos y que comen pequeñas cantidades de comida a lo largo de todo el día, evitando momentos de ayuno prolongados.

¡Pero ojo con lo que picamos entre horas! Un elemento que se ha observado que tiene una relación directa e independiente con el empeoramiento de la migraña es la obesidad. En varios estudios se ha visto que la pérdida de peso en pacientes con obesidad y migraña mejora todos los parámetros medidos (intensidad, frecuencia, duración y discapacidad).

En cuanto a las grasas, se ha visto beneficio en llevar una dieta baja en grasas, es decir, que del total de calorías que ingiramos, menos del 20% la aporten grasas. ¿Y qué tipo de grasas debemos consumir? Los ácidos grasos que han mostrado beneficio en la migraña son los del grupo Omega 3 (alimentos como el aceite de oliva, las semillas, el pescado azul, las verduras de hoja verde, el aguacate o los frutos secos son ricos en Omega 3). Además de aumentar el Omega 3, también puede ser beneficioso para la migraña el disminuir el consumo de alimentos ricos en Omega 6 (como pueden ser otros aceites vegetales, el huevo, la soja, la carne de ave o el aceite de coco).

Mucha gente se pregunta el papel que puede tener el consumo de gluten en la migraña. El gluten es una proteína presente en el trigo, el centeno, la cebada y en otros tipos de cereales. En los últimos años se ha puesto "de moda" hablar sobre él y sobre la posible implicación en distintas enfermedades. En los pacientes diagnosticados de enfermedad celíaca y que además tengan migraña sí se ha visto una clara mejoría de las cefaleas al retirar el gluten de su dieta. En cambio, en las personas que no padecen esta enfermedad, no estaría recomendado quitar el gluten de la dieta ya que no se ha observado un claro beneficio y podría acarrear ciertos tipos de deficiencias nutricionales si no se acompañan de seguimiento profesional (falta de hierro, calcio, vitamina D, fibra y fósforo).

Un tipo de dieta que ha mostrado resultados prometedores (aunque faltan estudios más potentes) es la cetogénica o también conocida como dieta keto (así como sus variantes, la dieta Atkins o la Atkins modificada). La dieta cetogénica consiste en restrigir el consumo de carbohidratos y realizar una alta ingesta de grasas, de este modo nuestro cuerpo produciría cuerpos cetónicos. Estos cuerpos cetónicos, al ser utilizados por las células del sistema nervioso central, podrían contribuir a mejorar el metabolismo mitocondrial, reducir la excitabilidad neuronal y disminuir la neuroinflamación. Se ha visto que, realizando este tipo de dietas, se podría reducir la frecuencia, la intensidad y la duración de las crisis en los pacientes con migraña crónica, así como el uso de medicación en estos pacientes.

Y volviendo al inicio del texto, ¿qué sabemos sobre los alimentos que pueden actuar como desencadenantes de crisis? Entre un 12 y un 60% de las personas con migraña reconocen algún alimento como desencadenante, la mayoría, más de uno. En ocasiones, influye de forma variable en función de la cantidad y el tiempo de exposición al alimento, como puede ser el caso de comidas con alto contenido de glutamato monosódico o aspartamo. Se han descrito muchos posibles desencadenantes: alcohol, chocolate, cebolla, cítricos, lácteos, café, tomate…

Se sabe en la actualidad, que la fase de la migraña que precede al dolor de cabeza (prodrómica), podría generar ganas de comer determinados alimentos, lo que podría confundir como un desencadenante.

El hecho de que algunas personas encuentren que algún alimento pueda actuar como desencadenante no significa que afecte a la migraña de forma general y en todos los pacientes. La lógica nos lleva a intentar evitar el consumo del alimento que observamos que pueda desencadenarnos una crisis, pero no estaría recomendado hacer restricciones generalizadas de alimentos en personas con migraña. Tampoco se ha demostrado que haciendo dietas de eliminación de alimentos que puedan ocasionar sensibilidad IgG haya demostrado una mejoría clara en las migrañas (aunque algún estudio pueda sugerir la posibilidad).

El café y la cafeína serían un posible desencadenante a tratar de forma individual, debido a su relación compleja con la migraña. En algunas personas puede actuar como desencadenante de crisis, si bien es cierto, la cafeína se ha utilizado de forma exitosa como tratamiento sintomático para frenar las crisis. Su consumo excesivo se ha visto relacionado con mayor frecuencia en pacientes con migraña crónica y cefalea por abuso de medicación. La recomendación sería no abusar del mismo e intentar no hacer cambios bruscos en el patrón de consumo del mismo ya que en ocasiones la privación o el consumo mayor del habitual también puede actuar como desencadenante.

Por último, mencionar el papel que tiene el agua y la hidratación, siendo muy importante mantenerse bien hidratado para mejorar la migraña.

Como conclusión, se recomienda una dieta saludable, baja en fritos, grasas y alimentos ultraprocesados sin abusar de la cafeína ni de los lácteos. La dieta "milagrosa" para la migraña no existe y las recomendaciones dietéticas se deberían individualizar en función de las características de cada persona. Todas las dietas deberían ser supervisadas por profesionales ya que las dietas muy restrictivas podrían causar problemas de malnutrición, además de actuar de forma negativa en la calidad de vida causando un estrés que podría no ser beneficioso para la migraña. Además, la dieta debería acompañarse de un cambio global en el estilo de vida, haciendo hincapié en el sueño, el ejercicio físico, el abandono del tabaco y el control del estrés.


Dra. Paloma Ibáñez de la Cadiniere

Unidad de Cefaleas

Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz


BIBLIOGRAFÍA:

- Moskatel, L. S., & Zhang, N. (2022). Migraine and Diet: Updates in understanding. Current Neurology and Neuroscience Reports, 22(6), 327-334

- Hindiyeh, N., Zhang, N., Farrar, M., Banerjee, P., Lombard, L., & Aurora, S. K. (2020). The Role of Diet and Nutrition in Migraine Triggers and Treatment: A Systematic Literature review. Headache, 60(7), 1300-1316

- Gazerani, P. (2020). Migraine and diet. Nutrients, 12(6), 1658

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