Quirónsalud
Blog de la Dra. Sonia García Vizuete, Jefa de Servicio de Medicina del Aparato Digestivo del Hospital Quirónsalud Sur
En las últimas semanas, todas o casi todas las unidades de endoscopias de España han estado paralizadas debido a la epidemia por SARS-CovV-2 o Covid-19. Esto se debe a que, por un lado, muchos profesionales o han estado enfermos o han sido desplazados de su actividad habitual para atender a pacientes Covid. Pero también a que muy pronto se puso sobre la mesa la posibilidad de que las endoscopias pudieran ser una vía de contagio de la infección, lo que hizo recomendable suspender los procedimientos hasta saber más de esta enfermedad.
Aunque no hay mucha información definitiva respecto del coronavirus, en la endoscopia digestiva se pueden producir gotas contaminantes que, sabemos desde hace tiempo, llegan a los sanitarios que realizan las exploraciones y a las superficies cercanas al paciente. Esto no tiene porqué ser diferente en el caso del Covid, de modo que si un paciente que está infectado por coronavirus (aunque no tenga síntomas), al menos en teoría, podría contagiar a los sanitarios o a otros pacientes.
Desde las sociedades científicas tanto española como europea, pronto se realizaron recomendaciones de suspender las endoscopias hasta no poder garantizar la seguridad tanto de los pacientes como del personal sanitario.
El problema con el parón forzoso de la actividad ha sido que muchas personas se han quedado "a las puertas" de endoscopias importantes, porque de ellas dependía el diagnostico de enfermedades graves, entre ellas las patologías oncológicas como el cáncer de colon.
En este momento, y a pesar de que persiste mucha incertidumbre, las unidades de endoscopias, tanto del sector público como del privado, están haciendo un gran esfuerzo por adaptarse a toda velocidad a la nueva realidad, para poder retomar las exploraciones sin por ello someter a los pacientes a un riesgo para su salud. Ello exige que se cambien los circuitos, que las cosas se hagan de forma diferente, que sea necesario priorizar unas pruebas antes que otras. Y en estas circunstancias, tanto enfermos como personal sanitario de nuestro país, están siendo ejemplares a la hora de "desacostumbrarse" de las anteriores maneras de trabajar y acostumbrarse a las nuevas.
En un estudio de Milán, en plena efervescencia de la pandemia, se estudió a más de 800 pacientes que habían sido sometidos a una endoscopia en ese periodo, y solo se pudo demostrar la presencia de Covid en un paciente, aunque tampoco se pudo demostrar si el contagio se produjo durante la exploración.
Ello nos da esperanza de que, siendo prudentes, podamos realizar endoscopias en nuestras unidades, para poder dar continuidad asistencial a nuestros pacientes, con una particular atención a aquellos en los que existe sospecha de cáncer, para evitar que el retraso diagnóstico sea más peligroso que la infección por coronavirus
En todos los hospitales del grupo Quirónsalud, y en particular en el Hospital Quirónsalud Sur, estamos haciendo un gran esfuerzo para conseguir este objetivo. Las direcciones territoriales, gerencias, direcciones de enfermería, admisiones, médicos, enfermeras, auxiliares y resto del personal, todos estamos orientados en esta meta.
Risk of bacterial exposure to the endoscopist's face during endoscopy. Johnston ER et al. Gastrointest Endosc. 2019 Apr;89(4):818-824. doi: 10.1016/j.gie.2018.10.034.
Low risk of covid-19 transmission in GI endoscopy. Alessandro Repici et al. On behalf of the ITALIAN GI-COVID19 Working Group https://gut.bmj.com/content/early/2020/04/22/gutjnl-2020-321341.
DOCUMENTO DE POSICIONAMIENTO AEG-SEED PARA EL REINICIO DE LA ACTIVIDAD ENDOSCÓPICA TRAS LA FASE PICO DE LA PANDEMIA POR COVID-19- Resumen publicado el 24/04/2020 por la Asociación Española de Gastroenterología (AEG) y la Sociedad Española de Endoscopia Digestiva (SEED).
Cada día salimos a los balcones para aplaudir a nuestros compatriotas que, en diversos sectores, siguen haciendo funcionar nuestra sociedad. Aplaudimos a los médicos, a las enfermeras, auxiliares, o técnicos de emergencias. A los celadores y limpiadoras de los hospitales. Pero también a los trabajadores de los supermercados, a las personas que hacen posible que siga encendiéndose la luz cuando pulsamos el interruptor, o que el agua que bebemos siga siendo potable.
Realmente es un aplauso que no sirve de nada…pero que a la vez es importantísimo. Porque, en el fondo, aplaudimos para seguir creyendo que esta sociedad va a seguir aquí cuando termine esta larga pesadilla que estamos pasando. Porque cada mañana nos levantamos con un enorme sentimiento de irrealidad, de "esto no me está pasando a mí" y esa rutina, ese aplauso, ese ver a nuestros vecinos en los balcones, es un asidero a la realidad. Nos ayuda a pensar que todo va bien, que la gente sigue ahí.
También me gusta pensar que nos hace sentir menos solos, en el fondo somos una gran manada, y ahora con un liderazgo muy cuestionado, nos ayuda a sentirnos pertenecientes a algo más grande que nosotros. Para algunos será su barrio o su ciudad, para otros, su patria. Para algunos, simplemente la especie humana.
Lo que esos aplausos dicen es "hay esperanza", necesitamos esa esperanza para poder seguir adelante. Y, al igual que el Covid19, la esperanza también es contagiosa. Nos hablamos por redes sociales o por teléfono más que antes y nos deseamos unos a otros esperanza: cuídate , que vaya bien, que te recuperes pronto. Esperanza. De un modo u otro.
Las personas que siguen haciendo que nuestro mundo sea posible son quienes más la necesitan y la reciben cada día a las 20:00
Ojalá cuando el túnel se acabe, al otro lado, haya gente que tenga memoria y obtenga algo positivo de todo esto.
Y hoy es el día internacional de lucha contra el cáncer de colon, porque sigue habiendo pacientes que enferman y luchan frente a otras enfermedades, los mismos que había hace un mes o hace un año. Y se han retrasado sus pruebas, o se han suspendido sus operaciones. Algunos se han contagiado en el hospital al recibir su quimio o durante su operación. Y están asustados, y merecen que hoy se recuerde que ellos también están enfermos y sufren.
Olvidemos aunque solo sea uno minuto el coronavirus y dediquémoslo a los otros enfermos. Que lo son también.
Mis mejores deseos a todos de recuperación.
Hace más 150 años que se graduó en medicina la primera mujer, Elizabeth Blackwell. Tras muchas dificultades inciales, consiguió ejercer la medicina en Estados Unidos.
Hoy en día, 2 de cada 3 médicos titulados y el 70 % de los estudiantes de medicina son de sexo femenino, y se ha convertido así, en una profesión fuertemente feminizada, a diferencia de otras carreras igualmente científicas como las ingenierías.
Las mujeres también somos mayoría en la especialidad de aparato digestivo en España. Sin embargo, dentro de las distintas áreas de la gastroenterología, esta representación no es homogénea. Hay subespecialidades de carácter eminentemente clínico como la hepatología o la enfermedad inflamatoria intestinal donde las médicas sí están presentes en una proporción acorde al número de tituladas.
En cambio, en la endoscopia digestiva, particularmente en aquellas técnicas endoscópicas más complejas e invasivas, la cantidad de mujeres con dedicación exclusiva a esta actividad es claramente inferior a la de los hombres.
Desde las asociaciones científicas europea y americana, se ha tratado de explicar este fenómeno, que compartimos con cardiología intervencionista, traumatología o neurocirugía. ¿Somos acaso las mujeres menos hábiles o más cobardes?
Las razones son mucho más complejas. Suelen mencionarse la falta de referentes femeninos, la exposición a la radiación (imposible en embarazo y lactancia), la falta de adaptación de los endoscopios a la ergonomía de las manos y el cuerpo femenino, y, como no, las dificultades para conciliar la vida familiar con el trabajo.
La endoscopia avanzada es difícil de aprender y requiere grandes dosis de paciencia y mucha dedicación. Hacen falta muchas horas de entrenamiento tutelado y, sobre todo, muchísima energía mental que poder dedicar a la formación en estas técnicas tan complejas, y parece que los chicos tienen algo más fácil emplear ese tiempo y esa inteligencia en conseguir formarse.
Un estudio americano demostró, en 2002, que durante su formación como especialistas en gastroenterología, las mujeres o no tenían hijos, o, si los tenían, tenían menos que sus compañeros varones, independientemente del estado civil. Las especialistas debían adaptar sus planes familiares a su proyecto formativo en mayor medida que los hombres. Encontraron pocos referentes femeninos, se sentían discriminadas con más frecuencia que los chicos y recibían una menor formación en endoscopia avanzada.
Estas desventajas persisten tras la formación, de modo que muchas gastroenterólogas optan por áreas más clínicas y menos intervencionistas, y finalmente desarrollan toda su carrera en estas subespecialidades.
Por desgracia, otro estudio de 2019, nos indica que las cosas casi no han cambiado, aunque poco a poco se va ganando algo de terreno, pero la proporción de mujeres en técnicas de endoscopia avanzada sigue siendo demasiado baja.
No quiero con todo esto decir que la medicina digestiva no intervencionista no sea exigente, difícil o que no ayude a la gente. Todo lo contrario, esa parte de nuestra especialidad, por suerte, cuenta con médicos de ambos sexos, masculino y femenino, para crecer y mejorar. Pero en la endoscopia avanzada necesitamos muchas más mujeres dispuestas a entregar todo ese talento que ahora nos falta. Cada vez somos más, pero aún somos demasiado pocas.
Gastroenterology training and career choices: a prospective longitudinal study of the impact of gender and of managed care. Freda LArlowM.D.(F.A.C.G.)aPatricia
https://doi.org/10.1016/S0002-9270(01)04047-3
Gender Disparity in the Practice of Gastroenterology. The First 5 Years of a Career Burke, Carol A., M.D., F.A.C.G., F.A.C.P. American Journal of Gastroenterology: February 2005 - Volume 100 - Issue 2 - p 259-264
211 FEMALE GI LEADERS: MENTORSHIP, PROMOTION AND GENDER DISPARITIES IN THE WORKPLACE Jennifer Schwartz1, Nihaal Karnik1, Asyia S. Ahmad2
https://doi.org/10.1016/j.gie.2019.04.026
https://mobile.twitter.com/WomeninEndo
https://www.healio.com/gastroenterology/interventional- endoscopy/news/online/%7B9f1ad57b-cd4a-43fb-989a-34c3cd565495%7D/why-not-me--bringing-women-into-view-of-the-advanced-endoscopy-suite
Una de mis grandes aficiones siempre ha sido la buena mesa. Mi madre era (y, afortunadamente, sigue siendo) una gran cocinera, mi abuela también lo era. De ellas heredé el amor por la comida hecha con cariño, y, seguramente, mi pasión por la cocina.
Al unir la medicina con este interés mío personal, me han llamado la atención algunos estudios publicados en los últimos años, que relacionan nuestra manera de comer y cocinar, y nuestra salud.
El primero de ellos es de 2017. En este artículo, se analizaron cómo las diferentes costumbres e implicación de las familias en la preparación de los alimentos y el hecho de comer en familia, mejoraba la tasa de obesidad infantil.
Aunque este estudio está hecho en un país anglosajón, algo diferente del nuestro, encuentran menos niños obesos en las casas en las que se cocina cotidianamente, la comida es "casera", se comen pocos productos precocinados y se suele comer o cenar "en familia".
Otro estudio más reciente también ha demostrado menos obesidad en aquellas personas que comen sentadas a una mesa y de forma "familiar", en la que hay una sola opción para comer y no que cada uno escoja lo que quiera.
Por último, os quería comentar el estudio PREDIMED (de PREvention with a MEDiterranean DIet), de la Universidad de Barcelona, a través de su instituto CIBERon, encargado de estudiar la obesidad y las enfermedades cardiovasculares.
En este estudio español, los investigadores han observado que el sofrito de cebolla, tomate y otras verduras, cocinado lentamente en aceite de oliva, libera sustancias beneficiosas para la salud, como los carotenoides y flavonoides. Esas sustancias son protectoras frente a enfermedades cardiovasculares derivadas de la obesidad, incluso aunque no exista una pérdida de peso asociada. Estos beneficios no aparecen si se toman esas mismas verduras "por separado", es decir, que hay que hacer el cocinado para que aparezcan estas ventajas.
Todos estos estudios nos dicen que no es importante solamente lo que comemos, sino cómo comemos y cómo cocinamos nuestros alimentos. Debemos recuperar la comida como un acto social y familiar, evitar esa idea de comer como quien echa gasolina al coche.
Y debemos meternos en la cocina. Sobre todo si tenemos en casa niños, adolescentes o personas con alguna enfermedad como diabetes o hipertensión, podemos hacer una importante inversión en salud futura, aprendiendo a preparar unas lentejas, o un estofado. Cocinar sin prisa, usar nuestro genuino sofrito para todo (o casi, tampoco hay que exagerar), y guisar como hacían nuestras abuelas, con amor.
Para saber más:
Effectiveness of differing levels of support for family meals on obesity prevention among head start preschoolers: the simply dinner study Holly E. Brophy-Herb, and col. BMC Public Health. 2017; 17: 184. . doi: 10.1186/s12889-017-4074-5
Deconstructing the Family Meal: Are Characteristics of the Mealtime Environment Associated with the Healthfulness of Meals Served? Kasper N y col. J Acad Nutr Diet. 2019 Aug;119(8):1296-1304. doi: 10.1016/j.jand.2019.01.009.
Mediterranean tomato‐based sofrito protects against vascular alterations in obese Zucker rats by preserving NO bioavailability Rosalia Rodriguez‐Rodriguez y col. Molecular Nutrition and Fodd Research, 2017; 61(9) https://doi.org/10.1002/mnfr.201601010
www.dietamediterranea.com
La consulta de digestivo está cada día más llena. Cada vez vemos más pacientes, y cada vez, las personas que vienen a la consulta tienen más posibilidades de información previa y posterior a la consulta.
Falta saber si esa información es fuente de conocimiento o de confusión, porque en el "doctor Google" tenemos estupendos medios de divulgación y difusión de cuestiones médicas (como, por ejemplo, la web de la Fundación Española del Aparato Digestivo https://www.saludigestivo.es), pero también en internet se alojan todos los mitos y falsedades que tenemos que desmentir una y otra vez en la consulta.
Resulta un poco frustrante que, el paciente al que conoces desde hace años, has estudiado meticulosamente y con criterio, al que has recomendado un tratamiento adecuado a los hallazgos de ese estudio, pasado un tiempo, aparezca por tu consulta porque "ha leído en internet que el medicamento xxxxxx (que tú le recetaste) es muy malo y produce esta o la otra enfermedad horrible y espantosa". Y claro, lo ha suspendido por su cuenta.
Hay muchas personas sensatas, que cuando leen informaciones de este tipo, acuden a la consulta y resuelven sus dudas contigo, lo que es muy razonable. Sin embargo, otras personas, dan más credibilidad a esa información despersonalizada y no contrastada que a la que tú le has dado.
Debo decir que no toda la culpa es de los pacientes. Demasiados médicos no se toman muy en serio la comunicación médico-paciente y prescriben tratamientos que, aunque necesarios, no han sido explicados al paciente debidamente: cómo debe tomarlo, porqué es importante que lo tome de ese modo, para qué se lo mandas (es decir, de qué va su enfermedad) y cuáles son las consecuencias de dejarlo de tomar. También las alternativas que hay.
Al final, cuando un tratamiento no es percibido como útil o necesario, el paciente tiende a abandonarlo, o a no cumplirlo correctamente. Hay incluso estudios que han evaluado la eficacia de esta comunicación médico-paciente en el cumplimiento correcto de las recomendaciones.
También desmentimos continuamente mitos con respecto a la alimentación, como los que ya abordamos en los primeros posts sobre el gluten, pero también con otros como la intolerancia a la lactosa, la infección por Helicobacter o las bondades de una dieta u otra.
Otra consecuencia del miedo a los fármacos es que muchos pacientes nos preguntan es si hay alternativas "naturales" al tratamiento. Normalmente se refieren a "medicamentos" naturales. Debemos decir que no existen esos "medicamentos naturales" sino que las alternativas naturales a muchos problemas de salud digestiva y de otros órganos pasan más bien por cambios en los hábitos de vida y de alimentación, con renuncias y sacrificios, que muy pocas personas están dispuestas a afrontar de forma realista.
En un mundo de soluciones rápidas, y en una sociedad excesivamente "medicalizada" tenemos personas que nos piden un remedio para ya ya ya, pero a la vez que no sea tóxico, ni malo, ni peligroso. Además debe ser barato y, por supuesto, financiado por la Seguridad Social. En el otro extremo tenemos personas que se niegan a tomar medicamentos y sospechan de algún interés oculto de la "mafia farmacéutica" en cualquier tratamiento que les prescribas. Dar respuesta a ambas realidades es, a veces, un equilibrio difícil de conseguir, incluso con conocimiento, paciencia y dedicación.
Hay por ahí un chiste de médicos que dice "si necesita una segunda opinión tras consultar al Dr. Google, por favor consulte a Yahoo!". Aunque estoy en parte de acuerdo con el fondo de la broma, creo que es parte de nuestra obligación divulgar de forma seria y responsable, combatir una y otra vez, los mitos de internet, informar de forma veraz a nuestros pacientes tantas veces como sea necesario y dar respuesta a las demandas de una población cada vez más informada, para que, como dije al principio, esa información sea generadora de conocimiento y mejora de la salud y no de miedo, incertidumbre y mitos.
Además, aprovecho para felicitar a todos los lectores el Año 2020, en el que seguiremos contado cosas que creamos de interés para todos.
Para saber más:
El cumplimiento terapéutico. Basterra Gabarró, M. Pharm Care Esp 1999; 1: 97-106 ◆ 105
Adherencia y persistencia terapeutica: causas, consecuencias y estrategias de mejora Tatiana Dillaa,, Amparo Valladaresa , Luis Lizanb,c y Jose´ Antonio Sacristan. Aten Primaria. 2009;41(6):342–348
https://www.diariomedico.com/salud/se-puede-curar-al-drgoogler.html
Este Blog nace como un canal de divulgación sanitaria sobre nutrición y enfermedades digestivas, con una dimensión clínica pero también social, ofreciendo información veraz y aclarando falsos mitos, contribuyendo en definitiva a una adecuada educación para la salud, tan necesaria en nuestro tiempo.
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