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Blog de Salud y bienestar mental del Hospital Quirónsalud Digital

  • Cómo superar los complejos

    Un complejo podría definirse como un conjunto de creencias o ideas sobre una imperfección física o psicológica. Dicha imperfección puede ser real o percibida y posee una connotación emocional importante puesto que le atribuimos un valor desproporcionado. Los complejos son inconscientes para la persona que los sufre pues surgen en etapas tempranas del desarrollo como un mecanismo compensatorio ante carencias y desequilibrios afectivos.

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    Cuando decimos que una persona está acomplejada debemos entender que se percibe a sí misma de acuerdo a aquel conjunto de creencias que solo ella posee y que configuran su regla de medida a la hora de autovalorarse.

    Claves para superar los complejos

    La primera clave consiste en entender que el complejo permanece en el inconsciente y, por tanto, no hay responsabilidad por el hecho de poseerlo. A menudo, poder identificar su origen y las connotaciones emocionales por las que se fijó como una creencia incuestionable supone ya un gran paso adelante.


    Por otra parte, todo complejo comporta una realidad: la comparación. Cuando es frecuente, llegamos a situar nuestra fuente de autovaloración en los demás. Ello supone un desconocimiento de las propias cualidades y fortalezas, y de ahí la importancia de fomentar una sana autoestima.


    Existen diferentes tipos de complejos, originados por motivos muy diversos, por lo que cada uno se debe afrontar desde un prisma diferente. A continuación, profundizaremos en las claves para superar algunos de los más habituales.

    Cómo superar el complejo de inferioridad

    Dado que la autoestima se consolida por autoexpresión a través de la acción, es importante proponerse metas asequibles, que se puedan cumplir fácilmente. De esta forma, aumentará la sensación de logro.

    - Focalizarse en los objetivos y evitar la procrastinación de tareas difíciles.

    - Rodearse de personas que te aprecian y valoran.

    - Superar el miedo a equivocarse: conviene establecer un plazo razonable para tomar una decisión y, una vez cumplido, optar por una de las alternativas. Después, aceptar que el temor y la incertidumbre son parte de la vida.

    - Mantener un autodiálogo positivo.

    - Atreverse a opinar lo contrario, con calma y claridad.

    - Luchar cada día para hacer mejor lo que ya se hace bien, pues los defectos no desaparecerán por completo aun cuando se inviertan todas las energías en eliminarlos.


    Cómo superar los complejos psicológicos

    Existen numerosos complejos psicológicos, como el de Peter Pan (no querer o no poder madurar) el de superioridad, el de culpabilidad, etcétera. La mejor forma de superarlos es:


    - Para tratar de identificarlo, se deben apuntar cada día los momentos en que este complejo se activa para, posteriormente, reflexionar si se tiene responsabilidad sobre lo ocurrido. Por ejemplo: "Hoy me he sentido culpable por llegar cinco minutos tarde a una reunión tras averiarse el autobús".

    - Hecha la reflexión, examinar las consecuencias. Así, por ejemplo, no hay por qué dar siempre explicaciones sobre el retraso o correr hasta el lugar de la reunión.

    - Atreverse a desafiar al complejo comportándose como si éste no existiera. En el caso anterior supondría no dar explicaciones y caminar con normalidad hasta el destino.

    - Verificar que no se ha recibido una censura por ello.


    Cómo superar los complejos físicos

    Algunos complejos, como creer que se es gordo, feo o que se tiene la nariz demasiado prominente, pueden provocar un gran malestar psicológico al atribuir excesiva importancia a un rasgo físico.


    Todo aquello que nos lleve a focalizar la atención en los rasgos positivos que se poseen atenuará la intensidad del complejo físico. También ayuda descubrir que, tras una conversación con alguien que posea una supuesta imperfección física, esta pasará a un segundo plano y valoraremos a la persona principalmente por lo que es, es decir, por su originalidad e integridad ante las cuales pierden valor los cánones de belleza que la sociedad pretenda imponer.


    Por último, conviene advertir que superar los complejos requiere a menudo la ayuda de un profesional de la psicología que refuerce la seguridad personalEste enlace se abrirá en una ventana nueva y fomente la autoestima, ya que no todas las personas afrontan por sí mismas el proceso de forma adecuada.


    Monica Sagardoy, psicóloga general sanitaria del Hospital Quirónsalud Digital

  • Ansiedad por separación en bebés: síntomas y cómo aliviarla

    La maternidad y la paternidad son dos de las experiencias más transformadoras y desafiantes en la vida de una persona. Si bien son fuente de alegría, amor y gratificación, también conllevan una serie de retos significativos que los padres enfrentan a lo largo de su trayecto de crianza. En este artículo hablaremos de un fenómeno que suele aparecer durante los primeros meses de vida del bebé, y que se conoce como "ansiedad por separación". ansiedad separacion bebesansiedad separacion bebes

    ¿Qué es la ansiedad por separación?

    La ansiedad por separación es un término que se utiliza para describir una respuesta emocional y conductual que algunas personas, especialmente los niños, experimentan cuando se enfrentan a la separación de las personas a las que están emocionalmente vinculados, como padres, cuidadores u otros seres queridos. Esta ansiedad puede manifestarse en diversas edades, pero es más comúnmente asociada con los bebés y los niños pequeños. Supone una parte normal del desarrollo infantil, relacionada con el desarrollo normal del apego, y suele presentarse en algún momento entre los 6 y 18 meses de edad. A medida que los bebés crecen, comienzan a reconocer a sus cuidadores principales y a depender de ellos para satisfacer sus necesidades físicas y emocionales. Es por eso que separarse de ellos puede desencadenar temores en los bebés, ya que aún no han desarrollado un sentido completo de la permanencia de los objetos y las personas, lo que significa que creen desaparecen cuando están fuera de su vista. Si bien es común, puede ser una experiencia estresante tanto para los bebés como para los padres.

    En este artículo, exploraremos los síntomas de la ansiedad por separación en los bebés y brindaremos pautas sobre cómo aliviarla.

    Síntomas de ansiedad por separación en bebés

    Los síntomas de la ansiedad por separación en bebés pueden variar en intensidad y duración. Algunos de los signos más comunes incluyen:

    -Llanto inconsolable: los bebés que experimentan ansiedad por separación a menudo lloran intensamente cuando se separan de sus cuidadores.

    -Aferrarse: pueden agarrarse a los padres o cuidadores cuando sienten que se acerca una separación.

    -Rechazo de extraños: suelen resistirse a estar en brazos de personas desconocidas.

    -Dificultad para dormir: la ansiedad por separación a menudo perturba el sueño del bebé, lo que puede llevar a despertares nocturnos frecuentes.

    -Cambios en el apetito: algunos bebés pierden el apetito o tienen dificultades para comer.

    -Irritabilidad: pueden volverse más irritables y sensibles en general.

    Cómo actuar ante la ansiedad por separación de un bebé

    Aunque la ansiedad por separación es una parte normal del desarrollo, existen estrategias para aliviarla y promover el bienestar emocional de los bebés:

    -Establecer una rutina: los bebés se sienten más seguros cuando tienen una rutina predecible. Establecer horarios regulares para comidas, siestas y actividades puede ayudar a reducir la ansiedad.

    -Transiciones suaves: que el momento de separación se haga de forma gradual puede reducir el estrés del bebé. Decir adiós de manera cariñosa y tranquilizadora puede ser útil.

    -Juguetes reconfortantes: proporcionar a los bebés objetos tranquilizadores, como un peluche, puede ofrecer consuelo en ausencia de los cuidadores.

    -Cuidadores de apoyo: asegurarse de que los bebés tengan cuidadores de apoyo de confianza puede ayudar a calmar su ansiedad cuando los padres no están presentes.

    -Comunicación constante: mantener una comunicación constante con el bebé, incluso cuando los padres no están físicamente presentes, puede ofrecer consuelo. Dejar una prenda con el olor de los padres cerca del bebé puede ser reconfortante.

    -No minimizar los sentimientos: es importante reconocer y validar los sentimientos del bebé. No minimizar ni ignorar su ansiedad ayuda a construir una base de seguridad emocional.

    Conclusiones sobre la ansiedad por separación

    La ansiedad por separación en bebés es un fenómeno común en el desarrollo infantil. Si bien puede ser estresante tanto para los bebés como para los padres, es importante comprender que es una fase normal y pasajera. Al proporcionar una rutina predecible, transiciones suaves y apoyo emocional, los padres y cuidadores pueden ayudar a aliviar la ansiedad por separación y promover el bienestar emocional de los bebés. El conocimiento y la empatía son herramientas valiosas en el viaje de criar a un bebé ansioso por la separación hacia un niño seguro y confiado en su entorno.

    Aun así, hay veces en que las pautas básicas no funcionan, o los padres tienen dificultades para lidiar con este malestar. En esos casos sería necesario que un psicólogo especializadoEste enlace se abrirá en una ventana nueva estudiara caso en profundidad para descubrir las dinámicas internas que están interfiriendo, el carácter del bebé o si puede haber alguna una patología subyacente. En estos casos es importante consultar con un especialista en salud mental que pueda orientar a los padres para mejorar la situación.

    Joan Francesc Serra i Pla

    Psicólogo clínico especialista en el ámbito Infantojuvenil, adjunto en la Unidad de Salud y Bienestar Emocional del Hospital Quironsalud Digital

  • 10 de octubre: Día Mundial de la Salud Mental

    Cada vez somos más conscientes de la necesidad de cuidar de la salud integral de las personas, algo que incluye tanto el bienestar físico como el emocional. Aun así, todavía son muchos los que desconocen la trascendencia de dar visibilidad a los trastornos psíquicos. Por este motivo, aprovechamos que hoy, 10 de octubre, se celebra el Día Mundial de la Salud Mental para destacar algunos aspectos relevantes.

    Por qué es importante la salud mental

    La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud mental como un estado de bienestar mental que permite a las personas hacer frente a los momentos de estrés de la vida, desarrollar todas sus habilidades, poder aprender y trabajar adecuadamente y contribuir a la mejora de su comunidad.

    salud mentalsalud mental

    Es, además, un derecho humano fundamental, base y lema de la campaña de este año 2023: "Salud mental, salud mundial: un derecho universal". Y un elemento esencial para el desarrollo personal, comunitario y socioeconómico.


    La salud mental va más allá de la mera existencia de trastornos mentales. Se desarrolla en un proceso complejo y continuo donde pueden verse implicados factores tanto internos como externos (habilidades emocionales, abuso de sustancias, genética, circunstancias sociales y ambientales, violencia, desigualdad, soledad, circunstancias económicas, etc.), que cada persona vive de una manera diferente. Cada experiencia puede ser muy diferente en función de las capacidades y mecanismos para afrontarlos, con diversos grados de dificultad, angustia y resultados sociales y clínicos.

    Poseer una buena salud mental implica el bienestar y el equilibrio entre pensamientos, emociones, acciones y conductas, no solo estar libre de diversos trastornos psicológicos. No hay que olvidar que la mente determina cómo pensamos y razonamos, cómo sentimos y, por lo tanto, cómo actuamos al enfrentarnos a los retos que impone la vida diaria.

    La importancia de la salud mental radica en que, ante su ausencia, la persona es incapaz de desenvolverse adecuadamente en la sociedad, incluyendo el campo laboral. También su ausencia suele comprometer la salud física de la persona, generando patologías y enfermedades que pueden llegar a ser crónicas. Este es el motivo por el que es tan importante cuidar de ella como cuidamos de nuestro cuerpo físico. La salud mental tiene un valor intrínseco y fundamental y es parte integral de nuestro bienestar general.

    La Confederación de Salud Mental de España establece que el 22,8 % de los españoles tiene propensión a sufrir trastornos relacionados con la salud mental, y un 26,2 % acude actualmente a un especialista en esta materia. El Ministerio de Sanidad alerta sobre el desaforado consumo de psicofármacos, que se ha multiplicado por tres en la última década, acercándose al 20 % de consumidores. El porcentaje de pacientes en asistencia primaria con una demanda de atención psicológica menor es de alrededor del 30 %. Y los porcentajes van en aumento.

    Un aspecto particular de la época actual es que las demandas terapéuticas de la población han cambiado considerablemente, según establece el profesor Echeburúa. Ahora se tiende a consultar, además de por los cuadros clínicos tradicionales, por problemas de sufrimiento emocional o de insatisfacción personal, para los que se requiere un remedio rápido, una pastilla para superar ese malestar. Es lo que se ha venido en llamar "problemas menores del sufrimiento" o "malestares de la vida cotidiana", dificultades para encajar y gestionar crisis vitales comunes.

    Hace unos años, sólo acudían a los profesionales los casos más serios, pero hoy mucha más gente que sufre pide ayuda psicológicaEste enlace se abrirá en una ventana nueva y la pide antes. Estas nuevas demandas van ligadas a un mayor grado de exigencias y expectativas respecto al bienestar emocional, a un umbral de tolerancia al sufrimiento más bajo y a un mayor empoderamiento y cultura de la salud por parte del ciudadano.

    El malestar emocional generado por las adversidades de la vida cotidiana no constituye un problema de salud mental ni requiere necesariamente un tratamiento psicológico, pero sí puede necesitar de una intervención ofreciendo orientación, consejo y apoyo psicológico a los usuarios para superar sus dificultades, y que esto no llegue a convertirse en un verdadero trastorno mental

    Cómo cuidar la salud mental

    A raíz de los últimos acontecimientos mundiales, cada vez más personas estamos cambiando radicalmente nuestra rutina cotidiana. Son muchas las cosas que podemos hacer para cuidar nuestra salud mental y ayudar a otras personas que pueden necesitar más apoyo y atención. Por ejemplo:

    • Descansar correctamente. Conviene establecer un horario y asegurarse de dormir suficiente tiempo, al menos siete u ocho horas diarias.

    • Hacer ejercicio físico. Realizar algún tipo de actividad física de manera regular puede ayudar a mejorar el estado de ánimo. Es recomendable que este ejercicio se realice al aire libre.

    • Comer de forma saludable y mantenerse hidratado. Mantener una dieta equilibrada, evitando los azúcares, la cafeína y el exceso de grasa, pueden aumentar el nivel de energía y de atención a lo largo del día.

    • Evitar el alcohol y las drogas. Se debe limitar el consumo de bebidas alcohólicas o, incluso, evitarlas por completo.

    • Mantener la comunicación y el contacto social. Es importante mantener el contacto con otras personas. Socializar y hablar con las personas más cercanas ayuda a mejorar el bienestar personal. En el caso de utilizar las redes sociales, se deben usar adecuadamente.

    • Calmarse y practicar actividades relajantes. Intentar conservar la mente relajada y reducir todo aquello que genera estrés. Disfrutar de los hobbies puede ayudar a mantenerse tranquilo. Actualmente, existen aplicaciones móviles de relajación y bienestar (meditación, relajación muscular o ejercicios de respiración).

    • Proyectar pensamientos positivos. Gestionar los propios pensamientos enfocándolos hacia elementos positivos de la vida y sosteniendo siempre un sentido de esperanza.

    • Ponerse objetivos, metas y prioridades. Hay que decidir lo que se debe hacer de forma inmediata y lo que puede esperar. Cuando se siente que se asumen demasiadas tareas y que no se podrán realizar, se debe aprender a decir "no". Por las noches, conviene tener presente lo que se ha logrado durante el día, en lugar de lo que no ha podido hacer.

    • Hacer un uso correcto de las nuevas tecnologías. Reducir el tiempo que se le dedica a los dispositivos electrónicos puede ser clave para hallar un equilibrio y bienestar en la vida.

    • Seguir una rutina. Se deben conservar las rutinas diarias en la medida de lo posible o establecer nuevas cuando sea necesario.

    • Mantenerse informado. Es aconsejable escuchar consejos y recomendaciones en materia sanitaria, recurriendo siempre a fuentes informativas fiables.

    • Solicitar ayuda cuando sea necesario. Hay que ser sincero con uno mismo y, en caso de no sentirse bien, acudir a un profesional de la salud mental, el cual ayudará a encontrar las herramientas necesarias para sentirse mejor.

    Objetivos del Día Mundial de la Salud Mental 2023

    El 10 de octubre de cada año se celebra el Día Mundial de la Salud Mental, con el objetivo de aumentar la conciencia de los problemas psicológicos en todo el mundo y movilizar los esfuerzos en apoyo de la salud mental.

    Sus objetivos son sensibilizar a la sociedad sobre los trastornos mentales, luchar contra la estigmatización y la discriminación que sufren las personas afectadas e impulsar iniciativas que mejoren la atención. Con ellos, se busca reflejar la diversidad de la población mundial (para todas las generaciones: personas mayores, jóvenes, la infancia, e incluso la identidad de este año incluye también a una mascota, en concreto a un perro, para representar el papel protagonista de los animales en la terapia y en muchos procesos de recuperación) y la fuerza que toda esa diversidad, unida, puede aportar a una mejor salud mental, accesible, universal, de calidad y que respete los derechos humanos.

    Para ello, se propone el desarrollo de iniciativas de sensibilización y concienciación en diferentes ámbitos:

    • Entorno familiar.
    • Entorno educativo.
    • Entorno laboral.
    • En el propio sistema sanitario.

    Los esfuerzos deberían de centrarse en conseguir:

    • Mayores presupuestos en materia de salud mental.
    • Mayor número de recursos y equipos y una red más cohesionada.
    • Mejorar los tratamientos, la sobremedicación y los ingresos involuntarios.
    • El testimonio y desempeño de todas aquellas personas con experiencia propia en salud mental.
    • La promoción de hábitos saludables.
    • El desarrollo de políticas preventivas y de atención temprana.
    • Mejorar la información que se facilita y las comunicaciones con los pacientes y los familiares.
  • Nomofobia: ¿conoces la adicción al móvil?

    Hoy en día, es raro encontrar a alguien que no tenga teléfono móvil, o que no lo lleve siempre encima. Sus muchas aplicaciones, que van mucho más allá de hacer llamadas, hacen que los utilicemos constantemente en nuestro día a día. El paso entre tener un dispositivo que nos ayuda a hacer las cosas y tener la necesidad de estar constantemente utilizándolo es muy pequeño. Por lo que conviene conocer a fondo qué es la nomofobia para evitar caer en ella.

    ¿Qué es la nomofobia?

    La nomofobia es el miedo irracional a estar sin teléfono móvil. El término fue acuñado en 2009 en Reino Unido y proviene del anglicismo "nomophobia" ("no-mobile-phone-phobia"). La dependencia del dispositivo genera una infundada sensación de incomunicación y un elevado malestar emocional en la persona cuando esta no puede disponer de él. adiccion moviladiccion movil

    Causas de la nomofobia

    Cada vez somos más dependientes de nuestro teléfono móvil. Según el último estudio publicado en: We Are SocialEste enlace se abrirá en una ventana nueva,Este enlace se abrirá en una ventana nueva dedicamos hoy una media de 3 horas diarias a su uso. La edad de inicio es cada vez más temprana, entre los 10 y los 14 años, y no es extraño ver a niños de 2 a 3 años utilizando "alegremente" el móvil de sus padres.

    Este escenario de sobreexposición a las pantallas, y el hecho de que los adolescentes hayan nacido en plena era digital, es una de las principales causas de la dependencia inicial al móvil. Una adecuada educación y modelaje familiar son imprescindibles y actúan como factores protectores de cara a una futura adicción.

    Está claro que los smartphones y la forma de comunicación actual vía mensajería instantánea han supuesto una auténtica revolución y han mejorado nuestra calidad de vida. La posibilidad casi infinita de usos del teléfono hace que se convierta en un aparato de seguridad indispensable en el día a día. Por lo tanto, no deberíamos confundir la dependencia con la adicción, ya que uno puede ser dependiente del móvil, pero no adicto. En realidad, cuando hablamos de nomofobia, nos referimos a la adicción a las aplicaciones, pues unas tienen mayor potencial adictivo que otras. Generalmente, la adicción se da a redes sociales o mensajería instantánea, y no tanto a aplicaciones del tiempo, de salud o de transporte.

    Dicho esto, la sobreexposición a las pantallas no es causa suficiente para desarrollar la nomofobia. También se han encontrado como potenciales causas la falta de aceptación personal, los problemas de autoestima o la poca tolerancia a la frustración. A veces puede suponer un refugio o una vía de escape de la realidad del que, paradójicamente, cuesta posteriormente escapar.

    Síntomas de la adicción al móvil

    Hablamos de adicción al móvil cuando:

    • Aparece miedo o ansiedad excesiva e irracional por no poder usar el móvil.

    • Normalmente, la persona reconoce que su miedo o angustia son desproporcionados.

    • Las rutinas o las relaciones interpersonales se ven afectadas.

    Algunas de las señales a las que se recomienda estar atento, especialmente en los adolescentes, son:

    • Revisar el móvil de manera compulsiva para comprobar las notificaciones.

    • Mostrar enfado excesivo si se queda sin wifi, o si se le limita el uso del teléfono.

    • Dormir con el dispositivo muy cerca, incluso dentro de la cama o debajo de la almohada.

    • Malestar por no poder consultarlo de forma constante.

    • Ponerse nervioso cuando alguien no contesta a un mensaje.

    • Llevar encima cargadores portátiles cuando salen a la calle por miedo a quedarse sin batería.

    • Presentar insomnio, pues la ansiedad constante de revisar el teléfono no deja a la persona descansar bien.

    • Bajo rendimiento escolar.

    • No poder disfrutar del tiempo de ocio sin tener el móvil en la mano.

    • Problemas de socialización.

    Consecuencias de la nomofobia

    Las pantallas, o las aplicaciones potencialmente adictivas, presentan múltiples inputs de forma ultra rápida y constante, algo que provoca una sobreestimulación dopaminérgica continua en el cerebro, que se acostumbra a ella y hace que el mundo natural resulte aburrido, porque no hay suficientes estímulos. Los niños sobreexpuestos a pantallas tienen más irritabilidad, menos paciencia y toleran menos la espera, porque los procesos atencionales y del aprendizaje han quedado afectados. A nivel emocional, también hay consecuencias, pues el cerebro entiende que mirar el móvil alivia el aburrimiento y causa después muchas dificultades para tolerar el malestar, la negativa o las rutinas. Como en cualquier adicción, con el tiempo se genera tolerancia, y los estímulos que estimulaban en un principio dejan de hacerlo después, necesitando mayores dosis para sentir los mismos efectos placenteros.

    Crear este "cerebro adicto" determinará una manera de vivir y percibir el mundo muy peligrosa, ya que necesitaran grandes dosis de estimulación constante y sensación de aburrimiento o apatía en situaciones naturales que no la deberían provocar. Es fácil, por lo tanto, que actúe como factor predisponente a sufrir ansiedad o problemas emocionales en un futuro, así como problemas de relación o de autoestima.

    En estos casos, es conveniente buscar ayuda psicológicaEste enlace se abrirá en una ventana nueva para tratar la adicción cuanto antes y evitar así mayores consecuencias.

    Joan Francesc Serra i Pla, psicólogo clínico en Hospital Quirónsalud Digital

  • Qué es la esquizofrenia y cuáles son sus síntomas

    La esquizofrenia constituye la enfermedad mental por excelencia, la «locura» exclusivamente humana. Se trata de uno de los trastornos médicos más discapacitantes y económicamente importantes de todo el mundo: la OMS la sitúa entre los diez que más contribuyen a la carga global de enfermedad. Además, es relativamente frecuente, con una prevalencia en torno al 1% mundial. esquizofreniaesquizofrenia

    ¿Qué es la esquizofrenia?

    La esquizofrenia es muy probablemente un síndrome que agrupa a varias enfermedades. Se puede calificar de trastorno neurocognitivo, es decir, enfermedad del cerebro que cursa con manifestaciones diversas pertenecientes a distintos dominios.

    Causas de la esquizofrenia

    La causa última de la esquizofrenia es desconocida: resulta de una complejísima interacción entre genes y ambiente. Se han identificado varios factores de riesgo:

    • Vivir en áreas urbanas.

    • Inmigración.

    • Complicaciones obstétricas.

    • Nacer a finales del invierno o el comienzo de la primavera, presumiblemente un reflejo de la exposición materna al virus de la gripe durante el desarrollo neural.

    • Edad paterna avanzada en la concepción.

    • Consumo de cannabis y fumar cigarrillos.

    • Experiencias adversas en la infancia.

    En cuanto a los genes, los datos científicos actuales apuntan a un modelo poligénico: múltiples genes con pequeños efectos aditivos conducen al trastorno.

    El resultado de la interacción entre genética y factores de riesgo externos es la disrupción de circuitos neurales y del funcionamiento de sistemas de neurotransmisores.

    Síntomas de la esquizofrenia

    Los síntomas de la esquizofrenia se engloban en cuatro grandes dominios:

    • Síntomas positivos.

    • Síntomas negativos.

    • Deterioro cognitivo.

    • Síntomas de depresión y de ansiedad. Los trastornos por consumo de sustancias también son mucho más frecuentes en estos pacientes.

    Síntomas positivos

    A pesar de su nombre, los síntomas positivos no tienen nada de bueno; esta terminología hace referencia a manifestaciones «extra», mientras que los negativos son ausencia o disminución de procesos normales.

    Entre estos síntomas, destacan:

    • Alucinaciones: percepciones sin objeto en cualquier modalidad sensorial: auditivas (las más frecuentes), visuales, somáticas, olfativas y gustativas. Las alucinaciones más típicas de la esquizofrenia son voces en tercera persona que comentan entre ellas la conducta del paciente.

    • Delirios: creencias falsas y fijas sostenidas con firmeza a pesar de la evidencia contraria. Pueden ser de muy diversos tipos: de referencia (creer que acontecimientos neutros incluyen a la persona de una forma especial), grandiosidad (importancia única o poderes), paranoicos o erotomaníacos (la persona cree tener una relación especial con alguien), entre otros.

    • Desorganización del comportamiento y del pensamiento.

    Síntomas negativos

    Los síntomas negativos, mucho menos llamativos que los positivos, pero probablemente más incapacitantes, suelen ser una de las primeras manifestaciones de la esquizofrenia y aparecen en la mayoría de los pacientes antes que los positivos.

    • Síntomas negativos primarios: también llamados síntomas deficitarios, representan una característica central de la esquizofrenia; son muy resistentes al tratamiento y se relacionan estrechamente con el pronóstico funcional. Comprenden aplanamiento afectivo, apatía, asocialidad...

    • Síntomas negativos secundarios a otras manifestaciones de la enfermedad o su tratamiento: por ejemplo, la paranoia lleva al aislamiento social.

    El deterioro cognitivo se pone de manifiesto en pruebas neuropsicológicas. Las áreas más afectadas son velocidad de procesamiento, atención, aprendizaje y memoria verbal y visual, razonamiento o funciones ejecutivas, comprensión verbal y cognición social.

    Además de todos estos síntomas, en la esquizofrenia es frecuente la falta de conciencia de enfermedad, que dificulta enormemente la alianza terapéutica y el cumplimiento del tratamiento farmacológico.

    Tratamiento de la esquizofrenia

    La esquizofrenia, aunque aún no hemos encontrado una cura, se trata con fármacos antipsicóticos, que disminuyen los síntomas y comportamientos anómalos. Además de la medicación estos pacientes se beneficiarán de intervenciones psicosocialesEste enlace se abrirá en una ventana nueva: psicoeducación familiar, entrenamiento en habilidades sociales y terapia cognitivo-conductual son los que cuentan con mayor respaldo.

    Y para concluir, simplemente recordar que en esta enfermedad siempre hay que recurrir a un médico psiquiatra para su valoración y tratamiento.

    Texto elaborado por la Dra. Alicia Fraile. Psiquiatra de Hospital Quirónsalud Digital

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Sobre este blog

La salud mental influye en las relaciones sociales y en el bienestar emocional. Cuidarla resulta fundamental para alcanzar la serenidad y la calidad de vida que todos buscamos. En este blog, profesionales expertos en psicología y psiquiatría nos invitan a profundizar en los distintos aspectos que influyen en la salud y bienestar mental con el objetivo de comprenderla, cuidarla y desterrar tabúes y estigmas.

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Sana-MentePsiquiatría y Psicología delHospital Quirónsalud Digital
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