Infecciones respiratorias

Infecciones respiratorias

El inicio escolar se relaciona con el aumento de enfermedades, especialmente cuando llega el frio y en los niños más pequeños.

Los niños pequeños son especialmente vulnerables al frío y son más propensos a contraer enfermedades, sobre todo si están en contacto con otros niños.

Se relaciona el frío con la mayoría de las enfermedades respiratorias, pero en realidad el frío no es el culpable en sí mismo de que los niños se pongan enfermos, hay varias circunstancias que lo favorecen:

  • Los niños pequeños, tienen un sistema inmunológico no suficientemente maduro, son más vulnerables a los cambios de clima y tienen más riesgo de contraer infecciones, debido a que suelen tener una respiración más bucal que nasal.
  • El frío provoca que las barreras naturales de defensa de la nariz (cilios y mucosas nasales) pierdan su eficacia y permitan el paso de más microorganismos dentro del organismo.
  • Ciertos virus, como el de la gripe, se cubren de una capa resistente que los protege del frío y les permite seguir infectando otras personas.
  • Su mecanismo de contagio es a través del aire, inhalando pequeñas gotas en suspensión invisibles que otra persona puede haber expulsado al toser o al estornudar. También es muy común contagiarse a través de las manos, o a través de objetos que han estado en contacto con el virus (sobre todo niños pequeños que juegan y chupan y manipulan mucho los juguetes). Por todo ello, los pequeños en edad de ir a la guardería están muy expuestos a los virus, que a la vez suelen contagiarlo; en los niños más mayores, permanecer en lugares cerrados en contacto con otros niños facilita el contagio de los virus, aunque al ser mayores tienen un sistema inmune mas fuerte y capaz de defenderse de algunas infecciones, sobre todo las de origen viral.

¿Cuáles son las infecciones más frecuentes en otoño-invierno?

En esta época del año y coincidiendo con la bajada de las temperaturas, llegan las enfermedades más frecuentes asociadas al frío, que son las que afectan principalmente a las vías respiratorias, como la gripe, los resfriados, las bronquitis, faringitis u otras infecciones más graves como la neumonía.


¿Cómo pueden prevenirse?

1.- Abrigándose bien y evitando los cambios bruscos de temperatura. No mantenerse excesivamente abrigados en interiores para evitar sudar y luego encontrarse nuevamente con el frio exterior.

2.- Evitar asistir a sitios concurridos donde haya aglomeraciones para evitar un contagio.

3.- Procurar no fumar en presencia de los niños y que éstos nunca estén en contacto con del humo del tabaco.

4.- Lavar frecuentemente las manos con agua y jabón, particularmente al llegar a casa y si se ha estado en contacto con personas enfermas.

5.- Consumir alimentos naturales ricos en vitaminas A y C, como son limón, naranja, lima, mandarina, así como las verduras de hoja verde oscura, para mantener en buen estado el sistema inmunológico.

6.- Ventilar diariamente la casa para que el aire se renueve.

7.- Consumir abundantes líquidos para mantener una buena humedad del cuerpo y evitar que las fosas nasales se resequen.


¿La estancia de muchos niños en espacios cerrados ayuda a la transmisión de enfermedades?

Sí. Coincidiendo con el inicio escolar y con la bajada de temperaturas durante los meses de frío, los niños permanecen más tiempo en lugares cerrados, favoreciendo el contagio de los virus, y sobre todo aquellos que afectan a las vías respiratorias.


¿Qué síntomas de alarma son los más comunes en relación con las enfermedades de las vías respiratorias? ¿Cuándo debemos alertarnos?

Los síntomas más habituales son la tos, la mucosidad nasal, los estornudos, el dolor de garganta y en ocasiones la fiebre y el malestar general.

Debemos vigilar la intensidad de dichos síntomas, sobre todo en los pacientes más vulnerables: niños pequeños (menores de 2 años), pacientes con enfermedades crónicas, niños prematuros y consultar siempre al pediatra antes de administrar medicamentos.


¿Qué recomendaciones podemos ofrecer a los padres?

1. Abrigarse correctamente:

Uno de los principales consejos para evitar los efectos del frío es abrigarse, pero abrigar a los niños demasiado puede ser contraproducente, ya que un exceso de tela les impide regular su temperatura corporal con la del ambiente y asegurar los mecanismos de transpiración adecuados.

También hay que tener en cuenta el tipo de tejido de las prendas de vestir: la lana, por ejemplo, puede irritar las vías respiratorias, acumular polvo y causar alergias. El material más apropiado para los niños es el algodón.

2. Ventilar los espacios y evitar multitudes:

Para prevenir ciertas enfermedades, es importante que todos los espacios en los que haya niños estén bien ventilados y si es posible poco concurridos. Se recomienda abrir las ventanas de las habitaciones al menos 10 minutos al día.

3. Mantener hábitos de higiene:

Si es posible, evitar el contacto de los niños con personas enfermas, se recomienda que los niños enfermos no asistan a guarderías o colegios mientras dure su enfermedad, así la curación será mas rápida y se disminuye el riesgo de contagio a otros niños.

También hay que evitar que el niño comparta utensilios con otros niños como vasos, platos, cubiertos, toallas y chupetes.

Lavarse las manos con frecuencia, especialmente antes de comer, al entrar en casa y si ha estado en contacto con otros niños, reduce casi un 30% las posibilidades de que aparezca una enfermedad respiratoria aguda.

4. Seguir una dieta variada y saludable:

La alimentación tiene un papel destacado a la hora de evitar enfermedades y resfriados típicos de los meses de frío. Si el bebé aún está en época de lactancia, la lactancia maternaEste enlace se abrirá en una ventana nueva estimulará su sistema inmunológico y lo protegerá ante muchas infecciones. Por ello es muy importante ofrecer lactancia materna a los bebés hasta los 6 meses de vida si es posible. Si ya toma sólidos, la dieta debe incluir frutas y verduras, ricas en vitaminasEste enlace se abrirá en una ventana nueva A y C, además de pescado y leche. Es recomendable no darles bebidas frías, y ofrecerles en cambio caldos y bebidas calientes o agua y zumos naturales a temperatura ambiente.

5. Hidratar bien la piel:

Los cambios bruscos de temperatura deshidratan la piel y la hacen mucho más frágil y sensible. La sequedad del ambiente puede provocar irritaciones y fisuras en la piel, y por ello es fundamental mantenerla bien hidratada con cremas, especialmente si la piel de tu hijo es muy seca.


La vacunación ¿Es importante para prevenir las infecciones?

La vacunación de los niños constituye una poderosa herramienta para luchar contra varios tipos de infecciones, incluso se ha logrado erradicar enfermedades infecciosas como la viruela que en el pasado ocasionó muchas muertes en la población.

Las vacunas deben comenzarse a aplicar desde el nacimiento, estas son distribuidas en esquemas que permiten que al alcanzar los 18 meses el niño se encuentre protegido contra la mayoría de las enfermedades prevenibles con vacunas. Los niños que nacen prematuros también pueden y deben ser vacunados según estos esquemas.

En cuanto a las infecciones respiratorias estacionales como la gripe, no son en sí una enfermedad grave, acostumbra a curarse sola en una o dos semanas. Sus síntomas más comunes son obstrucción nasal, tos, estornudos y fiebre. Ocasionalmente pueden aparecer vómitos y diarrea. Aunque se trata de síntomas leves, hay determinados grupos de riesgo cuyo caso puede complicarse. Entre ellos se hallan las personas de avanzada edad y las personas que padecen alguna otra afección respiratoria.

Actualmente en España se recomienda la vacuna de la gripe a los niños que están incluidos en algún grupo de riesgo: como son los niños a partir de los 6 meses de edad y adolescentes en determinadas situaciones o enfermedades de base o niños y adolescentes sanos que convivan con pacientes que sí están incluidos en los grupos de riesgo. Siempre se deben seguir la recomendación del pediatra.



Bibliografía

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  • www.familiaysalud.esEste enlace se abrirá en una ventana nueva. AEPAP

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