Quirónsalud
Blog del servicio de Traumatología de los Hospitales Quirónsalud Alicante, Torrevieja, Murcia y Valencia
Texto elaborado por el Doctor Juan José Lerma Garrido, Jefe de Servicio de Reumatología de Quirónsalud Valencia.
La artritis reumatoide es una enfermedad en la que se inflaman e hinchan las articulaciones produciéndose dolor, deformidad y dificultad para el movimiento. También puede afectar a otras partes del organismo como el corazón, los pulmones, ojos o riñón.
Es una enfermedad crónica que no suele curar de forma espontánea y que con un tratamiento adecuado se consigue un buen control de la enfermedad, pudiendo el paciente normalizar su vida en la mayoría de los casos.
Las molestias y limitaciones que ocasiona la artritis reumatoide varían mucho de un enfermo a otro.
Sin embargo, hay algunos síntomas comunes como puede ser el dolor articular continuo y constante permaneciendo incluso sin realizar ningún tipo de movimiento (en reposo).
La articulación se hincha y aumenta de tamaño, apareciendo rigidez e imposibilidad para movilizarla.
La limitación funcional puede llegar a ser incluso invalidante.
La artritis reumatoide se presenta con más frecuencia en personas con una especial predisposición o alteración de su sistema inmunológico. La causa de esta, por el momento, es desconocida.
Se sabe de esa disposición genética y que posteriormente determinados factores agravantes como pueden ser:
Estos son algunos de los factores que pueden favorecer su desarrollo y manifestaciones clínicas.
Las articulaciones que se inflaman con más frecuencia son:
La inflamación persistente de las articulaciones puede provocar una deformidad progresiva de las articulaciones, rigidez de la movilidad articular y erosiones y destrucción provocando en mayor o menor medida un grado de discapacidad para hacer tareas de la vida diaria.
Ante la aparición de un dolor articular intenso, agudo y persistente, el paciente debe consultar con un especialista reumatólogo porque en ocasiones la aparición del proceso inflamatorio es posterior y tarda más en aparecer, y un diagnóstico lo más precoz posible es fundamental para su correcto control y tratamiento. En Quirónsalud contamos con profesionales reumatólogos que te ayudarán a detectar este tipo de enfermedad.
Una de las consultas frecuentes en Quirónsalud, es qué especialista es el reumatólogo, pues bien, este es el especialista médico de las articulaciones y hueso, mientras que el traumatólogo es el cirujano de dichos órganos.
Los factores que pueden aumentar el riesgo de padecer artritis reumatoide incluyen:
Adicionalmente, también se sabe que el tabaco aumenta el riesgo de desarrollar artritis y su gravedad e igualmente el sobrepeso puede condicionar una mayor predisposición para su desarrollo.
La artritis reumatoide en sí, junto con algunos medicamentos utilizados para tratarla pueden favorecer el desarrollo de infecciones u osteoporosis.
También en dicho contexto clínico puede aparecer una sequedad de las mucosas, especialmente a nivel de los ojos y la boca.
En ocasiones, el corazón, los pulmones, los ojos o los riñones también pueden presentar inflamación y afectación interna.
El tratamiento de la artritis reumatoide se basa en la utilización de fármacos que son capaces de modular y controlar esa alteración del sistema inmunológico.
Una nueva generación de tratamientos denominados "biológicos" son incluso capaces de frenar la evolución de la enfermedad y conseguir que el paciente pueda tener una calidad de vida prácticamente normal.
Un diagnóstico preciso y un tratamiento precoz y rápido son claves para poder conseguirlo.
Texto elaborado por el Doctor de Diego Giménez, jefe de traumatología en Quirónsalud Murcia.
Una artroplastia es una intervención quirúrgica que tiene como objetivo la sustitución total o parcial de una articulación que se encuentra dañada o deteriorada por una prótesis la cual puede ser anatómica o invertida.
El daño puede venir dado a consecuencia de una caída, una fractura, un deterioro debido a enfermedades reumáticas como la artrosis o una rotura masiva del manguito de los rotadores lo que implica dolor e inestabilidad articular.
Esta situación provoca en los pacientes una elevada discapacidad y pérdida de calidad de vida, siendo más frecuente en pacientes de edad avanzada.
En la artroplastia de hombro, durante la colocación de una prótesis de hombro se reemplazan total o parcialmente las superficies articulares del húmero proximal y la cavidad glenoidea de la escápula por unas piezas metálicas que se unen al hueso a presión o con cemento óseo y que tiene una parte intermedia de un plástico muy resistente que sirve de superficie de rozamiento durante el movimiento articular.
La prótesis invertida de hombro es un tipo especial de prótesis en la que se invierte la anatomía normal de la articulación de manera que la parte esférica se coloca en la escápula y la parte en forma de copa se coloca en el húmero.
La cirugía es igual que cuando implantamos una prótesis anatómica de hombro.
La parte humeral se fija en el hueso a presión o con cemento óseo, en cambio la parte esférica escapular se fija con tornillos.
Es una prótesis especial que los especialistas en traumatología de Quirónsalud, indicamos en caso de que el paciente con artrosis o artritis de hombro tenga también lesionados los tendones del hombro,
también la usamos en casos de fracturas complejas del húmero proximal.
La intervención se realiza con anestesia regional del brazo y puede que tenga que llevar 24 horas un pequeño drenaje para que no se acumule la sangre debajo de la herida quirúrgica.
La incisión se realizará en la parte de delante del hombro y tendrá unos 15 cm.
Lo habitual es que el paciente se encuentre semisentado durante la cirugía en una mesa quirúrgica especial para estos casos.
La colocación de una prótesis de hombro está indicada en casos de artrosis severa de la articulación glenohumeral, ausencia total de manguito rotador o fracturas con múltiples fragmentos que hacen imposible la reconstrucción de la articulación.
La prótesis de hombro es una intervención compleja que necesita ser realizada por traumatólogos con experiencia en cirugía del hombro. En hospital Quirósalud Murcia disponemos de un equipo de profesionales expertos en este tipo de cirugía.
La prótesis de hombro está indicada sobre todo en pacientes con importante dolor que no mejora con tratamiento conservador.
La mejora del dolor y el restablecimiento de las superficies articulares también van a mejorar la movilidad y la función del hombro, por todo esto esperamos que tras la colocación de una prótesis de hombro, lo cual se realiza en pacientes mayores, obtengamos un importante alivio del dolor y una función adecuada para realizar actividades cotidianas.
El paciente quedará ingresado durante 24-48 horas para control postoperatorio, profilaxis antibiótica y analgésicos.
Se practicará radiografía de control posquirúrgico para asegurarnos de que todo ha quedado correcto.
Se inmoviliza el brazo operado con un cabestrillo que se retira para el aseo diario y movilizar el codo.
El cabestrillo se retira en 2-3 semanas para comenzar ejercicios de rehabilitación.
Es habitual que los primeros días el paciente tenga dificultad para dormir acostado en la cama por lo que se le aconseja buscar un sillón reclinable cómodo para los primeros días, también se le indica que no se retire el cabestrillo por la noche para evitar movimientos que pueden resultar perjudiciales en esta fase del postoperatorio.
Tras esta primera fase de 2-3 semanas de inmovilización lo habitual es que el paciente necesite un programa de recuperación para restablecer la movilidad de su hombro. En Quirónsalud contamos con un equipo de traumatólogos que crearán un plan completamente personalizado para tu pronta recuperación.
Esta fase pude durar entre 1 y 2 meses en función de las condiciones de cada paciente.
Poco a poco va recuperándose la función para realizar actividades de la vida cotidiana.
Aconsejamos no conducir hasta haber recuperado una movilidad casi normal para evitar accidentes.
Lo normal es que el paciente a los 3 meses de la cirugía pueda realizar cualquier actividad diaria e incluso de ocio.
Texto elaborado por el doctor Juan Antonio Lozano, jefe de la Unidad de Espalda del Hospital Quirónsalud T
orrevieja
La fractura cervical es una patología traumática, que provoca la lesión de una vértebra cervical en la región anterior somática o posterior facetaria.
En casos mas severos un fragmento óseo se puede desplazar hacia el espacio epidural y condicionar lesión neurológica.
Entre los síntomas más comunes de las fracturas cervicales en los pacientes podemos encontrar:
La lesión cervical se produce normalmente cuando la cabeza se desplaza hacia atrás y luego hacia adelante en un movimiento enérgico y rápido.
Este movimiento puede dañar los huesos de la columna vertebral, los discos entre los huesos, los ligamentos, los músculos, los nervios y otros tejidos del cuello.
Este tipo de lesión puede deberse a lo siguiente:
Accidentes de coche. Las colisiones traseras son la causa más frecuente de la lesión traumática del cuello.
Maltrato físico o agresión física. Esta lesión puede ocurrir si recibes un puñetazo o una sacudida.
Deportes de contacto. A veces, los derribos del fútbol americano y otras colisiones relacionadas con el deporte pueden causar este tipo de lesión.
La mayoría son pacientes jóvenes, ya que están relacionadas con accidentes de tráfico o laborales, pero pueden afectar a cualquier edad.
En Quirónsalud solemos tratar este tipo de lesiones y elegir el tratamiento dependiendo del tipo de fractura del paciente. Según sus características se debe determinar un tratamiento ortopédico con inmovilización cervical, o el tratamiento quirúrgico instrumentado.
Existen múltiples variables médico-quirúrgicas que se han de valorar para determinar el tratamiento adecuado del paciente.
Este tipo de lesiones deben ser tratadas por un equipo de médicos especializados que consigan un correcto diagnóstico para determinar el plan de tratamiento.
Por ello es importante acudir a Unidades especializadas que pueden estén formadas por especialistas de Traumatología y/o Neurocirugía.
Como en toda lesión traumática se ha de realizar una anamnesis y exploración física.
Habitualmente se realiza un primer estudio radiográfico y posteriormente un estudio TAC, para definir con mayor exactitud el tipo de fractura.
En ciertos casos es preciso completar con un estudio RNM para valorar su relación con las estructuras neurales.
Es muy variable, ya que depende del tipo de fractura. Hay que considerar que muchos de estos pacientes presentan otras lesiones traumáticas asociadas, al tratarse de lesiones de alta energía y politraumatizados.
Texto elaborado por el doctor Rodrigo Díaz, jefe de la Unidad de Pie y Tobillo de Quirónsalud valencia.
El esguince de tobillo es una lesión común que se produce cuando nos torcemos o giramos el tobillo de manera que se produzca una lesión más o menos grave de los ligamentos del tobillo. Los ligamentos son unas estructuras que tienen las articulaciones y que contribuyen a estabilizarlas, para que los movimientos de las mismas se realicen de forma natural o fisiológica.
Los ligamentos ayudan pues a estabilizar las articulaciones evitando un movimiento excesivo que podría producir lesiones articulares o incluso la dislocación completa o luxación. El esguince de tobillo se produce cuando se fuerzan los ligamentos más allá de su amplitud normal de movimiento. Los esguinces pueden definirse como lesiones de más o menos gravedad de los ligamentos del tobillo.
El tratamiento del esguince de tobillo depende de la gravedad de la lesión, si bien inicialmente este va a ser conservador (mediante inmovilización, fisioterapia, etc.) en algunos casos puede considerarse el tratamiento quirúrgico (artroscopia) de entrada, y en una gran proporción de esguicnes crónicos, también.
Los ligamentos son estructuras conformadas por un tejido conjuntivo con propiedades elásticas y que tienen como función estabilizar las articulaciones, permitiendo los movimientos en un rango fisiológico, es decir natural.
Cuando un ligamento se rompe, la articulación puede quedar inestable, pudiendo impedir la función adecuada de la misma.
En algunos casos graves, la rotura de los ligamentos y otras estructuras asociadas puede producir incluso una luxación o dislocación de la articulación en cuestión.
Cuando se el tobillo fuerza su posición normal se produce un esguince, lo que puede provocar que uno o más de los ligamentos del tobillo se estiren o se desgarren en forma total o parcial.
Entre las causas de un esguince de tobillo podemos encontrar:
Los ligamentos se pueden dañar en el contexto de traumatismos agudos o microtraumatismos crónicos que acaben venciendo su elasticidad intrínseca.
En el tobillo se encuentra el ligamento que más frecuentemente se lesiona en el aparato locomotor y es el ligamento peroneoastragalino anterior, que es el que se afecta comúnmente en los esguinces.
Los síntomas más usuales de un ligamento de tobillo roto son pérdida de la estabilidad, dolor al caminar, hematoma, inflamación articular de tobillo y pie.
El dolor es muy punzante e intenso y se suele oír un chasquido en el momento de la torcedura.
La inflamación es evidente al cabo de unos minutos y suele tener forma redondeada en el tobillo. La dificultad para apoyar la pierna y una cierta inestabilidad de la rodilla también son síntomas usuales. Suele ir acompañado de moratones causados por la ruptura de vasos sanguíneos.
Además, los síntomas pueden ser agudos, en el momento de la lesión o crónicos, a largo plazo.
De forma aguda y según la gravedad de la lesión, se puede producir desde una simple hinchazón y cojera, como se comentaba anteriormente, hasta la incapacidad para caminar o practicar el deporte que se estaba realizando en el momento del traumatismo.
Cuando una lesión se cronifica, puede afectar de forma severa a la vida diaria del paciente, incluso a nivel psicológico, al verse limitado para tareas que antes realizaba sin dificultad.
Existen múltiples maneras de reparar o reconstruir un ligamento de tobillo.
La medicina está en constante evolución y el desarrollo de la artroscopia (cirugía asistida por vídeo, mínimamente invasiva) permite hacer todo tipo de cirugías de ligamentos de tobillo y sus lesiones asociadas.
Las técnicas abiertas aunque aún siguen siendo válidas en algunos casos, han sido claramente superadas por estas nuevas técnicas, menos agresivas, más precisas y con iguales o incluso mejores resultados.
Normalmente el tratamiento suele ser conservador de inicio, siguiendo unas pautas de reposo, inmovilización, frío local y posterior rehabilitación. Pero en algunos casos severos, los especialistas de Traumatología de Quirónsalud recomiendan, especialmente cuando se asocian a fracturas, una cirugía urgente.
En los casos crónicos de rotura de ligamento del tobillo, igualmente la rehabilitación constituye el primer escalón de tratamiento, siendo necesaria la cirugía, cuando esta fracasa.
La reconstrucción de los ligamentos es posible, se puede reparar y reconstruir.
La diferencia estriba en que una reparación consiste en suturar el propio ligamento roto, que generalmente se hace en casos de poco tiempo de evolución y la reconstrucción consiste en crear un nuevo ligamento a partir de un injerto, normalmente un tendón del propio paciente. Con ambas técnicas podemos obtener unos resultados excelentes.
En Quirónsalud contamos con una Unidad de Pie y Tobillo especializada, bajo la dirección del Dr Rodrigo Díaz
que te ayudarán a diagnosticar y tratar este tipo de roturas para recuperarte y poder hacer vida normal cuanto antes.
Solicita más información en la Unidad de Pie y Tobillo de Quirónsalud Valencia
Texto elaborado por el doctor Diego Giménez jefe de traumatología de Quirónsalud Murcia
Sabemos que el tenis es un deporte muy técnico y que requiere una buena preparación física para quienes lo practican.
No importa el nivel, ya sea competitivo o amateur, esta disciplina deportiva conlleva repetidos sprints y cambios de ritmo, fuertes golpeos continuos, y esfuerzos en posiciones forzadas, lo que puede provocar serias lesiones deportivas.
Para la práctica de deportes como el tenis, pádel o squash, participan todas las partes del cuerpo, por lo tanto todas están sujetas a posibles lesiones.
Como todo deporte, el tenis tiene sus riesgos. Entre las lesiones más frecuentes podemos hablar de:
Lesiones de hombro.
Lesiones de codo.
Lesiones en la muñeca.
Lesiones de columna.
Lesiones de rodilla.
Lesiones de tobillo.
A continuación hablaremos más en detalle de cada una de estas lesiones deportivas.
El hombro tiene el rango de movimiento más amplio de cualquier articulación importante del cuerpo y lo hace a expensas de la estabilidad.
La articulación del hombro es especialmente propensa a lesiones porque tiene que acelerar y desacelerar al máximo el brazo mientras mantiene un control preciso sobre la raqueta en el golpe de la pelota.
Es necesario un cuidadoso equilibrio entre movilidad y estabilidad para maximizar el rendimiento.
Un jugador realiza movimientos repetitivos que generan fuerzas de gran magnitud alrededor del hombro durante los diversos golpes. El servicio, los golpes de volea de derecha y revés altos y el aplastamiento aéreo colocan grandes tensiones en el hombro.
Las lesiones por uso excesivo en el hombro prevalecen entre los tenistas de todos los niveles de habilidad y se ha demostrado que contribuyen a casi el 97 % de todas las lesiones en el tenis.
Por lo general, son los jugadores mayores los que pueden tener síntomas como impacto del manguito rotador, desgarro del manguito rotador o artritis degenerativa de las articulaciones glenohumerales y/o de la articulación acromioclavicular.
Los síntomas del manguito rotador del jugador joven suelen ser secundarios a una leve inestabilidad de la articulación glenohumeral. La inestabilidad puede resultar en degeneración o desgarros labrales.
Las lesiones en el codo se deben principalmente al uso excesivo y a menudo involucran estructuras tendinosas del epicóndilo humeral lateral y medial.
La epicondilitis lateral (codo de tenis), la epicondilitis medial (codo de golfista) y la lesión en la placa de crecimiento apofisario epicondilar medial en jugadores esqueléticamente inmaduros son lesiones comunes en el codo que se ven en los tenistas.
La epicondilitis lateral involucra a los extensores de muñeca, y se cree que es el resultado de una lesión microtraumática repetitiva que resulta en microdistensiones musculares.
La degeneración focal y la curación con proliferación vascular y fibroblástica sugieren que este es un proceso degenerativo; sin embargo, se ha sugerido que puede haber un componente inflamatorio.
Entre los motivos que podemos encontrar que favorecen la lesión del codo, cabe mencionar:
- una técnica de revés defectuosa,
- una pronación excesiva del antebrazo durante un giro superior de la derecha y,
- una flexión excesiva de la muñeca durante un servicio.
Otros factores de riesgo potenciales son el tipo de raqueta, el tamaño del agarre, la tensión de la cuerda, la superficie de la cancha y el peso de la pelota.
El pádel y el squash requieren un movimiento brusco de la muñeca como parte del golpe normal.
Esto ejerce presión sobre los tendones y ligamentos de la muñeca que pueden resultar en una lesión por uso excesivo.
Esto a menudo se manifiesta como tendinitis en los tendones extensores de muñeca, ya sea en el compartimento dorsal o en las inserciones distales.
La tendinitis de la muñeca puede desarrollarse en tenistas que dan mucho giro a sus disparos o en novatos con una técnica mecánicamente incorrecta. Los extensores de muñeca están más involucrados con más frecuencia que los tendones flexores. La tenosinovitis estenosante de DeQuervain es uno de los problemas tendinosos más comunes que se ven en el tenista.
Las lesiones por uso excesivo de la región central son comunes en el atleta deportivo de raqueta.
En el bádminton, el dolor de espalda musculoesquelético se ha implicado entre los jugadores de bádminton debido al uso excesivo, el exceso de alcance, la embestida para el volante, la hiperextensión y la flexión para llegar a las bolas bajas.
Hay una variedad de fuentes que causan dolor lumbar en el jugador. Las altas demandas impuestas a la parte baja de la espalda y el tronco combinadas con patrones de baja flexibilidad resultan en lesiones frecuentes de tipo sobreuso. El servicio de tenis puede lesionar particularmente la columna vertebral; tiene movimientos combinados de extensión, flexión lateral y rotación que son inherentes a la fase de amartillado o carga.
Se cree que los movimientos y tensiones repetitivos en la columna lumbar causan espondilolisis y espondilolistesis, en el tenis y otros deportes de raqueta.
Las lesiones en los ligamentos de la rodilla y los meniscos son más comunes en el squash, el bádminton y el pádel que en el tenis.
Las frecuentes maniobras pivotantes en pádel y squash, particularmente en pisos de madera con excelente tracción, predisponen a los jugadores a lesiones meniscales y ligamentosas.
La tendinitis de Aquiles y las rupturas del tendón de Aquiles se ven con más frecuencia en el paddel y el squash.
Los esguinces de tobillo son la lesión de macrotrauma más común en todos los deportes de raqueta.
Cada uno de estos deportes exige movimientos frecuentes de correr, pivotar, detener y comenzar, así como lanzarse y saltar. Como resultado de las altas fuerzas de torsión, las lesiones en el tobillo ocurren a menudo.
El equipo de traumatólogos de Quirónsalud queremos dar una serie de consejos para que el riesgo de lesión de aquellos que practican deportes como pádel o tenis sea menor.
La flexibilidad es una parte importante del tratamiento y la prevención de lesiones.
Para que el estiramiento sea efectivo, debe hacerse de forma regular y debe hacerse cuando se calienta. Es importante estirarse antes y después de la actividad. El estiramiento no debe ser doloroso. Todos los estiramientos deben hacerse de manera estática lenta, sin rebotes.
Es importante mantener un estiramiento durante al menos 30-60 segundos y repetirlo varias veces.
Los ejercicios de toda la cadena cinética son importantes para prevenir lesiones.
Estos ejercicios incluyen sentadillas para fortalecer las piernas, reclutar generación de energía y absorción de carga; rotaciones del tronco; estabilización escapular; y contracciones de hombros y muñecas.
Sin embargo, también es importante fortalecer y equilibrar los grupos musculares específicos del tenis. Los músculos débiles o inflexibles del brazo son importantes contribuyentes a la epicondilitis del codo.
Los ejercicios no solo fortalecerán la unidad de tendón-músculo dañada para prevenir lesiones, sino que también ayudarán a mejorar su juego. El músculo débil e inflexible en la parte posterior del hombro puede provocar inflamación del manguito rotador, dolor y función limitada.
Los músculos abdominales y de espalda débiles e inflexibles pueden predisponer a que estos músculos se lesionen.
El dolor patelofemoral puede disminuir o prevenirse manteniendo la flexibilidad de los isquiotibiales y la fuerza de los músculos del cuádriceps, particularmente el vasto oblicuo medial. Las lesiones del tendón de Aquiles y en los gemelos se pueden prevenir estirándose antes de jugar y manteniendo una buena condición cardiovascular para prevenir la fatiga.
En caso de lesión en Quirónsalud contamos con un equipo de Traumatólogos que pueden ayudarte en el diagnóstico de la lesión y búsqueda del mejor tratamiento para tu caso.
Si deseas más información contacta aquí con el servicio de traumatología de Quirónsalud Murcia
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