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Blog del Dr. Daniel Martín Fernández-Mayoralas. Neurología. Complejo Hospitalario Ruber Juan Bravo y Hospital Universitario Quirónsalud Madrid

  • Empoderando a los Docentes: Estrategias para detectar y abordar dificultades en el aula. (III)

    Finalizamos nuestra charla con la responsable de Departamento de orientación del Colegio Europeo de Madrid: Esmeralda Velasco Espinosa (EV). Nuestro objetivo es debatir sobre cómo podemos mejorar la detección y abordaje, en el medio escolar, de los diversos trastornos específicos del aprendizaje, como los de la lectura, los trastornos del espectro autista (TEA) y el TDAH (trastorno por déficit de atención con/sin hiperactividad), como paradigmas de los trastornos del neurodesarrollo.

    Empoderando a los docentesEmpoderando a los docentes

    DM: ¿crees que es importante la evaluación neuropsicológica, así como de otros profesionales de la psicología, logopedia o pedagogía, además de por los médicos especialistas en neurología o psiquiatría infanto-juvenil?

    EV: La observación cuidadosa de estas características debe ir de la mano con la consulta a profesionales especializados, como psicólogos/orientadores educativos o especialistas en necesidades especiales. La detección temprana y la colaboración con expertos permiten una intervención más efectiva y adaptaciones apropiadas con el fin de garantizar su inclusión u éxito académico. Estas medidas son importantes por varias razones como pueden ser la equidad en la educación, ya que las adaptaciones ayudan a nivelar el nivel en el que se encuentran, brindando a todos los estudiantes, independientemente de sus dificultades, la oportunidad de participar y aprender de manera significativa.

    Por otro lado, facilitan el fomento de la autoestima sana, ya que realizar adaptaciones permite a los estudiantes que se enfrenten a los desafíos académicos de manera más efectiva, lo que contribuye a fortalecer su autoestima y confianza en sí mismos.

    Con las dos medidas propuestas anteriormente, se mejora el rendimiento académico ya que, al ajustar el entorno de aprendizaje y las actividades para adaptarse a las necesidades individuales de los estudiantes, se facilita su participación y comprensión, lo que puede mejorar su rendimiento escolar.

    La aplicación de medidas educativas inclusivas facilita el desarrollo de habilidades sociales, por ejemplo, en el caso del alumnado TEA, ya que entre las adaptaciones previstas también se pueden incluir estrategias para fomentar las habilidades sociales y la interacción exitosa con sus compañeros.

    Sólo a través de la detección y la aplicación de las medidas adaptativas oportunas, se conseguirá la prevención de estigmas asociados a los distintos trastornos, aprendiendo a valorar la diversidad neurocognitiva, y a su vez, estaremos preparando a ese porcentaje del alumnado que, al igual que el resto, tendrán que enfrentarse a la etapa adulta, en la que tendrán que aplicar las habilidades necesarias para enfrentar desafíos en la vida cotidiana y, posteriormente, en el ámbito laboral.

    DM: ¿Me harías un resumen final?

    EV: La aplicación de medidas de adaptación es fundamental para garantizar que todos los estudiantes tengan acceso a una educación de calidad y para promover un entorno educativo inclusivo y enriquecedor. Proporcionar las medidas adecuadas a cada individuo va de la mano de la capacitación del docente para detectar, en edades tempranas, posibles dificultades que puedan limitar el acceso a la educación.


  • Empoderando a los Docentes: Estrategias para detectar y abordar dificultades en el aula (II)

    Continuamos nuestra charla con la responsable de Departamento de orientación del Colegio Europeo de Madrid: Esmeralda Velasco Espinosa (EV). Nuestro objetivo es debatir sobre cómo podemos mejorar la detección y abordaje, en el medio escolar, de los diversos trastornos específicos del aprendizaje, como los de la lectura, los trastornos del espectro autista (TEA) y el TDAH (trastorno por déficit de atención con/sin hiperactividad), como paradigmas de los trastornos del neurodesarrollo.

    DM: Fieles a nuestro compromiso, toca ahora resumir unos cuantos signos de alarma detectables en el aula que pueden hacernos sospechar estos trastornos del neurodesarrollo que comentas.

    Dislexia y otros trastornos específicos de la lectura/escritura: son trastornos del aprendizaje que afecta la capacidad de la persona para leer, escribir y deletrear. La dislexia se caracteriza por dificultades en la decodificación de palabras y problemas en la fluidez lectora, a pesar de tener habilidades cognitivas normales y recibir instrucción adecuada.

    Empoderando a los docentesEmpoderando a los docentes

    Para niños en edad preescolar (3-5 años):

    Dificultad en la rima: Dificultad para identificar y crear rimas simples, ya que la conciencia fonológica es un indicador clave.

    Retraso en la adquisición del vocabulario hablado: Un desarrollo más lento en la adquisición del vocabulario hablado en comparación con otros niños de la misma edad.

    Dificultad en la coordinación motora: Puede mostrar torpeza al realizar actividades que requieren coordinación motora fina, como agarrar un lápiz o recortar.

    Para niños en edad escolar (6-12 años):

    Problemas de fluidez lectora: Dificultades para leer con fluidez y mantener un ritmo adecuado.

    Evitación de lectura en voz alta: Resistencia o evitación al leer en voz alta en el aula.

    Confusión con direcciones: Dificultad para distinguir izquierda de derecha, lo que puede afectar la orientación en el espacio.

    Dificultad para recordar secuencias: Observar si el estudiante tiene dificultades para recordar y reproducir secuencias, como el orden de las letras en una palabra o la secuencia de días de la semana.

    Para adolescentes en secundaria (12-16 años):

    Desafíos en la expresión escrita: Puede mostrar dificultades en la expresión escrita, como la estructuración de ensayos o la elaboración de informes.

    Dificultad en la comprensión de textos complejos: Problemas para comprender textos más complejos o abstractos.

    Desafíos en presentaciones orales: Puede tener dificultades al expresarse oralmente, mostrando pausas frecuentes o dificultad para organizar sus ideas.

    Evitación de lecturas en voz alta: Resistencia a participar en lecturas en voz alta en el aula, incluso cuando tiene conocimiento del tema.

    TDAH (Trastorno por Déficit de Atención con/sin Hiperactividad): El TDAH es un trastorno neurobiológico que se manifiesta principalmente en la infancia y se caracteriza por dificultades en el control de la atención, la impulsividad y la actividad motora excesiva. Puede afectar el rendimiento académico y las relaciones sociales.

    Para niños en edad preescolar (3-5 años):

    Inquietud constante: Dificultad para permanecer quieto durante períodos prolongados, como si siempre fuesen un motor encendido.

    Dificultad para jugar de forma estructurada: Problemas para participar en juegos estructurados y seguir reglas, tendiendo a evitar estas situaciones.

    Dificultad para mantener amistades: Puede tener problemas para mantener amistades debido a comportamientos impulsivos o inquietud constante.

    Para niños en edad escolar (6-12 años):

    Falta de organización: Desafíos en la organización de tareas y materiales.

    Distracción frecuente: Tendencia a distraerse fácilmente durante las clases o tareas. Parecen ensimismados, perdiendo gran parte de la información que les rodea.

    Procrastinación crónica: Tendencia a dejar las tareas hasta el último momento, debido a dificultades para organizar el tiempo.

    Para adolescentes en secundaria (12-16 años):

    Problemas de organización escolar: Dificultades para organizar tareas y materiales, lo que puede afectar el rendimiento académico.

    Impulsividad en decisiones personales: Tendencia a tomar decisiones impulsivas sin considerar completamente las consecuencias.

    Distracción durante las clases: Puede mostrar dificultades para mantener la atención durante las clases, con frecuentes distracciones por estímulos externos.

    Inestabilidad emocional: Variaciones en el estado de ánimo, mostrando momentos de frustración o impaciencia.

    Discalculia: trastorno del aprendizaje que afecta las habilidades matemáticas. Las personas con discalculia pueden tener dificultades para comprender conceptos numéricos, reconocer patrones matemáticos y realizar cálculos, a pesar de tener una inteligencia promedio y recibir instrucción adecuada. Es habitual que se aparezca en combinación con otros trastornos asociados, como el trastorno de aprendizaje no verbal, pero, sobre todo, es muy común como consecuencia o asociado al TDAH.

    Para niños en edad preescolar (3-5 años):

    Dificultad con conceptos espaciales: Problemas para comprender conceptos espaciales básicos como arriba/abajo, adelante/atrás o para situarse según indicaciones espaciales.

    Problemas en la identificación numérica: Dificultad para reconocer y entender los números y la asociación a la cantidad correspondiente.

    Dificultad para recordar secuencias numéricas: Puede tener problemas para recordar el orden de los números o contar en secuencia.

    Para niños en edad escolar (6-12 años):

    Dificultades en la resolución de problemas matemáticos: Problemas para entender y aplicar conceptos matemáticos, tendiendo a la resolución automatizada, sin deducción.

    Confusión con los signos numéricos: Dificultad para comprender y aplicar correctamente los signos numéricos confundiéndolos y mostrando dificultades para detectar el error.

    Desafíos con el reloj y el tiempo: Dificultad para comprender la medida del tiempo y el uso del reloj, siendo esto más notorio en el analógico.

    Para adolescentes en secundaria (12-16 años):

    Dificultad en la resolución de problemas matemáticos avanzados: Problemas para abordar problemas matemáticos más complejos que involucran múltiples pasos.

    Desafíos con conceptos geométricos: Dificultades para comprender y aplicar conceptos geométricos.

    Resistencia a participar en clases de matemáticas: Evitación de clases de matemáticas o manifestación de desinterés debido a las dificultades asociadas y la expectativa de fracaso.

    Problemas con conceptos algebraicos: Dificultades para comprender y aplicar conceptos algebraicos y ecuaciones que se consideran propios de niveles educativos inferiores.

    Trastorno de Espectro Autista (TEA): es una condición neurobiológica que afecta el desarrollo social, comunicativo y conductual. Se manifiesta de manera diversa en cada persona, pero generalmente implica dificultades en la comunicación, la interacción social, así como la presencia de patrones repetitivos de comportamiento e intereses restringidos.

    Para niños en edad preescolar (3-5 años):

    Falta de respuesta a su nombre: No responder o mostrar poca respuesta al ser llamado por su nombre. Falta de interacción y contacto visual.

    Patrones repetitivos de juego: Participación en patrones repetitivos y limitados de juego. Solo juego imitativo no simbólico. Disfrute con la creación se secuencias y patrones (por ejemplo, el alineamiento de objetos).

    Sensibilidad sensorial: Puede mostrar extrema sensibilidad a ciertos estímulos sensoriales, como luces brillantes o texturas específicas, sonidos, rechazo a entornos en los que el ruido sea más notorio.

    Manifestación de estereotipias: comienzan con movimientos repetitivos (aleteo, movimiento de manos) de manera compulsiva ante algo que les produce ansiedad o estrés, bien sea por alegría o nerviosismo.

    Para niños en edad escolar (6-12 años):

    Dificultad en la comunicación social: Problemas para comprender y utilizar las normas sociales en la interacción con compañeros, por lo que reproducen juego imitativo, sin mostrar iniciativa.

    Intereses intensos y especializados: Enfoque obsesivo en temas o actividades específicas con poco interés en otros temas. No hay empatía hacia la conversación o intereses de los otros.

    Literalidad en la interpretación del lenguaje: Lenguaje lineal, sin interpretación de los mensajes, lo que les lleva a problemas de comunicación.

    Dificultades en la flexibilidad mental: Resistencia a cambios en la rutina diaria y dificultad para adaptarse a situaciones nuevas o inesperadas.

    Para adolescentes en secundaria (12-16 años):

    Dificultades notorias en las relaciones sociales: Pueden tener problemas para establecer y mantener relaciones sociales significativas con sus compañeros debido a la falta de comprensión de las normas sociales de comunicación.

    Intereses específicos, intensos y restrictivos: Enfoque obsesivo en temas o actividades específicas, a veces excluyendo otras áreas de interés.

    Desafíos en la interacción social: Pueden mostrar dificultades para interpretar las sutilezas sociales, como expresiones faciales y tono de voz. Dificultades también en la expresión de emociones propias.

    Necesidad de rutina y resistencia a cambios: Preferencia por rutinas específicas debido a la seguridad que les produce todo aquello que es predecible, y malestar ante cambios inesperados en la programación o entorno.


  • Empoderando a los Docentes: Estrategias para detectar y abordar dificultades en el aula (I)

    Hoy hablamos con la responsable de Departamento de orientación del Colegio Europeo de Madrid: Esmeralda Velasco Espinosa (EV). Nuestro objetivo es debatir sobre cómo podemos mejorar la detección y abordaje, en el medio escolar, de los diversos trastornos específicos del aprendizaje, como los de la lectura, los trastornos del espectro autista (TEA) y el TDAH (trastorno por déficit de atención con/sin hiperactividad), como paradigmas de los trastornos del neurodesarrollo.

    Daniel Martín Fdez-Mayoralas (DM): Buenos días, Esmeralda, nos gustaría conocer tu opinión sobre la detección precoz de los trastornos del neurodesarrollo en el aula, ¿Qué nos podrías comentar al respecto?

    Empoderando a los docentesEmpoderando a los docentes

    EV: Un aula cualquiera dentro de un centro educativo ordinario siempre ha sido un espacio en el que confluyen una variedad de destrezas, personalidades y debilidades en el alumnado. El paso de tiempo ha hecho posible que, los docentes, cada vez estén más capacitados para poder observar y ser esenciales en la detección temprana de las dificultades que se pueden encontrar en los niños y adolescentes de un aula.

    No obstante, teniendo en cuenta el dinámico entorno educativo actual, proporcionar a los docentes las herramientas actualizadas para identificar y abordar dificultades en el aula se vuelve esencial. Resulta prioritario determinar las estrategias primarias para fortalecer las habilidades de los educadores en la detección temprana de desafíos educativos y promover un entorno de aprendizaje inclusivo.

    DM: ¿Cuál debería ser el primer paso?

    EV: Lo primero de todo, como determinante en la detección de dificultades de manera global sería la observación activa, lo que supone la posibilidad de captar señales sutiles de dificultades. La atención a las interacciones entre estudiantes, patrones de participación y expresiones faciales brinda pistas muy interesantes sobre posibles obstáculos en el proceso de aprendizaje.

    Resulta primordial, unido a lo anterior, la comunicación abierta entre docentes, estudiantes y padres, entendida como la creación de canales de conversación en los que se genere un ambiente propicio para identificar posibles dificultades. Los educadores tienen como misión crucial fomentar un diálogo constante entre todas las partes implicadas, donde los estudiantes se sientan cómodos compartiendo sus inquietudes académicas.

    En este proceso comunicativo es necesaria la implementación de evaluaciones formativas, ya que ofrecen a los docentes información continua sobre el progreso de los estudiantes. Esta retroalimentación en tiempo real facilita la identificación de áreas problemáticas y permite ajustes inmediatos en la enseñanza.

    Por último, en lo que se refiere a la capacitación de los docentes frente a la identificación de posibles dificultades entre el alumnado, es absolutamente necesario dotar a los docentes de herramientas y estrategias pedagógicas que fomenten el desarrollo constante.

    DM: ¿Y cómo podemos dotar de dichas herramientas a nuestros compañeros docentes?

    EV: Llegados a este punto es importante centrarnos en estrategias para poder observar y detectar características propias de aquellos trastornos que se presentan de forma más habitual en las aulas, capacitando a los docentes para reconocer y enfrentar dificultades entre el alumnado, implementando intervenciones efectivas. Observar signos como la falta de comprensión de conceptos clave, la persistencia de errores comunes o la reticencia a participar puede indicar posibles dificultades de aprendizaje. Los docentes deben estar atentos a estos indicadores para proporcionar el apoyo necesario en el caso de encontrarse con alumnos con características concretas.

    Es crucial que los docentes trabajen en estrecha colaboración con profesionales especializados y utilicen adaptaciones pedagógicas para satisfacer las necesidades únicas de cada estudiante. Al reconocer estas características temprano, se puede proporcionar un apoyo más efectivo, creando un ambiente educativo inclusivo y enriquecedor para todos los estudiantes.

    Voy a centrarme en estrategias específicas para reconocer características asociadas con dislexia, TDAH (Trastorno de déficit atencional con/sin hiperactividad), discalculia y TEA (Trastorno del Espectro Autista), permitiendo a los educadores ofrecer un apoyo más efectivo ya que son trastornos que, de manera más habitual, encontramos en las aulas. Para ello es importante establecer los criterios a observar de manera más específica en franjas de edades que corresponden con las etapas educativas, teniendo siempre en cuenta que son características que se presentan pese a haber superado otros hitos del desarrollo y haber recibido la estimulación adecuada a esa etapa, por lo que no pueden considerarse propias de la edad o nivel educativo. Es importante que estos hitos, estas pistas, no indican por si solas, especialmente si aparecen de forma aislada o única, un trastorno específico, y que deben ser evaluadas prontamente por un neuropediatra o psiquiatra infantil especializado, sin por ello causar una alarma o angustia precoz en las familias.

    DM: De acuerdo, si estás de acuerdo, en las próximas semanas resumiremos unos cuantos signos de alarma detectables en el aula que pueden hacernos sospechar estos trastornos del neurodesarrollo que comentas.

    EV: OK.

  • El impacto del TDAH sobre la lectura (III parte)

    Con la colaboración de Alberto J. Sánchez-Carmona, Jacobo Albert y Sara López-Martín (Neuromottiva. Centro de neuropsicología y psicología especializado en niños y adolescentes)Este enlace se abrirá en una ventana nueva.

    Impacto del TDAH sobre la comprensión lectora

    El aprendizaje de la lectura es un proceso por el que se lo­gra ganar destreza acerca de la manifestación escrita del discurso oral, liberando recursos que pasarían a quedar disponibles para acceder a un determinado significado. Por tanto, resulta fundamental entender de qué manera la presencia del TDAH puede afectar de forma específica a esta última etapa de la lectura.

    El impacto del TDAH sobre la lecturaEl impacto del TDAH sobre la lectura

    Los resultados de Miller y colaboradores (2013) son especialmente interesantes. Observaron que a la hora de volver a contar lo descrito en un texto, los niños con TDAH mostraron dificultades no solo en el procesamiento léxico, sino también en la recodificación de la información central del texto (esto es, en el establecimiento de relaciones entre la idea principal y resto de ideas, tanto a nivel de cantidad como de proximidad). Estos autores sugieren que estas dificultades en la comprensión se originarían porque los niños con TDAH necesitan dedicar gran parte de sus recursos para mantener la atención en lugar de utilizarlos en las múltiples tareas necesarias para com­prender adecuadamente un texto (p. e., en la decodifica­ción de las palabras, la activación de su significado, el mantenimiento de los fragmentos previamente leídos o la anticipación de la finalidad del texto). Esta interpretación apunta de manera inequívoca a la implicación de la me­moria que, de hecho, se mostró como el único predictor cognitivo del nivel de comprensión en esta investigación. A resaltar por sus implicaciones aplicadas, estos autores no encontraron problemas cuando solicitaron a los niños con TDAH responder preguntas cerradas sobre el texto. Por tanto, la evidencia sugiere que la comprensión lectora estaría comprometida en el TDAH y que las dificultades emergen de manera más clara cuando los niños con TDAH tienen que dar respuestas abiertas a preguntas del texto y cuando se les presentan textos que requieren una alta participación de procesos cognitivos entre los que destaca la memoria.

    Además, otros estudios apuntan a que el nivel de decodificación lectora juega un importante rol mediador entre los síntomas de TDAH y la comprensión lectora. Por otro lado, Plourde y colaboradores (2018) mostraron también que la velocidad de denominación de colores medió de forma específica la relación entre los síntomas TDAH y la comprensión lectora.

    Recomendaciones prácticas y direcciones futuras

    Los resultados de los estudios aquí revisados pueden tener importantes implicaciones tanto para la investigación como para la práctica clínica. La presencia de niveles elevados de falta de atención en etapas tempranas (educación infantil y primeros cursos de Primaria) debe considerarse tanto por docentes como por clínicos como una importante señal de alarma de la posible aparición de dificultades lectoras. Por ello, es importante supervisar en niños con TDAH o con un alto riesgo de desarrollar este trastorno si se produce una adecuada adquisición y consolidación de los principales precursores de la lectura. Entre estos precursores destacan la conciencia y la memoria fonológica, el acceso al léxico (velocidad de denominación), la amplitud de vocabulario y el conocimiento de las letras. Un bajo nivel en uno o varios de ellos junto con la presencia de sintomatología de TDAH (especialmente, de falta de atención) aumenta el riesgo de dificultades posteriores en el aprendizaje de la lectura.

    Una vez que la lectura ha iniciado su consolidación conviene monitorizar cómo los niños con TDAH utilizan la vía directa de lectura, ya que los síntomas de este trastorno parecen impactar especialmente en la habilidad para identificar globalmente las palabras. Asimismo, la evidencia actualmente existente resalta la importancia de que los niños con TDAH automaticen lo antes posibles los mecanismos básicos de decodificación lectora y usen la ruta directa de manera dominante con el fin de poder dedicar más recursos cognitivos al procesamiento semántico. En otras palabras, las dificultades en la comprensión lectora en niños con TDAH parecen relacionarse principalmente con un bajo nivel de automatización de los mecanismos básicos de la lectura que originan finalmente una lectura imprecisa y/o lenta. En el contexto escolar, puede resultar especialmente beneficioso realizar adaptaciones metodológicas en el proceso de evaluación en niños con TDAH que valoren los conocimientos y la comprensión de textos mediante preguntas cerradas, ya que uno de sus puntos débiles sería la identificación de las ideas centrales de los escritos. Por otro lado, podría resultar beneficioso estimular el desarrollo de la memoria de trabajo verbal para mejorar la comprensión lectora y resumir en ideas principales cada párrafo de un texto, así como mejorar las habilidades para identificar y relacionar ideas de un texto con el fin de lograr una comprensión más profunda y, por tanto, un aprendizaje más sólido y duradero.

    Se debe señalar que un amplio número de estudios han examinado la influencia del TDAH sobre la lectura en inglés. Por ello, las conclusiones derivadas de estas investigaciones deben confirmarse en idiomas con un alto nivel de transparencia como el castellano, ya que podrían encontrarse modulaciones parcialmente distintas de los síntomas sobre las distintas rutas o vías de la lectura y sobre sus precursores. Por último, la investigación realizada hasta el momento ha examinado casi exclusivamente la influencia de los síntomas de TDAH sobre la lectura. Parece imprescindible examinar la relación entre el trastorno y las dificultades lectoras utilizando medidas típicas de otros niveles de análisis entre las que destacan las neurobiológicas y las neuropsicológicas. En este sentido, no cabe duda de la fuerte implicación del funcionamiento atencional, de la memoria de trabajo y de otras funciones ejecutivas en todas las actividades académicas, incluyendo la lectura.

  • El impacto del TDAH sobre la lectura (II parte)

    Con la colaboración de Alberto J. Sánchez-Carmona, Jacobo Albert y Sara López-Martín (Neuromottiva. Centro de neuropsicología y psicología especializado en niños y adolescentes)Este enlace se abrirá en una ventana nueva.

    Impacto del TDAH sobre la adquisición de la lectura

    El impacto del TDAH sobre la lecturaEl impacto del TDAH sobre la lectura

    El aprendizaje de la lectura se apoya esencialmente en la madurez de una serie de destrezas o habilidades (denominadas precursores de la lectura). Entre ellos destaca el procesamiento fonológico que incluiría la capacidad para percibir, segmentar y manipular los sonidos del habla. Otro importante precursor que está además fuertemente relacionado con el conocimiento de las letras, cuyo dominio se asocia con la interiorización del principio alfabético (grafías representan fonemas). Además, resulta crítico el nivel de desarrollo del vocabulario oral de los/as aprendices, ya que facilita la equiparación del resultado de su lectura con la huella fonológica disponible. Finalmente, los estudios resaltan la velocidad de procesamiento, medida típicamente en términos de velocidad de denominación (p.e., de colores, objetos o números), como otro de los principales precursores de la lectura.

    Distintos estudios han pretendido dilucidar si la influencia de los síntomas de falta de atención sobre la adquisición de la lectura es directa o, por el contrario, a través de su impacto sobe los precursores de la lectura. En este contexto, destaca la investigación de Dally (2006) en la que, en primer lugar, se observaron efectos directos de la falta de atención sobre la lectura de palabras en primer curso, los cuales generaron un impacto negativo equiparable al originado cuando están afectados los principales precursores de la lectura. Además, el estudio encontró una notable influencia negativa de la falta de atención sobre el procesamiento fonológico, lo que terminaba impactando negativamente en la lectura de palabras. Investigaciones posteriores confirmaron la influencia directa de la falta de atención sobre la lectura de palabras cuando incluso se controlaban los efectos asociados con el nivel de desarrollo de los precursores de la lectura. Sin embargo, otros experimentos no encontraron tales efectos directos sugiriendo que la falta de atención perjudicaría la adquisición de la lectura únicamente de manera indirecta a través de su impacto negativo sobre el aprendizaje de destrezas como la conciencia fonológica o el vocabulario expresivo y receptivo. En concreto, los niños con un menor desarrollo atencional verían demorada la adquisición y consolidación de estos precursores, lo que a su vez dilataría el dominio de las destrezas de decodificación lectora. Entre otras, se ha subrayado que la falta de atención influiría de manera indirecta a la lectura a través de su impacto sobre uno de los precursores más relevantes: el conocimiento de las letras.

    Con todo, no cabe duda del importante papel que juega la falta de atención en la adquisición de la lectura. No obstante, continúa abierto el debate acerca de si su influencia es directa o indirecta. Es posible que los síntomas de falta de atención perjudiquen el desarrollo de la conciencia fonológica o del vocabulario y que esta interferencia sea la que termine impactando en la adquisición de las habilidades de lectura. Por otro lado, puede que algunas de las habilidades consideradas como precursoras de la lectura pudieran compartir factores neuropsicológicos y genéticos con el TDAH. De hecho, distintos trabajos apuntan a que el déficit en la velocidad de procesamiento sería característico de las personas con TDAH y dislexia, mientras que aquellas con TDAH y con dislexia mostrarían afectación en el control inhibitorio y en la conciencia fonológica, respectivamente.

    Impacto del TDAH sobre la decodificación lectora

    La consolidación de la lectura se fundamenta en el manejo eficiente de las reglas de conversión grafema-fonema. Conforme el lector hace uso repetido y consistente de estos procesos de decodificación fonológica, se asientan ciertas regularidades ante las que se expone con mayor frecuencia hasta que una palabra completa pasa a ser identificada de forma global. En este momento, se constituye una lectura fluida que libera recursos cognitivos que estarían disponibles para la comprensión.

    Ha podido observarse a este nivel de análisis que los niños con una mayor sintomatología TDAH muestran una menor velocidad de decodificación. Aunque puedan acreditarse mejoras en su desempeño a lo largo del tiempo, el progreso es más modesto para aquellos casos con una mayor sintomatología de TDAH. Existen también datos que apuntan a que, en los primeros cursos, los síntomas de falta de atención tienen un impacto directo sobre la lectura de palabras (vía directa de lectura), pero un impacto indirecto en la lectura de pseudopalabras (vía indirecta) a través de su influencia en la conciencia fonológica y en la velocidad de denominación. En concreto, puede que los niños con TDAH se expongan menos al lenguaje impreso que sus iguales, alterando así el desarrollo del reconocimiento de palabras. Entre los procesos cognitivos subyacentes a esta relación, se ha propuesto la implicación de la memoria de trabajo y el control inhibitorio. Estos procesos serían los responsables de controlar la interferencia ocasionada por palabras ortográficamente similares a la que está siendo leída, especialmente si esta es de baja frecuencia.

    Incluso cuando leemos correctamente palabras aisladas, una lectura madura implica que los procesos de decodificación se apliquen con la prosodia y el ritmo adecuados. De este modo, la interferencia que el TDAH pueda ocasionar sobre la fluidez lectora también cobra especial relevancia. Jacobson y colaboradores (2011) mostraron que los niños con TDAH, incluso siendo capaces de decodificar con precisión, continuaban teniendo una fluidez lectora ineficiente. Estos déficits en fluidez se asociarían a limitaciones en la velocidad de procesamiento, explicados por problemas subyacentes en diferentes aspectos del funcionamiento ejecutivo, tales como la selección de respuestas y la memoria de trabajo. En una investigación posterior este mismo grupo encontró en niños con TDAH una relación entre la fluidez lectora y la variabilidad de la velocidad de respuesta (medido a través del parámetro tau de la distribución exGaussian). De este modo, el enlentecimiento que los niños con TDAH muestran en las tareas de fluidez lectora podría vincularse con una tendencia a la distracción (cuantificada mediante el parámetro tau) que terminarían traduciéndose en una menor tasa de palabras leídas y/o en una menor precisión.

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